Joaquín Betancourt recibió la distinción Huésped Distinguido de la ciudad de Santa Clara. (Foto: Francisnet Díaz Rondón)
Francisnet Díaz Rondón
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11 Marzo 2020
11 Marzo 2020
hace 4 años
El maestro Joaquín Betancourt subió al escenario del teatro La Caridad y junto a su joven jazz band para regalar a los presentes regaló una presentación de excelencia, maestría y lujo, en el teatro La Caridad. El Premio Nacional de Música fue el invitado de honor del recién concluido XXIV Festival de Música de Cámara «A tempo con Caturla », que acogió a reconocidos exponentes de varias partes del país.
Durante casi una hora de duración deleitaron al público con obras de John Coltrane (Giant Steps), Agustín Barrios Mangoré (La catedral), Bill Evans (Le’s Pretend, Whatcha Wallaby), Emiliano Salvador (A Puerto Padre) y del propio Betancourt (Yemayá).
La ocasión resultó propicia para que el Gobierno municipal de Santa Clara reconociera al maestro con la condición de Huésped Distinguido, lo cual agradeció emocionado.
A través de su agrupación el también Premio Maestro de Juventudes, otorgado por la Asociación Hermanos Saíz (AHS) ha formado a jóvenes músicos inculcándoles amor, profesionalidad y pasión por la música
«Este proyecto me sorprendió en la vida. No es que yo pensara retirarme, pero sí dedicarme a otras esferas, en especial a la producción musical. Por un hecho inusitado sucedido en un concierto con otra agrupación, los mismos jóvenes me pidieron hacer una jazz band. Nunca pensé que iba a durar tanto tiempo.
«La formé para hacer un evento dedicado a la Orquesta de Música Moderna, en un festival Jojazz, lo cual gustó mucho y comenzó a ser solicitada. Hasta que la presidencia del Instituto Cubano de la Música, y uno de los viceministros de Cultura, me pidieron constituir la agrupación oficialmente, que ellos me apoyaban », rememora.
Según el maestro, el nuevo proyecto sirvió también como una unidad docente para enseñar a los músicos tocar en conjunto en formato grande, algo que se había perdido de Cuba.
«Tradicionalmente, los músicos cubanos aprendían a trabajar en las orquestas del mundo del cabaret, que casi ha desaparecido por diferentes razones. Esto constituía una buena oportunidad para formar a los jóvenes músicos en la cultura de trabajar en ensemble, o sea, en conjunto. Aunque, también, con la idea de que aprendan la cultura de tocar del músico de profesión, listo para tocar cualquier género », manifestó.
La formación de jóvenes músicos ha sido una de sus grandes pasiones. Gracias a su perseverancia y entrega, varios talentos se han moldeado en las manos del incansable artista.
«Han pasado varias generaciones durante estos once años, con la presencia de músicos de la talla de Michel Herrera, un solista consagrado; Héctor Quintana, Yoandry Argudín, y muchos virtuosos que hoy son parte del panorama de la música cubana.
«Para mí es un logro personal. Tengo un compromiso eterno con la juventud. Mientras exista una persona que necesite ayuda, allí estaré dando lo mejor de mí. Me siento orgulloso al aportar un granito de arena a la cultura musical del país y preparar las nuevas generaciones para el futuro », manifestó.
Sobre la ciudad de Santa Clara y su público, expresó:
«Esta es una de las tantas veces que he estado en Santa Clara, felizmente. Estuve en otras ocasiones con mi grupo Opus 13, y hacía tiempo no me presentaba acá. Creo que la última vez en venir fue en un Festival Boleros de Oro, acompañando a mi esposa (Emilia Morales).
« Yo estudié con muchos músicos santaclareños, de quienes guardo grandes y bonitos recuerdos. Santa Clara sigue siendo Santa Clara, muy gentil, caballerosa. No tengo palabras para describirlo », concluyó.