Yuniesky González Pérez, joven emprendedor del municipio de Camajuaní, provincia de Villa Clara, ha sabido combinar la música y la artesanía, empeño que constituye el sentido de su vida.
Yuniesky González Pérez (el Músico) ha hecho de los oficios de la música y la artesanía el sentido de su vida. (Foto: Francisnet Díaz Rondón)
Francisnet Díaz Rondón
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01 Junio 2021
01 Junio 2021
hace 3 años
Combinar la música y la artesanía parece un empeño complicado; mas, para Yuniesky González Pérez constituye el sentido de su vida. Este joven nacido en la comunidad de Tarafa, en Camajuaní, Villa Clara, confiesa que no existen obstáculos ni límites para alcanzar los sueños.
Integrante de la Banda Municipal de Concierto y, a la vez, trabajador por cuenta propia al frente de un taller de confección de calzado y artículos de piel, el Músico seudónimo con el cual todos lo conocen y marca establecida de su negocio rememora cómo inició el recorrido por ambas ocupaciones.
La música toca a la puerta
Desde muy pequeño el primer instrumento que llegó a las manos de Yuniesky fue una guitarrita de madera, con la cual se acompañaba cuando cantaba. Pero, su vocación no quedó en el baúl de la infancia.
Luego de cursar el noveno grado, comenzó a estudiar música en el Centro Provincial de Superación para la Cultura íngel Román González Borrell, de Villa Clara. Escogió el clarinete, y se dedicó al instrumento con mucho empeño y seriedad, hasta el punto de integrar las bandas de concierto de Camajuaní y Santa Clara, además de la Orquesta Sinfónica, junto a su maestro Roberto Angulo.
«Tuve profesores muy prestigiosos y me siento muy orgulloso de ello. Me decidí por el clarinete porque lo considero un instrumento muy bello. El profesor Angulo me enseñó la belleza que podía salir en las notas y melodías.
«Me gustan todos los géneros, aunque siento predilección por algunas obras como Rhapsody in Blue, de George Gershwin, que tiene muchas intervenciones del clarinete y, de manera general, me atraen aquellas piezas en las que tiene participación », comenta.
Yuniesky toma el clarinete en las manos y ejecuta con destreza el inicio de la famosa pieza del compositor estadounidense y otras del tesoro musical cubano.
No obstante la pasión por la música, la larga tradición de confeccionar calzados en su tierra natal también lo haló hacia el camino de la artesanía, por lo que decidió llevar ambas cosas de manera paralela. «Alternaba la música y la artesanía y fui aprendiendo a la misma vez », dice.
¿Cómo surgió el sobrenombre del Músico?
Cuando fui presidente de la Federación de Cazadores, mis compañeros sabían a qué me dedicaba y desde entonces comenzaron a identificarme como el Músico. Y hasta los días de hoy.
Entre la música y el calzado
Yuniesky logró fundar su taller a finales de 2019, luego de unos tres años de trabajo constructivo. Antes del inicio de la puesta en vigor de las patentes para trabajadores por cuenta propia, solicitó una para iniciarse en esa ocupación.
De las manos de los trabajadores de la pequeña fábrica a la que identificó con el mismo sobrenombre, El Músico, salen diversos ejemplares hechos de piel de ganado vacuno. Bolsos, carteras, cintos, zapatos para hombres y para mujeres, se hallan entre las piezas.
Con el invaluable apoyo de su esposa, Yipsy Hernández Acosta, y una permanente perseverancia, poco a poco expandió su trabajo con la venta de algunos calzados salidos de sus manos. El esfuerzo no fue en vano y en poco tiempo ingresó en la Asociación Cubana de Artesanos Artistas (ACAA), en agosto del año 2017. Desde entonces, por el Decreto Ley 106 se le otorgó el derecho a formar parte del Registro Nacional del Creador.
«De esta manera tuve la posibilidad de comercializar a través del Fondo Cubano de Bienes Culturales (FCBC) y otras entidades estatales previstas para ese fin. Ahora, debido a la actual situación de la pandemia, se encuentran en falta algunos materiales y productos. Pero, tengo esperanza de que las aguas tomen su nivel y regrese la normalidad para complacer la demanda del pueblo », dice.
Varias de sus confecciones pueden encontrarse en la sede de la ACAA en Santa Clara, en el recinto Expoarte del FCBC (frente al Monumento a la Acción contra el Tren Blindado), en Santa Clara, y en el resto de los llamados puntos en vivo que el Fondo posee en la provincia. Asimismo, se le dio la posibilidad de hacer una tienda dentro del mismo taller en Camajuaní.
El Músico diseña cada uno de los moldes para el calzado. Recuerda con gran afecto a Dámaso Crespo Entenza, ya fallecido, expresidente nacional de la ACAA, a quien consideró un amigo, maestro y compañero, y la persona con la cual compartió ideas y perfeccionó la labor.
Pero, no solo se ha destacado en la comercialización, sino también por sus acciones altruistas a través de donaciones, como la realizada al personal médico de Higiene y Epidemiología del policlínico de Camajuaní.
«Nadie nos ha dicho lo que debemos hacer, sino que creemos que el momento histórico en que vivimos amerita acciones como esta », manifiesta.
El Músico toma nuevamente el clarinete y suena una melodía hermosa, de esas que ponen el corazón alegre y hacen volar la imaginación. Mientras, los trabajadores continúan su labor, pues todos saben que para lograr los sueños hay que poner los pies en la tierra, y si es con un buen par de zapatos, ¡mucho mejor!