Han pasado 27 años desde que Carlos Alberto Cremata fundó en La Habana su compañía infantil La Colmenita. Antes un sueño y una impronta; ahora, un equipazo de talentosos niños que toda Cuba conoce, que toda Cuba gusta y que toda Cuba aplaude. Por eso, no fue menos que un gran acontecimiento el espectáculo que La Colmenita ofreció a los vecinos del Condado Sur, uno de los barrios santaclareños.
Demostrando el fuerte carácter comunitario que nutrió a la compañía desde sus inicios, Cremata explicó a la prensa el porqué de no haber elegido el centro de la ciudad para su función del 25 de diciembre. «Normalmente vamos al Camilo, al teatro La Caridad, al Parque Vidal. Pero esta vez queríamos ir a los lugares que estábamos más cerca de la población. En Santa Clara, nada mejor para estar en contacto con la gente que los condados Norte y Sur, donde hemos venido otras veces ».
Tin, el mejor de los apicultores, ha demostrado que no basta con el talento para ser un buen artista. Sensibilizarse con el público y brindar lo mejor de sí son aspectos imprescindibles para tener buen corazón. Por eso decidió llegar hasta las zonas más afectadas de Villa Clara por el huracán «Irma ». « Nosotros fuimos a los barrios de La Habana, pero vimos a través de la prensa la situación del norte villaclareño. Entonces, les pedimos al Gobierno, al Partido y a Cultura que queríamos terminar el año en Villa Clara », explica. Por tales motivos, las comunidades La Panchita, Emilio Córdova, Isabela de Sagua y El Santo, serán los focos de las próximas presentaciones.
El gran espectáculo de las abejas
Música, ritmo y cubanía, mucha cubanía: tradición campesina, códigos afrocubanos, son y guaracha…
«Aunque La Cucarachita Martina es uno de los espectáculos más antiguos de La Colmenita, un gran musical, quisimos renovarlo con lo que había pasado últimamente en la Colmena TV », comenta Tina a la prensa. El espectáculo resultó casi un estreno gracias a los nuevos actores y actrices de esta obra musical, premios del programa televisivo La Colmena TV.
Inigualable es la cantera de obras musicales de donde se nutre la compañía: son Formell y los Van Van, Adalberto ílvarez, entre otros temas antológicos de la cancionística cubana, recogidos todos en el disco El Añejo Jardín, producido por la EGREM y nominado a los Grammy latinos.
«En calidad artística lo que más queremos es compartir con la gente. Por eso ustedes vieron como los niños y los animales intentaron siempre compartir energía con el público », explica para enfatizar esa filiación y empatía con el público.
La cuota de humor que adereza el espectáculo, el histrionismo y profesionalidad de los actores, así como la capacidad de atraer e involucrar al público en la escena han sido suficientes alicientes para que niños, jóvenes y adultos hayan disfrutado al máximo.
A todos les gusta la miel
Tin, La Colmenita y El Condado ya son viejos conocidos. Habló al público, como un amigo, sobre las ansias de regresar a la zona, sobre La Orquesta Aliamen y los grandes músicos que crecieron y se formaron en el barrio.
El público hizo de las suyas en el espectáculo: pidió a Tin Proposiciones, canción de Pablo Milanés que no estaba en el repertorio. Pero Tin, quien confía profundamente en el talento y el buen corazón de sus abejas, complació la petición a través de Amalia, cuya improvisación logró un sabroso clima de aplausos y elogios.
Toda la familia se unió a la fiesta: pegadas a la tarima o a metros de ella, en los balcones y en las azoteas. «Es un privilegio tener a La Colmenita en nuestro Condado. Hace falta que se vuelva a repetir. Es una idea muy buena la de traer a importantes personalidades a los barrios. Aquí también vino Silvio. Y me encantó », comentó a Vanguardia Mildrey íguila Mirabal, otra de las vecinas del Condado, quien explica que esta presentación ha sido el mejor regalo por fin de año.
El niño Yaroy, con solo siete años de edad, ya baila cada uno de los géneros musicales que proponen los niños artistas. Dice no haberse perdido La Colmena TV pero nunca la había visto en vivo y en directo. «Este es el día que yo la he visto nada más », intenta explicarse. Por su parte, Shaila Zamira, aún más pequeña, estuvo toda la presentación de pie, si quejarse, bailando y cantando al lado de su madre.
El gran panal
Nadie puede dudar que el derroche de talento del gran panal transmita, contagie, derroche energía. Evidente e todos: en los grandes y los chicos, en la abeja reina y las obreras,en los de La Colmenita y los de la Colmena TV.
Rubit es una niña con gran maestría en la escena. Puede hacer de mulata, coqueta y sandunguera, aunque no sepa de dónde ha heredado ese don de artista. «Bueno, mi mamá no canta. Mucho menos baila y actúa. A mi papá le gusta pero no lo hace porque él es rastrero. Así que no hay ninguna pista », explica mientras ruega que agreguen a su discurso «palabras bonitas » para embellecerlo.
Aunque le gusta bailar en cualquier sitio, es al lado de los niños donde se siente a sus anchas. Allá, en su pueblo natal, Las Cañas, Artemisa, comenzó desde pequeña a bailar en la Casa de la Cultura. Pero solo eso. El resto es empirismo, don, talento.
Aunque disfruta todos los géneros, Alain Jonathan Omar Rodríguez jura que prefiere cantar y actuar al mismo tiempo. A pesar de su corta edad,es consciente de que el mayor reto al entrar a La Colmena TV fue «demostrarle a todos si yo sabía cantar, bailar y actuar ».
Es obvio que Alain prefirió quedarse. «En la colmena TV hacíamos un círculo. Tin nos decía que podíamos quedarnos en su compañía o no. Que íbamos a aprender, a celebrar y a pasear. ¡Y yo lo decidí! », explica el niño, aún eufórico por la presentación en el Condado.
Pero Alain sí conoce de dónde la viene la herencia. «Es de mi abuelo, de esa sandunga que sí existe en mi casa », agrega mientras reta a su amiga Rubit, con quien ha compartido escena en no pocas ocasiones. Alain cantando insistió a Vanguardia en que «Soy de La Habana, soy habanero ».
Cremata: «todos los niños producen miel »
Tin lleva 28 años sumido en cuerpo y alma como apicultor. Formar panales, reproducir abejas y lograr la mejor de las mieles ha sido un trabajo solo posible gracias a su consagración y a la experiencia de su madre, Iraida Malberti.
Aunque es evidente la inyección que le ha hecho La Colmena TV a La Colmenita, a esta última «nunca le interesó buscar niños con talento ». La filosofía de Tin por, para y con los niños lo ha conducido a un razonamiento proinfancia: «No existe un niño o una niña en el mundo que no tenga talento. No hay discapacidad no hay nada que impida que los niños, organizadamente, se expresen artísticamente de forma brillante », disertó Cremata, mientras explicaba la inclusividad de su proyecto.
Luego de creada y consolidada la Colmenita, el proyecto de Tin se ha convertido en un modo de hacer cultura y a través de ellafomentar el bien social. Ahora hay muchas colmenas en Cuba y fuera de Cuba. Según Tin, dichos proyectos se tratan de no perder nunca el legado para que como en el mundo animal «haya panales por todas partes donde los niños nazcan para libar la vida y polinizar el mundo ».