Incongruencias culturales

En ocasiones, personalidades de la cultura villaclareña se ven relegadas a un segundo plano en detrimento de artistas de otros lugares del paí­s.

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Francisnet Dí­az Rondón
Francisnet Dí­az Rondón
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09 Agosto 2019

El maestro Tony Guzmán y su orquesta terminaron su actuación en el carnaval santaclareño. Como de costumbre, regalaron buena música cubana al público, al igual que hicieron dí­as antes en Nicaragua donde representaron dignamente a Cuba en las celebraciones por el aniversario 40 del triunfo de la Revolución Sandinista junto a ese hermano pueblo.

Tony Guzmán
Tony Guzmán no fue honrado con la distinción 330 Aniversario de la fundación de Santa Clara.  (Foto: Ramón Barreras Valdés)

En el mismo escenario carnavalesco se presentó Yumurí­ y sus hermanos, quienes recibieron la distinción 330 Aniversario de la fundación de Santa Clara, reconocimiento también dada al cantante Mayco D’ Alma. Pero Guzmán, quien con sus muchachos han entregado su talento desinteresadamente en disí­miles actividades polí­ticas y culturales para la ciudad durante 25 años, aún no han sido honrados con tal galardón.

El dúo reguetonero Yomil y el Dany ofrecieron sendos conciertos en Santa Clara y Sagua la Grande, por lo que pidieron más de 100 000 pesos por cada espectáculo, y se les pagó.

La estelar soprano Bárbara Llanes, considerada en la actualidad una de las voces más importantes del canto lí­rico en la isla, apenas recibe unos  10 000 por una presentacion. Igualmente, el Quinteto Criollo, nominado al premio Grammy Latino y con una encomiable trayectoria dedicada a la defensa del género campesino, percibe en la actualidad unos 8000 pesos, la más alta cifra en toda su carrera, según propias palabras de su director Mayito Gutiérrez.

Ernestina Trimiño
La cantante Ernestina Trimiño, con cinco décadas defendiendo los valores más auténticos de la música guajira, no ha recibido la Distinción por la Cultura Nacional. (Foto: Ramón Barreras Valdés)

A reconocidos jóvenes artistas, hasta con menos de quince años de desempeño profesional, se les entregó la Distinción por la Cultura Nacional; sin embargo, figuras como la intérprete Ernestina Trimiño, con más de cuatro décadas defendiendo los valores más auténticos de la música guajira, no la ha recibido. Incluso, el desaparecido maestro de las artes plásticas Arnaldo Sarduy Guedes, formador de generaciones de pintores, nunca pudo verla prendida en su pecho.

Irina Toledo Rocha, directora de la Orquesta Sinfónica de Villa Clara, lleva casi una década de trabajo ininterrumpido. Ha participado en disí­miles actividades de relevancia nacional e internacional, ha colaborado con artistas y agrupaciones de excelencia de Cuba y otras naciones, gracias a su dedicación posee categorí­a de primer nivel al igual que la sinfónica villaclareña y ha sido acreedora de la Distinción por la Cultura Nacional que otorga el Ministerio de Cultura. Pero, Irina Toledo Rocha aún no ha sido acogida como miembro de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac).

En varios centros nocturnos de la ciudad se programa y prioriza la música electrónica, pantallas y videos musicales, mientras la música en vivo brilla por su ausencia. Mas, la Empresa Provincial Comercializadora de la Música y los Espectáculos Rafael Prats de Villa Clara cuenta en su catálogo con más de 330 unidades artí­sticas de diferentes categorí­as.

Muchos más ejemplos ilustrarí­an las incongruencias que lastiman a quienes han hecho, y hacen, por el arte y la cultura del paí­s. Tales descuidos, olvidos y distorsión de las jerarquí­as artí­sticas horadan, cual gota de agua a la piedra, la polí­tica cultural.

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