Juan Carlos Pérez Bermúdez: «La creación siempre es un viaje inconcluso »

El artista de la plástica, participante en el proyecto Dentro del Juego, expresa ideas e inquietudes sobre su obra y la actualidad de las artes plásticas.

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 Juan Carlos Pérez Bermúdez, artista de la plástica villaclareño. (Foto: Mauricio Núñez Rodríguez)
Juan Carlos Pérez Bermúdez, artista de la plástica villaclareño. (Foto: Mauricio Núñez Rodríguez)
Mauricio Núñez Rodrí­guez
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18 Diciembre 2019

El Centro de Desarrollo de las Artes Visuales enclavado en La Habana Vieja mostró recientemente la exposición Espacio posible, una idea del proyecto de creación colectiva Dentro del Juego, que agrupa a artistas de Santa Clara. A través de la sí­ntesis propia que brinda un salón, se pudo apreciar el notable y heterogéneo quehacer de esta zona del paí­s que ha sido siempre uno de los núcleos culturales más significativos de la isla.

Nos acercamos al universo de uno de los artí­fices de esa experiencia creadora, el artista Juan Carlos Pérez Bermúdez, avalado por más de dos décadas de trabajo profesional y numerosos reconocimientos a su obra. Esculturas de su autorí­a, por ejemplo, forman parte de la visualidad de la ciudad de Santa Clara, no solo porque están ubicadas en importantes espacios de socialización urbana, sino porque representan a significativas figuras villaclareñas, como Marta Abreu, o de la estatura de José Martí­, Leoncio Vidal y Simón Bolí­var.

Transitas de la pintura a la escultura como si fueran estaciones propias en tu viaje estético. ¿En cuál de ellas te sientes más pleno?

El acto de la creación artí­stica es un viaje inconcluso siempre, por eso creo que llamar a un artista pintor o escultor en estos tiempos es encasillar un proceso creativo. Se es artista y punto. Estos lí­mites se difuminan un tanto en la contemporaneidad.

«Tengo una formación pictórica, aunque en la etapa de estudiante transitas inevitablemente por ejercicios tridimensionales, pero básicamente, pintor. Sin embargo, varios colegas han dicho que mi pintura es muy escultórica. Eso lo dejo a consideración del espectador o la crí­tica. Quizá por ello, proyectos que nacieron como esculturas terminaron convirtiéndose en parte de mi obra bidimensional y, a su vez, cuadros dieron paso a proyectos escultóricos.

«En este momento ambas manifestaciones forman parte de mi medio de expresión. No existe predilección de una sobre otra, sino que se complementan y ahí­, precisamente, se encuentra la plenitud ».

El monumento al Libertador de América, en el parque Maceo, en Santa Clara, obra de  Juan Carlos Pérez Bermúdez y Delvis Santos íguila. Mide casi dos metros de altura y 90 centí­metros de ancho. (Foto: Ramón Barreras Valdés)
El monumento al Libertador de América, en el parque Maceo, en Santa Clara, obra de Juan Carlos Pérez Bermúdez y Delvis Santos íguila. Mide casi dos metros de altura y 90 centí­metros de ancho. (Foto: Ramón Barreras Valdés)

La escultura épica ocupa un lugar distintivo en tu quehacer. Piezas con la imagen de José Martí­, Simón Bolí­var o Leoncio Vidal están enclavadas en instituciones públicas de Santa Clara. ¿Han sido obras por encargo, te interesa esta lí­nea de creación, o ambas razones?

Han sido piezas encargadas puntualmente. No es que haya existido un interés marcado por este tipo de trabajo; pero desde que he asumido estos retos se han convertido en otra arista importante, aunque corres el riesgo de que te encasillen. Al menos, en mi caso, no se resume al solo hecho de una simple reproducción iconográfica.

«Me gusta investigar previamente sobre la vida y obra del personaje, estudiar, buscar las mejores imágenes, involucrarme, y terminas conociendo un poco más de historia, además de ser un excelente ejercicio de superación académica que aporta mucho a mi labor como educador.

«Por otra parte, es un honor para cualquier artista que su obra forme parte de la visualidad de su ciudad o de cualquier otra. Es la validación del trabajo, tu mejor currí­culo, el legado que dejarás ».

Logras piezas realmente hermosas, de excelente factura e identificables a la primera mirada, y trabajas en bronce, cemento o piedra.   ¿Cómo consigues tanta verosimilitud en la expresión del rostro de las personalidades que seleccionas para tus esculturas?

Es puro ejercicio técnico: ensayo y error, por decirlo de alguna manera. Mi paso por la academia, luego el hecho de ejercer como profesor de dibujo en la misma institución (actualmente Centro Provincial de Enseñanza Artí­stica), me han ayudado mucho. No obstante, el mérito no es solo mí­o.

«Vale  destacar que  para  muchas de estas obras he contado con colegas, en especial Delvis Santos, amigo y coautor. El trabajo con el barro, una opinión acertada y el consenso en equipo permiten corregir e ir logrando poco a poco la expresión deseada, teniendo en cuenta el material definitivo y sus caracterí­sticas propias; lo demás es moldeo, fundición y terminación, ejercicios más técnicos que también, por supuesto, requieren oficio ».

¿Por qué no se conoce más en la capital la creación artí­stica que se realiza en el centro del paí­s?

El propio surgimiento del proyecto Dentro del Juego responde de alguna manera a estas inquietudes. Sin ánimo de buscar culpables, se debe a una sucesión de problemáticas, tanto institucionales como de los propios artistas. La falta de perspectivas promocionales de ambas partes hace que exista una inmovilidad artí­stica más allá de las fronteras de una provincia.

«El desinterés dado por el hecho de no percibir un beneficio real provoca la carencia de estas estrategias de promoción. ¿Para qué traer artistas de provincia? Es cierto que ello genera gastos de recursos, y  muchas veces no se cuenta con ellos.  Esto  provoca que la balanza se incline hacia una zona de confort donde el artista trabaja más para una economí­a necesaria y sin riesgos de apostar por una obra creativa  y representativa de su talento. Por ello el proyecto surge para visibilizar la obra de un grupo indeterminado de artistas partiendo de la autopromoción ».

Posees una creación artí­stica sólida y mantenida desde la década de los 90 del pasado siglo; sin embargo, solo tienes tres exposiciones personales, y la más reciente fue en el 2005. ¿Por qué tanto tiempo sin mostrar tus obras?

Es cierto que me he mantenido un tanto alejado de los espacios expositivos, sobre todo con propuestas personales. Me he enfocado, fundamentalmente, en proyectos de otra í­ndole, como obras por encargo para emplazamientos monumentarios y ambientales en la ciudad, así­ como proyectos pictóricos; pero en general no obedecen a una estética propia para las galerí­as.

«No quiero decir con esto que haya sido un arte menor. Ha sido una propuesta artí­stica responsable y respetuosa, solo que constituye otra manera de visibilizar mi obra. Todo esto hace que proyectos personales expositivos tengan una producción más lenta, por eso conservo obras que son parte de un discurso estético-conceptual en espera de un completamiento coherente para ser expuestas.

«Por lo pronto, trabajo para una muestra personal en octubre del próximo año, que pienso después mover a otros espacios, quizás a la capital ».

 

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