Donde el trabajo no excluye al amor

Durante julio y agosto una escuela de verano acoge a hijos d trabajadores de la Empresa Eléctrica.

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Anisbel Luis Reyes
Anisbel Luis Reyes
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20 Julio 2025

Por iniciativa del Departamento de Capital Humano, la Empresa Eléctrica de Villa Clara implementó, durante julio y agosto, una escuela de verano destinada al cuidado de los hijos de trabajadoras del sector, como alternativa ante el cierre temporal de los círculos infantiles en la ciudad.

La idea —convertida hoy en una realidad acogedora y funcional— nació, según relata la especialista principal del Centro de Formación y Desarrollo, Odaisys Hernández Rivero, cuando se identificó la necesidad urgente de apoyar a las madres cuyo desempeño laboral se veía comprometido por las vacaciones escolares. Así surgió la escuela, con sede en el círculo infantil de la entidad y una matrícula inicial de 22 niños, hijos de trabajadoras, tanto de la Empresa Eléctrica como de la UEB de Santa Clara.

«Nos reunimos en la dirección de Capital Humano y nos dimos cuenta de que, en esta etapa, las madres con sus niños de vacaciones necesitaban traerlos a la empresa, lo cual dificultaba el desarrollo del trabajo. Entonces decidimos crear la escuelita de verano, buscar condiciones, establecer un horario, hacer la matrícula… y hace dos semanas la hicimos realidad», detalló Hernández Rivero.

Hasta las tres de la tarde, los pequeños disfrutan de actividades culturales y recreativas: manualidades con papel maché, pintura, lectura de cuentos, juegos de mesa y dinámicas deportivas guiadas por una profesora de Educación Física. Además, se llevan a cabo sesiones grupales facilitadas por las psicólogas de la empresa, y en las tardes los niños disfrutan de películas que ellos mismos eligen, seguidas de debates para compartir impresiones y fomentar la expresión.

La especialista destacó que madres voluntarias, especialistas del centro y personal de apoyo han sumado esfuerzos para ofrecer un espacio seguro e inclusivo. «Nos hemos auxiliado de las madres, la música infantil, el equipo de audio… todo se ha puesto en función de apoyarnos. Las madres han podido trabajar tranquilas porque sus niños están atendidos por dos compañeras que se rotan diariamente».

Los niños han expresado su entusiasmo por este espacio diseñado para su bienestar. Luis Martínez Rodríguez, de 9 años, comentó: «Jugamos fútbol. A mí me parece que esta escuela es asombrosa para empezar el quinto grado. Me gusta mucho, además puedo pasar el tiempo con los amigos que quiero. También aprendemos, hacemos manualidades, jugamos ajedrez, damas, dominó».

Por su parte, Evangelina de la Caridad Martínez Rodríguez, de 6 años, compartió: «Dibujamos, corremos, jugamos damas y ajedrez. Me llevo muy bien con el grupo. Me eligieron desde el primer día».

La propuesta incluye, además, coordinación con el sector cultural para celebrar actividades especiales, como el Día de los Niños, y la organización de paseos veraniegos y visitas a centros históricos. El rango de edad establecido para participar está entre los 5 y los 11 años, lo que permite integrar niños desde preescolar hasta sexto grado.

Este gesto solidario, que conjuga compromiso institucional y sensibilidad social, confirma que es posible trabajar en armonía con las familias, ofreciendo soluciones concretas en beneficio del desarrollo profesional y el bienestar infantil. 

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