El sol estaba en punta y se acercaba la hora de llegada de la chef. Fuera del recinto esperaban un grupo de mujeres que, sin importar el grito de «¡Se fue la luz!» de una vecina, estaban ansiosas por que abrieran las puertas de la Octava Iglesia Bautista de la Trinidad de Santa Clara. A su llegada, Elba Pérez Frómeta saludó a todas con una cálida sonrisa y les dio entrada al sagrado lugar.

Accedió de inmediato a la entrevista, aunque hizo una petición: «Déjame hablar sobre mi director del programa Con buen gusto. Falleció hace poco, y nada de esto sería posible sin él».
Elba es filóloga de profesión, graduada en la Universidad de Oriente, y por varios años trabajó como profesora en la Universidad Central «Marta Abreu» de Las Villas, en el departamento de extensión universitaria. Estos fueron sus inicios en la docencia porque, como bien afirma. «yo, por encima de todo, soy profesora». Actualmente, es maestra de griego en su seminario teológico, enseña, además de cocina, evangelista, discipulado y nuevo testamento. «Lo mismo puedo estar cocinando en la iglesia que enseñando griego ahí mismo en el comedor».
—¿Cómo pasó de la filología a la cocina?
—En el año 1998 me encontré con Mirta Beatriz Pérez Caballero, la directora de la Asociación Culinaria de Villa Clara, y ella me pidió que la ayudara con las relaciones públicas del lugar. Esto lo hice hasta el 2000, cuando me incorporé a impartir clases en la escuela de hostelería y turismo Alberto Delgado Delgado.
«Aún no era cocinera, solo me encargaba de los eventos de calidad, atender los convenios de trabajo y competencias que se hacían, pero todo relacionado con la ética del cocinero. Ese mismo año me dieron la opción de ser parte de la escuela. Tenía la formación pedagógica, solo necesitaba la práctica y así, empíricamente, fue como comencé mi vida en la culinaria».

—¿Cómo llegó a la televisión?
—Mirta Beatriz me llamó y me dijo que Carlos García, el director del programa de cocina Con buen gusto me estaba solicitando para ver si yo quería ser la cocinera que continuara con el espacio. Conversamos y le mostré un folleto de 12 menús que yo enseñaba en un curso de cocina que impartía en mi iglesia. ¡Le encantó!, y desde entonces, formo parte del proyecto. Son diez años ya. Algo curiosísimo de resaltar es que se toma todo un día de grabación para los programas de todo un mes.
«Yo creo que los más difícil de la televisión fue hablarle a la cámara y mantener mi mirada en ella. He tenido días muy fluidos y otros no tanto, bueno, tú me entiendes. El televidente ve 12 minutos y dice “¡Qué bien salió todo!”, pero, no es así. Cada receta se hace en el set con el tiempo de preparación que lleva. Al estar vinculada a las letras, me fue fácil expresarme, pero la cámara intimida y a pesar de que son diez años ya, aún causa su respeto. Historias graciosas tengo miles, incluso, el director hacía una sección de Lo que usted no vio».
—¿Cómo se siente al transmitir tus conocimientos?
—Transmitir los conocimientos es maravilloso. Nunca imaginé ser maestra ni nada parecido. Cuando decidí estudiar Letras me veía trabajando en una editorial. Me deslumbró el departamento de redacción cuando hice mis prácticas laborales, nada que ver con lo que pasó. Que alguien te deje ser parte de su vida y te incluya en su familia, porque eso es lo que pasa cuando enseñas o compartes conocimientos, que aprendan de ti y les sirva para mejorar algo, es un privilegio y un placer. Desde mi primer grupo de chef que gradué en 2001 hasta ahora me da mucha alegría que aún me llamen para decirme «Profe esta receta me salió».
—¿Quieres un café o un té?
—No gracias, Elba, así estoy bien.
—Bueno, y lo estudios, ¿cómo van?
Así terminaba la entrevista tan amena con esta alegre mujer, no sin antes dejar una reflexión que aún me tiene pensando: «En un mundo lleno de distracciones, siempre debemos recordar lo que verdaderamente importa. Mi fe es mi fundamento, la cocina es simplemente una extensión de ese amor».
Con esa poderosa declaración nos despedimos, sintiendo que había sido testigo de algo mucho más grande que una simple entrevista sobre gastronomía; tuve la oportunidad de conocer el alma de una mujer cuyo corazón late al ritmo de su fe.