El lavatín de Griselda

Villa Clara cuenta con cinco proyectos Espumás liderados por la Empresa Industrial de Equipos y Servicios Asociados (EISA) y la Federación de Mujeres Cubanas; dos en Santa Clara, dos en Camajuaní, y uno en Báez, Placetas.

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Vanguardia - Villa Clara - Cuba
El proyecto Espumás se ha convertido en un logro del Programa Nacional para el Adelanto de las Mujeres en Villa Clara, con impacto en el entorno comunitario y personas en situación de vulnerabilidad. (Foto: Ramón Barreras Valdés)
Idalia Vázquez Zerquera
Idalia Vázquez Zerquera
@IdaliaVzquez
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26 Febrero 2025

Griselda Ávalos Melies se ha convertido en una mujer emprendedora en el reparto Subplanta de la ciudad de Santa Clara, desde que decidió acogerse al proyecto Espumás de lavatines comunitarios, hace unos cuatro años.

La variante de empleo constituye una opción para las personas vulnerables de bajos ingresos seleccionadas por la comunidad, así como para otros clientes y mujeres que, por sus responsabilidades como dirigentes, han encontrado aquí un alivio a las tareas del hogar.

El proyecto implementado en Villa y todo el país hace alrededor de un lustro, tuvo sus orígenes en el X Congreso de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), cuando las delegadas plantearon la necesidad de crear nuevos empleos y servicios en zonas rurales y otras alejadas de las cabeceras municipales.  

Griselda tiene una alta popularidad en la barriada de la Subplanta, al ofrecer el servicio de lavandería a los clientes que tocan a su puerta. (Foto: Ramón Barreras Valdés)

A la mente de Griselda fluyen los recuerdos del momento en que, por problemas familiares, tuvo que abandonar su trabajo en la textilera Desembarco del Granma, donde también asumió tareas sindicales y se incorporó a la microbrigada.

«Fue una etapa difícil de mi vida. Por mi experiencia como dirigente sindical, la FMC me propuso asumir el cargo de secretaria general del Bloque 60 del reparto Subplanta.

«Después, surgió el proyecto Espumás de lavatines comunitarios, y fui seleccionada para emprender la iniciativa que ofrece empleo a mujeres desvinculadas del trabajo, a punto de jubilarse. De esta forma, pude completar los años que me faltaban para acogerme a la seguridad social.

«Comparto la tarea con mi hija Madeleidys González Ávalos. Para ella, la experiencia ha sido de gran ayuda, al tener una hija pequeña bajo su tutela. En su condición de trabajadora por cuenta propia, le fue otorgado el círculo infantil, y más tarde, el seminternado.

«Cuando me propusieron la tarea no estaba muy convencida. Fue mi hija quien me embulló, pues podía trabajar desde la casa».

Nacido hace apenas un lustro, el proyecto Espumás es liderado por la Empresa Industrial de Equipos y Servicios Asociados (EISA) y la Federación de Mujeres Cubanas. (Foto: Ramón Barreras Valdés)

A Griselda la conocen los vecinos de la Subplanta. Con tan solo mencionar su nombre, enseguida te orientan acerca de su domicilio en la calle Camilo Cienfuegos. Cuando se le dificulta el detergente o falla la electricidad, siempre busca la manera de entregar los encargos en el propio día.

«Me levanto bien temprano, y en dependencia de que haya corriente, asumo el lavado con el agua de pozo de la casa. Meses atrás falló el detergente que nos facilita la Empresa Industrial de Equipos y Servicios Asociados (EISA), a precios módicos —líder del proyecto de conjunto con la FMC—, quien se encarga de alquilarnos la lavadora. En caso de roturas, también asume su reparación. En aquella ocasión, me vi obligada a comprarlo con mis propios recursos, pero la situación se normalizó y devolvieron el que nos debían. El detergente es de calidad, clorado y perfumado. A veces le añado al agua otros productos para que la ropa quede perfumada».   

Además del lavado, la afamada federada ofrece el servicio de planchado a cargo de su vecina, Yolanda Muñoz Pérez, cuyos ingresos le permiten sustentar parte de los gastos del hogar.

La incorporación de la jubilada Yolanda Muñoz Pérez a la iniciativa, permitió ofrecer también el servicio de planchado a quienes lo soliciten. (Foto: Ramón Barreras Valdés)

«Trato de que la ropa salga rápido y con calidad. Además de la lavadora alquilada, poco a poco me fui agenciado de otros equipos y una secadora a vapor, ante el incremento de los clientes. La lavadora Aurika, más fuerte y resistente, la utilizo para lavar los overoles de mecánica».

El costo del servicio depende del detergente que demande la ropa y la mano de obra. Por ejemplo, los pantalones de mezclilla tienen una tarifa de 20,00 pesos, las camisas de manga larga (15,00), pullover (10,00), chores playeros (5,00), y unos 200,00 pesos por el uso de los productos de aseo empleados. La tarifa del planchado de las piezas, de acuerdo con el consumo eléctrico.

La secretaria general del Bloque 60 de la FMC alega sentirse agradecida y orgullosa de contar con un lavatín en su casa, a disposición de la comunidad. (Foto: Ramón Barreras Valdés)

A Griselda le gusta permanecer en la casa que construyó a su gusto, luego de donar a un caso social la que le fuera asignada por la microbrigada, a cambio del derecho de construir la suya en la Subplanta, lugar donde se siente realizada.

Con 61 abriles, la secretaria general del Bloque 60 de la FMC alega estar agradecida y orgullosa de contar con un lavatín a disposición de la comunidad, sin descuidar sus responsabilidades en la organización femenina.

La experiencia es compartida por mujeres incorporadas a otros cuatro proyectos de su tipo en Santa Clara, Camajuaní y Báez, donde algunas emprendedoras han extendido el servicio a mipymes, negocios particulares, hostales y unidades del Comercio y la Gastronomía, para el lavado de la mantelería y otras piezas, con una alta aceptación.  

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