Seguro que en casa anduvo mojado por estos días, con la montaña de ropa sucia llegando al cielo; y en las paredes, los portales y media casa, un riachuelo. Pero eso sí, en el hogar la lengua estuvo calentita y, en el filo, las cientos de frases cubanísimas.
«Siempre que llueve, escampa » o «A mal tiempo, buena cara » alcancé a leer en uno que otro estado de Facebook o de Whatsapp y yo sin esperanza de que cesara el diluvio universal.
Quizás otra frase alegórica acaparó nuestra vista: «Después de la tormenta siempre viene la calma » y así fue.
Eta dejó en Tengo la palabra un reto, varias expresiones idiomáticas que usamos los cubanos, que significan llover en abundancia:
¡En Villa Clara estuvo decenas de horas lloviendo a cántaros!
¡Mientras Eta pasaba estuvo cayendo un chaparrón!
¡Esa tormenta dejó tremendo palo de agua!
Para seguir lloviendo sobre lo mojado (no aportar nada nuevo), tal vez hayas usado estas expresiones de temporal en casos muy figurados:
Pero pero te recomiendo que nunca le desees a nadie que lo parta un rayo (desear mal a alguien).
Tampoco que esté con el agua al cuello (estar presionado con muchos problemas).
O que se encuentre, en un determinado de la vida, en medio del ojo del huracán (estar en el centro de la polémica).
PD. Pago porque encuentren otro país del mundo donde, en lugar de lluvia, caiga un chin chin.