
La Federación de Mujeres Cubanas (FMC) en Villa Clara comenzó el verano con una actividad de intercambio profundamente humana, desarrollada en la Casa de Orientación a la Mujer y la Familia. Allí, se dio cita la Asociación Cubana de Personas en Situación de Discapacidad Intelectual junto a familiares, integrantes de la FMC y representantes de organizaciones sociales, para fomentar espacios inclusivos en la comunidad.
«Ha sido un encuentro muy humano, muy interesante», señaló Fe García Hernández, coordinadora de la Casa, al describir cómo se abrió el plan veraniego con una propuesta que une sensibilidad social con acción concreta. La actividad se enmarca en las iniciativas previas al 65 aniversario de la FMC y el cumpleaños del Comandante en Jefe el 13 de agosto, extendiéndose durante julio y agosto.
Lídice Tomé Sánchez, presidenta provincial de la Asociación, reconoció que este es «el primer encuentro con nuestros asociados», y que para ellos representa el comienzo oficial del verano. «Quisimos hacerlo acá, previa coordinación con la Secretaría Ideológica y la Secretaría General de la FMC», explicó, poniendo énfasis en el valor de compartir espacios físicos y emocionales con quienes más los necesitan.
Desde su creación hace año y medio, la Asociación ha buscado vínculos estables con la FMC. «El trabajo nuestro está en la base, porque es donde se encuentran las personas en situación de discapacidad intelectual, y es ahí donde queremos trabajar». Para Tomé, la federación representa un puente clave hacia la comunidad. «Tenemos muchos proyectos—queremos insertarlos en la sociedad a través de ellas: que pasen cursos las personas que puedan, abrir oportunidades con ayuda de las organizaciones de masas, el Partido, el Gobierno», expresó con convicción.
Mayelín Díaz Rodríguez, secretaria provincial de la FMC, también estuvo presente en los momentos iniciales. Recordó que el espacio donde se realizó la actividad fue fundado por Vilma Espín el 8 de septiembre de 1990. «Aquí se hacen cosas lindas para inaugurar este espacio para las familias», comentó antes de despedirse por otras responsabilidades. Su mención refuerza el legado de Espín en iniciativas centradas en el cuidado, la atención y la transformación social.
Esta actividad fue más que un encuentro simbólico fue una afirmación de que la inclusión comienza con el reconocimiento del otro, desde la cercanía emocional hasta la acción conjunta.