« ¿Por qué me gusta la música?, eso no lo sé, creo que no tiene explicación ». Fue la frase con la que Yaily Orozco Gálvez respondió a la interrogante acerca de su inclinación por este oficio. Y es comprensible. Cuando las personas transpiran arte no necesitan dar más explicaciones. Solo compartirlo con el resto.
«Desde pequeña mis padres me llevaron a hacer las pruebas de la Escuela Vocacional de Arte, estudié violín, luego Teoría de la música, después comienzo en Instructores de Arte en la misma manifestación donde aprendí a tocar la guitarra » así inició su formación académica, la cual asegura no concluir «porque cada día necesito superarme ».
Actualmente Yaily cuenta con un repertorio dedicado a los niños, sus composiciones, inspiradas en la naturaleza, la amistad y los animales, avivan en los infantes el amor hacia todo lo que los rodea. La Casa de Cultura y los círculos infantiles fueron los primeros espacios en los que compartió con los más pequeños de casa. En ese instante interpretaba temas de otros autores.
«Me empezaron a salir las canciones un buen día, Crua la la fue una de las primeras, cuenta la historia de mi encuentro con una rana, una casualidad, mucha gente se asusta pero a mi me dio gracia y me salió una canción. Primavera, Casa de bichos, Por un chapuzón, son casi todos temas relacionados con las cosas que tengo a mi alrededor y que me gustan ».
Con el grupo Teatro sobre el camino, participó en la obra La Mermelada, basada en el libro Finca La Mermelada de Yumié Rodríguez, estrenada hace siete años. Este proyecto, considera, la ayudó a madurar como artista «a pesar que interpretaba las composiciones de otros creadores tenía que adapatarlas a las características de la narración ».
Aunque en la mayoría de sus conciertos los infantes ganan protagonismo, los adultos también disfrutan de la música y los juegos durante la presentación. Junto a sus amigos del grupo Teatro sobre la marcha, desde el año pasado presenta Primavera, combinación de canciones, juegos y risas. Los artistas resultan sus asistentes, los cuales mediante peripecias interactúan con el público en un eficaz lazo artístico, bajo la tutela de Rafael Martínez, director de este grupo.
La también promotora y miembro de la Asociación de Hermanos Saíz (AHS) asegura que los conciertos con su hermana, la trovadora Yaima Orozco, son muy divertidos, «jugamos a cantar, antes lo hacíamos solo con sus canciones, ahora es con los temas de las dos ».
En cuanto a los planes para un espacio habitual afirma: «he preferido dedicarme a crear un repertorio para presentárselo al público, siempre con fecha planificada. Peña fija no tengo ninguna, estoy pensando en una peña-taller o un proyecto que aún estoy analizando. No quiero cantar para los niños cada semana o mes solo por presentarme, me gustaría que mi espacio aportara diversión pero que me obligue a crecer como artista ».