La presencia indeseada el Aedes aegypti prosigue como el problema más complejo en el panorama epidemiológico villaclareño aun cuando los índices de infestación reportan 400 focos menos durante el último mes, para un índice de 0.19 ante el 0.05 permisible.
Santa Clara y Sagua la Grande figuran entre los municipios llamados a incentivar el trabajo, sin descartar a Ranchuelo y Placetas, aunque la situación más crítica se presenta en la capital provincial, sobre todo en el área del policlínico XX Aniversario.
En reunión presidida por José Luis Nápoles, vicepresidente del Consejo de la Administración en Villa Clara, y la doctora Gretza Sánchez Padrón, al frente del Centro Provincial de Higiene, Epidemiología y Microbiología (CPHE), se enfatizó que el territorio prioriza la preparación para la etapa intensiva ante la llegada del verano y el incremento del vector debido a las condiciones climáticas que favorecen su desarrollo.
Ya se promueven campañas comunicativas para las mujeres embarazadas y en edad fértil, y otras dirigidas a la población adulta y a viajeros internacionales, en tanto se multiplicarán las acciones contra el mosquito por diferentes vías a partir de la semana entrante.
El Parque Las Arcadas aparece como escenario de una de las actividades centrales, acompañada de matutinos especiales en centros laborales y educacionales, y de otras modalidades en el sistema docente que incluye a los alumnos, profesores y familiares.
A ellas se suman diferentes sectores y organizaciones de masas con peso decisivo en el nivel de atención primaria de Salud.
Muchas de las problemáticas están relacionadas con las notorias irregularidades en la recogida de desechos sólidos, así como en las propias indisciplinas sociales con la creación de microvertederos en diversos puntos de ciudades y bateyes, a lo que se suman los numerosos salideros que favorecen la proliferación del mosquito, al vivir en aguas limpias.
Las autoridades sanitarias explicaron que Villa Clara se mantiene sin evidencias de trasmisión de dengue, mientras no descuidan la vigilancia sobre el chikungunya y la fiebre amarilla, a pesar de estar ausentes en la provincia.
En cuanto al zika, el territorio se mantenía sin trasmisión hasta marzo, y en el pasado mes se reportó un caso local en el área de Esperanza, municipio de Ranchuelo, que fue controlado en menos de 15 días.