Buscando entre algunos de mis libros favoritos encontré una selección de poemas de Samuel Feijóo hecha por Cintio Vitier. A bolígrafo negro, con una letra poco legible y debajo del título decía: Aquí están también mis décimas. Además, incluía una dedicatoria: A mis hijos y nietos.
Se trataba de uno de esos libros que los amigos te prestan y nunca se devuelven. Pertenece a Cuella, mi vecino de arriba, hombre de campo y contrincante en nuestras noches de controversia. A sus 76 años, Cuella sigue pensando que Saturnino Víctor es un nombre muy largo para él.

Luego de la portada se encontraba la habitual página en blanco, solo que esta no estaba tan en blanco, ya que Cuella había puesto algunos versos en ella:
Prólogo
Para este prólogo hacer
Yo no tengo más remedio
Que colocarme en el medio
De Samuel y de Vitier
Debo de permanecer
Neutro sin buscarme lío
Aprovechar el vacío
Que la imprenta despreció
De eso cultivarme yo
Y colocar versos míos.
Unas páginas y 100 décimas después, los versos octosílabos ya eran demasiado provocadores. Aquel señor que, junto a mi abuela, me había metido en el mundo de la décima ahora aprovechaba los espacios en blanco que la imprenta dejó para “publicar†sus propios poemas.
«Te lo presté hace tiempo, ese libro me lo regalaron por mi cumpleaños y no me gustó. Yo he leído todos los libros de Feijóo y, la verdad, esos poemas no me gustan. Son como de otro Samuel, no del que yo conocí en El sensible Zarapico, no el que describió René Batista, no es un Samuel guajiro, gracioso ».
En el prólogo del libro, Vitier recorre las diferentes etapas literarias de la vida de Samuel Feijóo. Al decir de Vitier la vastedad, la incesante abundancia han sido algunas de las causas, junto a la polifacética personalidad del autor que han obstaculizado el acceso a su lírica y han retardado su cabal jerarquización por parte de la historiografía literaria nacional.

A esta explicación Cuella responde:
Feijóo te pido perdón
En el nombre de Vitier
Por no poder entender
Nada de su colección.
Ojalá en otra ocasión
Recoleccione otros temas
Con poesías amenas,
O al menos del gusto mío
Porque ha dejado vacío
El dulce de mis colmenas.
Aquí acabo de leer
Esta bella introducción
Que ha hecho en esta ocasión
Nuestro gran Cintio Vitier.
Juro que hay que tener
Una tremenda cultura
Pues el prólogo es de altura
Al estilo Feijoosiano
Y Vitier quiso mi hermano
Ponerme la cosa dura.
Aquí comienzo a leer
Ahora la segunda parte
Y voy a ver si mi arte
Se apega a Cintio Vitier.
Ojalá que pueda ser,
Para eso tomo cuidado
Aunque estoy muy preocupado
Por no poderlo entender
Pues este Cintio Vitier
Escribe muy enredado.

«No tengo nada en contra de Vitier, es de las personalidades que tengo en más alta estima, pero este libro me decepcionó, me dejó versos de un Feijóo que no reconozco, me dejó palabras que no entiendo porque no están al nivel de un guajiro como yo. Para mí Feijóo siempre fue un amigo que me acompañaba al monte, a las canturías, gracias a él comencé a escribir y a leer ».
Cuella, lápiz en mano no para ni un minuto, noche tras noche para convencer al sueño, año tras año, ya le cuesta contar las décimas escritas, los espacios en blanco de los que se ha aprovechado en un intento más por vivir de sus letras convulsas.