La reconocida promotora cultural, investigadora y maestra de generaciones cumple 90 años este 20 de mayo. Sirva esta crónica para celebrar su aniversario y desearle mucha salud.
A sus 90 años, Martha Anido Gómez Lubián constituye memoria viva de la historia, la investigación y la cultura de Santa Clara, Villa Clara y Cuba. (Foto: Freddy Pérez Cabrera)
Francisnet Díaz Rondón
2322
20 Mayo 2021
20 Mayo 2021
hace 3 años
Cuando la niña lloró por primera vez aquel 20 de mayo de 1931, su abuelo materno quien fuera capitán del Ejército Libertador, un hombre de un patriotismo inmenso colocó una banderita cubana encima del mosquitero de la cuna, la madre de la pequeña le sugirió ponerla en otro lado, donde se viera mejor, y el viejo mambí ripostó: «No. Ella tiene que estar bajo la sombra de esa bandera, porque tiene que defenderla siempre ».
Consecuente con su herencia cubanísima, Martha Anido Gómez Lubián ha amado a la patria, a su cultura, a su pueblo... Ahora, a sus 90 años de fecunda existencia, no cesa de sorprendernos con la vitalidad propia de los elegidos que caminan sobre la tierra: esos seres únicos, capaces de alimentar almas y exaltar corazones.
Donde se encuentre Martha se halla un pedazo de historia. Ella es país. Cuando habla, todos quedan atentos para aprehender cada detalle, pasaje, anécdota, aclaración, corrección...
Así les ha transmitido a generaciones de mujeres y hombres el orgullo de ser y sentirnos cubanos y patriotas por sobre todas las cosas. De defender y amar sin reparos la ciudad, los barrios, las calles y el hogar; de jamás avergonzarnos de nuestros orígenes y raíces, sino de dignificarlos con la actitud, el carácter, la educación y cultura.
¡Cuánto le debe Villa Clara y Santa Clara a su Martha de sonrisa dulce y memoria radiante!
Gracias a su perseverancia, los santaclareños disfrutaron del ballet clásico desde mediados del siglo XX, algo impensable en aquellos tiempos. Creó la primera academia en el interior de la isla e inició una hermosa etapa como bailarina y coreógrafa, no sin enfrentar los tabúes y prejuicios de la época. Sin embargo, no dejó de enseñar a decenas de niñas, incluso de los estratos menos favorecidos.
La excelsa maestra no ha dedicado su vida solo a la danza, sino también a la historia, la investigación y a la promoción cultural. En el Atlas etnográfico de Cuba se encuentra plasmada su huella, al contribuir, especialmente, con el capítulo dedicado a Villa Clara.
Al rescate de la memoria histórica se ha entregado con devoción, en buena parte porque la ha vivido o recibido de protagonistas excepcionales, lo que la convierte en fuente invaluable de consulta obligada y referencia única. Su labor investigativa se ha extendido a la cultura y religión afrocubanas, de la cual ha extraído valiosos elementos al visitar y entrevistar a descendientes de negros esclavos en distintas regiones de la geografía villaclareña.
Su experiencia se reclama en todas partes: festivales, eventos, carnavales, concursos, ceremonias… Todos la necesitan, todos la admiran.
Martha Anido es un símbolo viviente, un orgullo de Villa Clara, Santa Clara y Cuba. Necesitamos que nos acompañe muchos años más, para que nos ilumine con su intensa y sabia luz.