Yoemnis Batista Del Toro o El Yoe, como lo conocemos sus amigos, tiene unos dreadlocks largos que parecen una prolongación orgullosa de su negritud. Es un gigante de maneras adolescentes, con una ingenuidad que se le sale por la boca, porque hay que ver su sonrisa para entender que con él vas a terminar riendo.
No podría comenzar esta entrevista de otra manera que describiendo los rasgos más notables El Yoe, quien parece una de sus caricaturas caminando por la calle. Una caricatura que suma a su mundo de líneas, a cuanta persona conoce.
Del Toro, como firma sus obras, es un joven humorista gráfico habanero, que recientemente integró el colectivo de la publicación humorística Pa ´lante. Con solo 27 años es miembro de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) y ha sido merecedor de más de 40 premios nacionales y foráneos, otorgados por países como China, Croacia, Eslovaquia, Serbia, entre otros, por la calidad de sus obras de corte político.
En la anterior edición del Festival Internacional de Humor Gráfico Santa Clara 2017, Del Toro fue premiado con una exposición que actualmente se encuentra en el Centro Cultural El Mejunje. Galardón que obtuvo en 2016 y con el que confiesa haber cumplido un antiguo sueño.
«Fue muy grato recibir el premio del Melaíto porque ese es para mí el evento de humor gráfico más respetable y de calidad del país. Es doblemente satisfactorio que el premio fuese exponer en un lugar como El Mejunje, un espacio sagrado de creación y libertad. Me preparé mucho para ese festival porque desde niño me gustaba el trabajo de ese colectivo villaclareño, y es un honor que tengan en cuenta mi trabajo ».
«El dibujo estaba en mí »
«Yo siempre dibujé. Cuando niño lo hacía por imitar a mi hermano mayor, pero él dejó de hacerlo y a mí se me quedó porque me di cuenta que el dibujo estaba en mí y no he parado de hacerlo desde entonces. Empecé como todo aficionado en la Casa de la Cultura de mi municipio.
«Luego estudié en la Escuela de Instructores de Arte 13 de Marzo, en San Antonio de los Baños, y me gradué en el 2009. Desde mi etapa de estudiante hacía caricaturas de mis amigos a modo de broma, pero realmente comencé haciendo dibujo clásico.
«La formación académica que recibí fue fundamental porque para hacer caricaturas hay que descomponer la figura y saber cómo se compone. Desdibujar es muy difícil porque la caricatura humorística tiene un trasfondo artístico e inteligente que solo se logra de manera intencional.
«Yo tuve que pintar mucha naturaleza muerta y copiar los rasgos de cuanto amigo y familiar tenía cerca para lograr después romper lo convencional y buscar los detalles humorísticos. Hoy la caricatura me sale de oficio pero tuve que aprender desde cero como los niños aprenden a escribir.
«Antes de llegar al humor gráfico hacía dibujos hiperrealistas que terminaron aburriéndome. Luego me di cuenta que en los dibujos que hacía desde niño con mi hermano estaba la raíz. Siempre copiaba las ilustraciones de Pa ´lante y Dedeté. El humor era lo mío ».
Llevar la risa a la mente
«Cuando hago un dibujo de un tema es como si se abriera una llave de paso y salieran como agua, más ideas de mis manos. Esto me pasa mucho con la sátira política. Temas como: la guerra, el terrorismo, las migraciones, el medio ambiente y las fronteras, no salen de mi cabeza; porque son personas las que mueren allí, me duele el género humano.
«Desde mi línea de combate tengo que hacer algo por la gente, tengo que decir la verdad. Más allá de que el dibujo sea satírico para llamar la atención, busco que las personas piensen y se identifiquen con esas causas. Lo que hago es llevar la risa a la mente, para hacer a la gente pensar, por eso siempre estoy al tanto de lo último que sucede en la política internacional.
«Actualmente hay mucha calidad en el humor gráfico hecho por los jóvenes cubanos. Ese humor debería darse a conocer mucho más, porque está empleando nuevas maneras de crear y está siguiendo los pasos del buen humor que se hace en todo el mundo.
«Estoy integrado a un grupo de jóvenes humoristas gráficos que expone, de modo autogestionado, en la galería La Ubre, creada por nosotros. Esta se encuentra en La Habana, en la calle Línea entre 6 y 8. Allí se exponen obras de artistas como Zardoyas, Brady, Moro, Monte y demás.
«Todos poseen una propuesta de mucha calidad y variedad. Vale la pena entrar a La Ubre para alegrarse el día, conmoverse y pensar. Es un proyecto muy joven que busca promover la obra de todos nosotros y que nos permite crecer con las experiencias del otro.
«Como yo lo veo »
«Actualmente trabajo en Expocuba los sábados y domingos, y en el resto de las ferias que se hacen en La Habana como Arte para mamá y Arte en la Rampa. Allí me pueden encontrar dibujando a todo el que lo pide. El ejercicio de la caricatura repentista me ayuda a mejorar mi técnica porque para captar la esencia de inmediato, hay que observar cómo actúan las personas.
«Me fijo siempre en los gestos, en el modo de expresar de la gente, en cómo caminan, las posturas, el carácter e incluso en la mirada. Por lo general no conozco a los que dibujo y la imagen que logro está compuesta por flashazos de la personalidad que logro captar.
«El caricaturista debe tener mucho cuidado para no herir la sensibilidad de la gente, aunque quien pide una caricatura lo hace por decisión propia. La caricatura se presta para exagerar rasgos de forma humorística.
«Trato de sacar los detalles más risibles de las personas y los ubico de modo que se vea a sí mismo en la imagen. Siempre hay gente que se queja porque no quieren verse como realmente son. La visión que plasmo como artista, puede que no coincida con la versión que se hace la persona de sí misma, pero repito: el que pide una caricatura, se atiene a verse como yo lo veo ».