Hay emociones que enaltecen. La vivida el martes al mediodía marcan huellas para los integrantes del Grupo Teatro Escambray, quienes recibieron por sorpresa, en la sede en La Macagua, una carta de felicitación enviada por el presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, al reconocer a un colectivo que arribó días atrás a los 50 años de fecunda trayectoria artística.
El texto portado por Fernando Rojas, viceministro de Cultura, resalta cómo «los campesinos que vieron teatro por primera vez dejaron inmediatamente de ser espectadores pasivos para convertirse en protagonistas de un enriquecedor proceso de creación colectiva », cuando actores y actrices abandonaron las comodidades de las salas capitalinas y decidieron residir en comunidades, con difíciles accesos en vías de comunicación, en la serranía villareña.
Allí surgió, y prendió hasta nuestros días, afirma el mensaje del presidente cubano, «un ejemplo de constancia, fe en la capacidad emancipadora de la cultura y compromiso con nuestro pueblo y la Revolución », en una relación única hasta entonces con el público.
Aquel 6 de noviembre de 1968, cuando prendió la idea de formar un grupo de teatro diferente, brotó una estética de nuevo tipo que derivó en realidad inequívoca en una región inmersa en las renovaciones de sus esencias socioeconómicas y culturales.
El maestro, el asesor literario, el dramaturgo Rafael González Rodríguez, actual director de Teatro Escambray, enrolado en ese colectivo desde 1977, al agradecer la llegada del documento que cursó el presidente cubano, reconoció ante jóvenes artistas que se forman en el Grupo, así como directivos presentes en el acto y trabajadores de servicios, que siempre la presencia de Fidel, el líder Histórico de la Revolución, o de Raúl, el General de Ejército, en recorridos por la región, impregnaron inspiración y compromisos, y las realizadas después por Díaz-Canel trajeron ánimos de indagación.
Recordó González Rodríguez que el presidente cubano en el «tiempo que estuvo dirigiendo la Juventud y después posteriormente el Partido en la provincia, fue un asiduo visitante a esta sede, y de hecho jamás se perdió ninguno de los estrenos que hizo el Grupo durante años; y lo interesante de todo es que cada obra que nosotros representábamos, era la que le servía de material de discusión y de estudio.
«Venía y se aparecía aquí cuando menos lo esperábamos, a hablar sobre la obra y a ver las perspectivas que teníamos, cómo habían sido los procesos de investigación que habíamos utilizado.
«Era un interlocutor permanente de nuestras obras, y francamente ahora que él está ocupando la Presidencia de nuestro país es un enorme honor recibir esta carta. Nos honra y nos obliga a ser cada vez mejores artistas; mejores seres humanos; mejores personas comprometidas con nuestro proyecto social », indicó el director de Teatro Escambray, un colectivo que en casi un centenar de piezas, de montajes abiertos, o de salas grandes o pequeñas, traza una estética única en la comunicación con el espectador cubano y foráneo.
Carta del presidente cubano a al Grupo Teatro Escambray
