El reconocido promotor, actor y director teatral Ramón Silverio Gómez llevará a escena este fin de semana un estreno en esta etapa pospandemia, en la Sala Margarita Casallas, del popular centro cultural santaclareño. Este será el primero en ver la luz en las tablas villaclareñas luego de estos largos meses de aislamiento.
El también conocido como padre de El Mejunje escribió el texto titulado Si puedes tú con Dios hablar durante los días de obligatoria reclusión y comenzó a dirigir el montaje, prácticamente, a distancia. El unipersonal será protagonizado por la actriz Mayuli Hernández Sánchez de la Campa.
«La obra está inspirada en una señora vecina mía que ha vivido con la fantasía de un novio llamado Jorge. Es un canto a la ancianidad, a esas personas que tienen derecho a vivir y tener su propio mundo irreal, aunque también vive en el real. Hoy tiene 95 años, y sigue soñando con su amor y con casarse; no obstante, está muy al tanto de la actualidad », explica Silverio.
Cuenta el dramaturgo que llamaba a Mayuli por teléfono para darle orientaciones, dictarle parte del texto, y de esa manera aprovechaban el mayor tiempo posible. Desde hace años había pensado en la actriz para la interpretación del personaje, que al fin llega a las tablas.
«Es una deuda que tenía con ella y conmigo de escribirlo, y lo hice en este tiempo. Ya después, cuando se pudo, nos fuimos al teatro para ensayar, y mientras tanto se fue haciendo toda la labor de escenografía, vestuario, musicalización. Un trabajo muy bonito en el que nos empeñamos tres o cuatro personas.
«Mayuli tiene un papel determinante porque tuvo a su cargo toda la realización escenográfica. Excepto la alfombra, muy linda, confeccionada por una señora, todo lo demás lo hizo ella, al igual que Marcos, encargado del sonido. Cuando la gente se enamora, todo se puede lograr en tan poco tiempo », manifestó Silverio.
Por su parte, la actriz, con una vasta carrera en las tablas primero como actriz de Laboratorio Teatral, dirigido por Roberto Orihuela, y luego en el Grupo Teatro Mejunje, encara el rol protagónico de la obra como un desafío. El unipersonal resulta un trabajo de envergadura, pues debe asumir la manera de caminar de la señora, sus manías, su voz y otras cualidades.
«Constituye un desafío por cuestiones de temperamento. Tenía que dominar la energía y eso me costaba bastante trabajo. Era una obra de la que habíamos hablado hacía mucho tiempo y no pensaba que se fuera a hacer. Me enamoró la idea, mucho más cuando conocí a la persona, que vive todo ese mundo de fantasía.
«Soy una persona hiperquinética, siempre estoy moviéndome, bruscamente, hablo alto, y ella tiene movimientos más débiles y lentos. En realidad, mi reto está ahí, en lograr hacerlo como ella », concluyó.