
Cierto desorden persiste en nuestros campos con el cumplimiento de los contratos de leche elaborados con las formas productivas —estatales y privadas— y la industria, hecho que limita cada día la solvencia de un alimento, casi exclusivo, dirigido ahora a los niños.
Un recorrido por Placetas y Camajuaní, luego de escuchar criterios de criadores, demostró que existe suficiente leche en nuestros campos a partir de las vacas en ordeño.
No obstante, el déficit de acarreo del líquido hacia los termos refrigerados, justificaciones al por mayor, y también ilegalidades de todo tipo —un camionero de la industria sorprendido en adulteración del alimento, así como ventas de yogurt, queso y leche en comunidades urbanas y rurales—, continúan a la vista de todos.
En Camajuaní, el 80% de las 30 formas productivas acumularon en enero informalidades en la entrega de leche, y se demostró que están pendientes de contratación más de 300 000 litros. Milaxis Yanet Sánchez Armas, gobernadora de Villa Clara, indicó que allí donde ocurren esos incumplimientos hay que revertir la realidad: la leche tiene como destino la industria y las bodegas, y no la elaboración de queso.

Obvio, precisó que los Registradores Pecuarios, en el termo, son los primeros gestores de leche, pero existe descontrol en la base productiva, con juntas directivas que desconocen las planificaciones diarias de entregas por criador, problemas de acarreo, caminos de difícil acceso, y hasta propietarios —incluidos algunos ubicados en el 19 % de todos los criadores villaclareños con más de 10 vacas—, que, en lo que va de año y antes también, no tienen aportes lecheros y violan los contratos.
El municipio, con unas 9323 vacas, logró el pasado año —por monta directa, o ¿inseminación artificial? — unos 1124 nacimientos, y eso según estimados representó 1400 litros/día que jamás se incluyeron en planes. La Cooperativa de Créditos y Servicios (CCS) Fidel Claro, de Taguayabón, con 988 vacas, reporta 121 nacimientos en los últimos siete meses, pero las «hembras» no se incorporaron a la producción lechera. De allí, de acuerdo a lo contratado, deben salir este año más de 30 400 litros para la industria.
Existen otras formas productivas, incluso de Azcuba, que incrementan los ritmos productivos: unos sí; otros no. Estadísticas corroboran que tanto Camajuaní como Encrucijada son de los territorios con más bajos nacimientos de terneros en la provincia. Eso limita el crecimiento lechero, pero resulta inadmisible que todavía unos 186 ganaderos con más de cuatro vacas carezcan de contratos, y, seguramente, lograron nacimientos.
La gobernadora villaclareña destacó que Camajuaní tiene potencialidades para cambiar la actual situación, y también insistió ante las limitaciones con combustible para el acarreo de leche desde los 16 puntos refrigerados, que debe ampliar el suministro del alimento a las bodegas —mediante cruzamiento— y acercar a los criadores hasta los destinatarios finales: los niños.
A Placetas, un municipio que decide en la producción lechera de la provincia, con más de 3,9 millones de litros anuales, todavía al comenzar febrero le restan unos 700 mil por contratar, y 32 formas productivas del territorio incumplieron sus aportes durante el mes que concluyó.
En las empresas del territorio, con ganaderos estatales y privados, se concentran unas 15 900 vacas y más de 2700 nacimientos en los últimos meses. Según ese dato, se cuenta con potencialidades para duplicar la cifra de leche que en la actualidad se entrega. De igual forma, unos 400 usufructuarios o propietarios tienen más de cuatro vacas y carecen de contratos. Por ese concepto se dejan de acopiar unos 800 000 litros anuales.
Obvio: la leche existe en los campos, pero en tiempos de carencias materiales, más allá del compromiso legal de los propietarios, mejor en algunos casos es hacerse el de la vista gorda y emprender el camino de las ventas ilegales. Hechos que reclaman un coto en un municipio que solo tiene 33 bodegas, de 123, incluidas en el cruzamiento lechero, razón por la cual también ahí se fuga alimento.
Tal como ocurrió con anterioridad en Manicaragua y Santo Domingo, con similares dificultades en violaciones contractuales de leche con la industria o Comercio Interior, en la geografía villaclareña se precisa un inmediato e irremplazable vuelco.
La producción lechera existe en las ubres de las vacas según el monto de hembras con nacimientos, pero el control y las exigencias con los criadores, más allá del cumplimiento de sanciones según lo legislado, dista todavía mucho de la realidad. No obstante, cuando el diálogo diáfano con esos hombres se hace diario, alejado de las típicas reuniones, el compromiso resulta mayor, y seguro la leche aparece con mayor seguridad para alimentar a nuestros niños.