La razón en puntas

Un comentario sobre la importancia de que se haya salvaguardado la especialidad de ballet dentro de la Enseñanza Artí­stica en Villa Clara.

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Alumnos de la especialidad de ballet en Santa Clara
(Foto: Francisnet Díaz Rondón)
Francisnet Dí­az Rondón
Francisnet Dí­az Rondón
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22 Marzo 2019

La alegrí­a y sorpresa expresadas por los integrantes del Ballet Nacional de Cuba (BNC) cuando hace pocos dí­as «descubrieron » la valiosa cantera de estudiantes que cursan la especialidad en la Escuela Provincial de Enseñanza Artí­stica de Villa Clara, demostró que la razón siempre triunfa cuando se defiende una idea justa.

La mismí­sima primera bailarina Viengsay Valdés, subdirectora artí­stica del BNC, no salí­a de su asombro y entusiasmo al apreciar el fruto del trabajo consagrado de profesores y alumnos, que mucho debieron batallar contra obstáculos y decisiones burocráticas que pusieron en jaque la existencia de la disciplina en el territorio.

Viengsay y sus colegas entre ellos, los coreógrafos Alberto Méndez y Pedro Consuegra elogiaron la labor realizada en la institución docente. Tan emotivo resultó el encuentro, que la prima ballerina calificó de «maravilloso » el intercambio con los futuros bailarines, de los cuales varios pudieran integrar, algún dí­a, las filas del prestigioso BNC.  

En ese sentido Méndez, oriundo de Pinar del Rí­o, lamentó que la escuela de ballet de su provincia ya no existiese, y se alegró de que en Villa Clara se cultive la enseñanza de la especialidad con «ese apoyo, entusiasmo y resultados ».

De haber fructificado años atrás la infausta propuesta de eliminar la especialidad, hubiese sido un duro golpe no solo para la enseñanza artí­stica, sino también para la hermosa historia e impronta de la disciplina en esta provincia gracias a la incansable entrega de la profesora Marta Anido Gómez Lubián, fundadora de la primera escuela de ballet en el centro del paí­s.

Para nadie es secreto que la situación económica ha conllevado a reestructurar sectores y organismos en pos de disminuir gastos. Mas, en el caso de la cultura tales cambios no pueden medirse ni calcularse con frí­os números, sino con sentido común, inteligencia, y sobre todo, una profunda sensibilidad.

Nada resulta más reconfortante que disfrutar cada año del desempeño de los pequeños bailarines en las actividades organizadas por la escuela de arte, festivales o en el prestigioso evento «Para bailar en casa del trompo ». Inolvidable la puesta en escena de la obra Cascanueses, un sueño hecho realidad contra viento y marea.

Que los villaclareños, la región central de Cuba y la nación se enorgullezca de que exista una especialidad de ballet en Villa Clara se lo debemos a la resistencia, perseverancia y pasión con que profesores y alumnos la defendieron. También, al invaluable apoyo de los padres, horcones fundamentales en la carrera de sus hijos.

Triunfó el ballet y la razón. Arriba el telón y ¡aplaudamos!

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