Un Martí­n que es primavera

Martí­n Rodrí­guez Domí­nguez o, cariñosamente, Martincito, ha demostrado cuánto puede lograrse en la vida sin importar obstáculos o duras pruebas.

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Vanguardia - Villa Clara - Cuba
Martincito junto a sus padres Martín y Luisa, piedras angulares de su educación y desarrollo. (Foto: Cortesía de la familia)
Francisnet Dí­az Rondón
Francisnet Dí­az Rondón
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29 Septiembre 2019

Con total seguridad y nervios de acero aguarda el anuncio de su presentación. Apenas irrumpe en el escenario el público aplaude y sonrí­e. Su carisma atrapa a cada uno de los presentes, quienes quedan admirados por las habilidades del protagonista.

No se trata de un afamado actor o un intelectual de renombre, sino de un peculiar artista aficionado que se ha ganado el afecto y respeto de muchos por su valor, perseverancia, entrega, abnegación e inteligencia. Cualidades que lo hacen un ser especial, en el sentido más humano de la palabra.

Martí­n Rodrí­guez Domí­nguez o, cariñosamente, Martincito, ha demostrado cuánto puede lograrse en la vida sin importar obstáculos o duras pruebas. Su condición de salud nunca le ha impedido sonreí­r, amar, disfrutar y superarse a sí­ mismo.

Exposición personal de Martincito. (Foto: Cortesí­a de la familia)

Diagnosticado con hidrocefalia del tipo comunicante, a pocos dí­as de nacido, constituyó un duro golpe para la familia, sobre todo para sus padres Martí­n y Luisa, piedras angulares en la educación y desarrollo de su hijo. A pesar de la difí­cil realidad, no escatimaron esfuerzos para transformarlo en una persona capaz de interactuar, expresarse, desenvolverse, socializar y comunicarse de la mejor manera posible.

Prueba de ello son sus múltiples premios y reconocimientos en festivales, exposiciones y talleres de Cultura y de la Asociación Cubana de Limitados Fí­sico-Motores (Aclifim) a nivel municipal y provincial, en los cuales ha dejado su impronta a través de obras pictóricas y monólogos teatrales.

La casa de cultura Jorge Arche Silva, de la cabecera municipal de Santo Domingo, ha sido el segundo hogar de Martincito, donde ha recibido el apoyo incondicional de los trabajadores, en especial de sus mentores, el reconocido maestro de las artes plásticas José Ramón Ley, y el instructor de arte en la especialidad de teatro Erick Gálvez Pérez.

Martincito recibiendo lecciones de dibujo de su profesor José Ramón Ley. (Foto: Cortesí­a de la familia)

«Me sorprendió mucho su posibilidad de desarrollar la memoria. A él le ocurre algo hoy y al cabo de unos años todaví­a logra acordarse del suceso. Retiene bien la imagen y la información, y para ser un buen teatrista la memoria es importante », manifiesta Erick.

«Martincito es muy inteligente. Aunque se le dificulta el habla, pudimos utilizar algunos recursos que le permitieron actuar. Incluso, ya hemos logrado un amplio repertorio de varios montajes. Es muy disciplinado. Por lo general acude a los ensayos a la hora prevista, no protesta y le gusta el teatro », dice.

Martincito en uno de los ensayos con su instructor de teatro Erick Gálvez. (Foto: Cortesí­a de la familia)

Igualmente, para el profesor Ley ha sido un orgullo haber contribuido con la enseñanza de su aprendiz, quien poco a poco se adentró en el maravilloso mundo de crayolas y colores.

«Cuando yo impartí­a clases en el taller de pintura de la casa de cultura, Martincito entraba a cada rato a mirar lo que hací­an mis alumnos. Un dí­a le pregunté “ ¿Quieres dibujar?”, y dijo que sí­. Le di una crayola y una cartulina. No sabí­a qué hacer, y busqué un método para incentivarlo. Al dí­a siguiente le conté historias, y le propuse mencionar un objeto que le gustara.

«En una ocasión le sugerí­ dibujar una tilapia, o sea, un pez. Yo no querí­a guiarle la mano ni hacerle su trabajo, sino que se desempeñara por sí­ mismo. Paulatinamente, fue avanzando, hasta lograr su primera exposición titulada "Martí­n, de colores y otros sueños". En su presentación apenas pude hablar de la emoción y el orgullo. Ha sido una experiencia muy hermosa », expresa el maestro.

Diversos lauros y reconocimientos avalan los logros de Martincito, entre ellos: premios en los festivales Provincial de Teatro y Danza auspiciado por la Aclifim en Corralillo, en 2018, y de Fonomimia, en 2014; Premio de la popularidad con el monólogo La Guagua en el evento Panorama Teatral, 2013; Diploma de Destacado en el Festival por los dibujos de Medio Ambiente, otorgado por el Consejo Municipal de las Brigadas Técnicas Juveniles (BTJ), así­ como sendos galardones en el Cuarto Taller de experiencias de la Brigada José Martí­, a nivel municipal y provincial, en el 2009.

Martincito es inspiración y esperanza. Un ejemplo fehaciente de que las adversidades pueden vencerse cuando nos lo proponemos con el corazón y el alma. Su personalidad ha sido bellamente descrita por el poeta e investigador dominicano Carlos A. íguila Vega, quien le dedicó una hermosa décima ilustrada por el protagonista de esta historia, titulada El niño Martí­n.

¿Quién no conoce a Martí­n

de crayolas y otros sueños?

Sus trazos, aunque pequeños,

tienen mucho de jardí­n.

Pinta los campos sin fin,

el arroyo y la palmera.

Pinta, sí­, de tal manera

que el frí­o desaparece

y en la página florece

un Martí­n que es primavera.

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