
Para Edelys Saavedra Rodríguez, presidenta del Parque Científico Tecnológico (PCT) de Villa Clara, la entrada en operaciones de la entidad ha sido un sueño que ya transita por su primer aniversario.
Confiesa que aun dormida le aparecen pesadillas luego de esas largas jornadas a las que le dedica casi las 24 horas del día «porque es difícil desconectar cuando la inspiración surge a cualquier hora de la noche». Entonces decide escribirlas al saber que las ideas tienen alas y emprenden vuelos, así no se pierden y las comparte con sus compañeros a la mañana siguiente.
Tampoco se erige como una super mujer que absolutiza el proyecto en lo que otrora fue TECNOSIME. Escucha criterios colectivos, porque sabe que en ellos se atesora la realidad. Sin embargo, su pasión la lleva a considerar que va a resultar «la obra profesional más interesante en mi vida laboral».

— Siempre existen motivaciones esenciales. ¿Cuáles serían las que iniciaron el camino?
— El PCT surgió a partir de la perseverancia de la delegada territorial del CITMA, la Dra. C. María del Carmen Velasco Gómez. Ella insistió en tenerlo ante la necesidad de hacer una estrategia de desarrollo. Al llegar a la línea de industrias y existir tantas dificultades, había que crear un espacio habilitado para que sus representantes trajeran un banco de problemas y organizarlo. Nada mejor que aquí, lugar dónde se aglutina el núcleo de las principales industrias de la provincia.
— ¿Hubo rompecabezas cuando el PCT aún estaba en embrión?
— La mayor dificultad era poder transformar las industrias villaclareñas en un PCT de corte industrial, a diferencia de los dos restantes en Cuba, era cambiar la manera de pensar para solucionar problemas del sector desde el punto de vista innovador. Valorar la situación con una mirada diferente, a pesar de las dificultades que encerraba más trabajo para resolver problemáticas desde el conocimiento, tanto en procedimientos, comprobaciones, en funcionamiento de las diferentes esferas encaminadas al desarrollo de la industria con participación elemental de los consejos técnicos asesores.
— ¿Puede hablarse de dolores de cabeza iniciales y que aún existen?
— En efecto, ante una realidad nueva que transforma y había que salir de fórmulas enquistadas, había que enfrentar formas de hacer ya obsoletas que en otros tiempos dieron resultados. Adaptarse a cambios siempre trae irregularidades, pero como equipo fomentábamos ideas a partir de la presencia de pocas personas incidiendo en la transformación, y el PCT viene a romper esquemas, a unir, a conectar centros de investigaciones, entre otros, y eso lleva formas de ver, y lo estamos logrando.
Comenzamos con una estructura muy pequeña de solo cuatro personas pero abrimos el PCT y seis accionistas: Planta Mecánica, Ciclos Minerva, Materias Primas, CEDAI, SICTE S.A y TECNOSIME, atendidos por el Ministerio de Industrias.
— ¿Cómo se nutre en la actualidad el PCT?
— Hay aportes individuales en la constitución de las MIPYMES y ayudamos a que el proceso salga de la mejor forma porque, desde la base legal, contribuimos a transformar ideas. Que los nuevos actores económicos se vean apoyados con el saber de un equipo especializado ante la propuesta a realizar ya sea de un nuevo producto o de la creación de una empresa.
— ¿Es el PCT inclusivo, recibe a todos los que tengan una idea basada en el conocimiento y lo ayuda a transitar?
— Recibimos a todas las personas naturales, aquellos con una idea pensada o una empresa con un proyecto guardado desde hace tiempo y no lo ha desarrollado por carecer de las condiciones. De igual forma a los actores que en un momento pretendieron hacer su propia empresa y no contaban con el apoyo.
Jamás cerramos puertas a nadie. No es solo para la Academia y los grandes letrados, puede asistir cualquier individuo con una idea innovadora. Incluso llegar sin ella y se le explica lo que es el recinto y sus posibilidades, incluye amas de casa y los jóvenes con un espacio priorizado, así como todos los actores.
— ¿Son perfectibles esas ideas?
— Nos corresponde hacerlo. Orientar hacia un propósito mayor o disminuir las pretensiones. Ayudamos a razonar, a visualizar y transitar desde pequeñas escalas hasta convertirse en una nueva empresa o mejorar un producto específico. Estamos abiertos a mujeres, a hombres y a todo el que desee pensar que tiene motivaciones para un proyecto.
Puede ser que lo pensado no origine una empresa o un nuevo servicio, pero sí puede conectarse con alguien que tiene una idea funcionando y después emprenderlo de una manera diferente.
— ̀¿Qué garantiza estar domiciliado en el PCT?
— La persona puede crecer en conocimiento, en capital. Si ya tiene constituida su empresa y va a crear un nuevo producto está teniendo la oportunidad de incrementar su financiamiento inicial.
— ¿Y si la persona no dispone de ese financiamiento?
— Cuando llega al PCT una persona natural que no lo posee para desarrollar su idea y consideramos que es algo necesario en el territorio o el país, no dejamos ir al cliente y escribimos ese proyecto. Una vez en esta fase, el PCT le ofrece la oportunidad de conectarlo con una empresa que vaya en ascenso, que necesite esa idea para consolidarla y disponga de su financiamiento.
— ¿Se cerraron las aspiraciones en estos casos?
— De no existir nadie con quién conectarlo en ese momento con las posibilidades que tenemos de estar en cualquier tipo de escenario, como sociedad mercantil 100% cubano, o por las visitas que recibimos de accionistas foráneos, se le puede proponer a alguien que llegue a invertir en Cuba, en la provincia, o con un actor económico que haya decidido incursionar en una inversión y que esté en busca de ese producto. Así queda conectado a partir de la cartera de proyectos. Por eso convocamos a las personas con una idea innovadora a que acuda al PCT.
— Entonces, ¿velar por el conocimiento y la innovación para transformar situaciones actuales?
— En efecto, tanto en los indicadores económicos como en el desarrollo industrial de la provincia.
— ¿Qué líneas temáticas resultan las más avanzadas?
— Hay alta prioridad en los temas de energía, en los programas alimentarios y el transporte, no solo con proyectos de hacer, también de producción cooperada de la empresa estatal con los nuevos actores económicos y beneficios al cliente de no tributar aranceles en cinco años,
— ¿Cuáles son los aspectos que se cobran en el Parque y aquellos que están eximidos de pago?
— Inicialmente no se les cobra nada. Es un espacio de intercambio que vamos construyendo como proyecto vinculado al cliente. Cuando ya está en función, se cobra el servicio que estamos ofreciendo y se lleva a una ficha de costo junto a otros detalles de logística asumidos por el PCT, pero contemplado en el financiamiento del proyecto.
Al tener esa idea, el Parque está ofreciendo el asesoramiento legal que lo respalda, al tiempo que le creamos un centro de costo que el cliente puede fiscalizar en el momento que lo necesite.
El objetivo nuestro no es cobrar un alto por ciento, simplemente por los servicios que ofrecemos, por el uso de internet de alta velocidad, por las posibilidades informáticas, pero no por la ejecución del proyecto que responde al propio cliente.

— Hablando de presupuesto ¿a cuánto ascendió el monto inicial del PCT?
— Los accionistas debieron aportar 33 millones de pesos que no se han ejecutado, y el PCT necesita ya los laboratorios que tanto se reclaman dentro de la institución, y también para contribuir al financiamiento de proyectos a todos los niveles.
Estamos trabajando en un concurso para estudiantes en el país a partir las utilidades obtenidas de cinco millones de pesos en 2024, con un capital social que tribute al desarrollo económico del territorio.
— ¿En torno a su colectivo?
— El Parque tiene una estructura aprobada de 45 personas que no está completada, sin embargo, necesitamos identificar los mejores profesionales para cada proyecto, por lo que debemos buscar verdaderos expertos como una institución que genere transformación a corto, mediano y largo alcance
— Como mujer valiente que desafió varios contratiempos ¿le costó trabajo que los accionistas masculinos la aceptaran como presidenta del PCT?
— Es una oportunidad que el sector de la industria y las autoridades me han ofrecido para presidir la sociedad mercantil en sus inicios. La posibilidad de haber estado en el sector industrial durante tres décadas me ha permitido conocerlo con sus fortalezas y debilidades, y he recibido el respeto de mis compañeros ante tantos ingenieros, mecánicos e industriales, e incluso la admiración por conducir hacia nuevas formas que no son las tradicionales.
Les he mostrado el camino, las formas que se pueden encaminar las cosas, por eso le agradezco a mis compañeros, ingenieros mecánicos, sobre todo. Soy profesora en un viraje radical porque estoy dentro de la industria y debo pensar como ingeniera y he aprendido mucho de ellos.
— Pero confiese, aun así ¿ha tenido encontronazos?
— Muchos, y también desafíos en un mundo masculino mayoritario, pero no se trata de vencer, si no de salir fortalecidas todas las partes y demostrar que se pueden vencer las diferencias de criterios siempre que existan los fundamentos ante situaciones muy difíciles.
— ¿Le ha puesto ternura?
— (Ríe) Siempre que ha sido posible, otras veces no.

— A su modo de ver ¿cuáles han sido las fortalezas que en el primer año ha logrado el Parque?
— La primera de ellas es existir. Hemos aunado muchos de los emprendimientos que estaban aislados. Se han unificado servicios ofrecidos de manera independiente al romper esquemas y maneras de pensar, de atraer personas. Hubo que buscar varias formas para ser aceptados, pero confiamos muchos en la inteligencia colectiva que tiene el territorio.
Tenemos el apoyo del Gobierno y el Partido. El primer secretario, Osnay Miguel Colina Rodríguez, lleva de la mano la innovación y estamos acompañados porque sentimos su presencia en el Parque.

— ¿Retos?
— La institución es real, hay que respetarle su espacio, como uno de los retos más fuertes, y sumamos lograr el acercamiento de todas las ideas innovadoras del territorio, aunque no todo está resuelto por arte de magia y el camino es largo. Otro importante a consolidar en 2025 es internacionalizar el PCT, tener el expediente aprobado por el Ministerio de Comercio Exterior para importar, exportar, y contar con la cooperación y la colaboración internacional.
El Parque es paradigma y orgullo de Villa Clara. Se aprende a diario a partir de los conocimientos de las personas que aportan.