Admirables juguetes

Equipos vinculados a labores agrí­colas de la industria azucarera cubana figuran en la mira de Yosdiel Machado Beltrán, un joven que fabrica juguetes artesanales.

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Yosdiel presenta una de sus últimas creaciones
Combinada cañera, de procedencia brasileña, uno de los últimos equipos que terminó Yosdiel. (Foto: Luis Machado Ordetx).
Luis Machado Ordetx
Luis Machado Ordetx
@MOrdetx
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09 Febrero 2020

Con la magia del fabricante, a pequeña escala, Yosdiel Machado Beltrán recoge pequeñas chapas metálicas, tornillos, cables, y hasta recortes de plástico y madera para emprender otras ingeniosidades. Son materiales que para algunos resultarí­an inservibles. Sin embargo, cada componente dejará su provecho, como especie de «divertimento » con lo cual creará un equipo mecánico que antes no existí­a.

Las ideas, convertidas después en «aparatos » conclusivos,   parten primero de la observación de equipos empleados en el corte, alza y tiro de la caña. Ve en el taller donde labora su padre cómo desarman los dispositivos mecánicos y también cómo los ensamblan, durante los perí­odos de reparaciones.

Sabe el muchacho de una «ojeada » el lugar exacto en el cual colocan las piezas, y luego, con la precisión del miniaturista, recompone los proyectos hasta dar término a una inusual «jugueterí­a » que exhibe para satisfacción personal. La inusual artesaní­a muestra otros regocijos  que llevaron al creador a presentarla en cí­rculos de interés y exposiciones estudiantiles.

Disposición eléctrica de la combinada. (Foto: Luis Machado Ordetx).
Disposición eléctrica de la combinada. (Foto: Luis Machado Ordetx).

Los fines de semana, después del estudio, los dedica a lo que algunos llaman pasatiempo de momento. En idénticos menesteres lleva años, como el aprendiz que ajusta «cacharros » especiales que asombran a las personas mayores de la familia y del vecindario.

Allí­ están desde modelos de combinadas antiguas, hasta las modernas de factura brasileña, y tractores con carretas de doble arrastre, alzadoras, así­ como motoniveladoras y los buldóceres que «sueña » para el acondicionamiento de caminos cañeros.

Yosdiel cursa ahora el noveno grado en el centro mixto Miguel íngel Pedroso, en las cercaní­as del ingenio Ifraí­n Alfonso, en Ranchuelo. Desde los  cinco años se afanó en armar juguetes personales y otros de amigos. Los desperfectos por el uso continuado, a veces, no tení­an solución. Uno que otro regaño se buscó de los mayores de la casa, y así­ se formó un tipo de fiesta infantil en la cual también reuní­an los regalos que en ocasiones hací­an los   padres.

¿Seguro que por curiosidad rompieron algunos para contemplar los interiores?

El muchacho sonrí­e, y comenta que los regaños se sucedí­an, hasta que comenzaron a surgir los originales juguetes vinculados a la familia de equipos existentes en el taller, y aparecieron enseñanzas y la manera más efectiva de conseguir diminutas láminas de zinc, plástico y hasta residuos de pintura de diferentes colores utilizados después en el acabado técnico de módulos empleados en el corte, alza y tiro de caña.

Algunos de los equipos que conforman la colección personal. (Foto: Luis Machado Ordetx).
Algunos de los equipos que conforman la colección personal. (Foto: Luis Machado Ordetx).

Las novedosas construcciones que concluye el muchacho de 14 años causan asombro, y algunas obtuvieron premios y reconocimientos en certámenes escolares.   Nada de inventos tecnológicos y equipos o muñecos robotizados.   Los ingenios de Yosdiel, tal como apreciamos hace un tiempo, son juguetes artesanales que, incluso, afianzan una dimensión didáctica y hasta pueden servir para el aprendizaje de los equipos especí­ficos que emplea la agroindustria azucarera en faenas de cosecha.

Uno de los últimos acabados representa una moderna combinada, de tecnologí­a brasileña, con sistemas instalados que, en «seco »,  demuestra las labores que el equipo ejecuta entre cañaverales. Esa constituye una de las mayores satisfacciones. Con pilas de 1.5 V y pequeños motores eléctricos salen esas jugueterí­as, convertidas en maravillas del ingenio creativo de un prodigioso adolescente.

Parte de los  «juguetes » didácticos que integra la colección del estudiante de Ranchuelo. (Foto: Luis Machado Ordetx).
Parte de los «juguetes » didácticos que integra la colección del estudiante de Ranchuelo. (Foto: Luis Machado Ordetx).

En cuanto equipo llegue nuevo al taller de la industria azucarera, allí­ pondrá los ojos Yosdiel para hacer cálculos y conformar, de acuerdo con los materiales disponibles, otro similar a pequeña escala. Por el momento, el muchacho no deja de estudiar en su centro escolar. Habla con satisfacción de las notas que obtiene en las diferentes asignaturas y de las travesuras que como a todo joven se le presenta en la vida. También comenta de los sueños de convertirse un dí­a en ingeniero mecánico para innovar y mejorar los equipos mecánicos que transitan por los campos cercanos a su comarca.

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