El grupo de teatro Cubiche, de Manicaragua, Villa Clara, del Movimiento de Artistas Aficionados, no se detiene en su labor creativa y comunitaria. Actualmente llevan a escena una nueva puesta basada en la vida y obra de cuatro célebres mujeres latinoamericanas.
El elenco de la nueva obra en pleno ensayo. (Foto: Francisnet Díaz Rondón)
Francisnet Díaz Rondón
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21 Junio 2021
21 Junio 2021
hace 3 años
A la distancia de 24 años de fundado, el grupo de teatro Cubiche, de Manicaragua, perteneciente al Movimiento de Artistas Aficionados, no se detiene en su labor creativa y comunitaria. La reconocida unidad artística nació en 1997 como resultado de la iniciativa de promotores espontáneos de las comunidades, quienes sintieron inquietud por hacer arte teatral.
Bajo la guía de la incansable directora y educadora popular Zeneida Escudero Treto, la agrupación llega con un nuevo espectáculo de narraciones escénicas basadas en la vida y obra de cuatro célebres mujeres latinoamericanas: la peruana Juana Azurduy, la chilena Violeta Parra, la mexicana Frida Kahlo y la cubana Carolina Valladares, a quienes se les representa como antiprincesas guerreras.
Según Zeneida, en el caso de Valladares, oriunda de Gí¼inía de Miranda, Manicaragua, decidieron incluirla por haber sido una gran personalidad. Lanzó una proclama a las mujeres para convocarlas a la guerra de independencia.
«En la actualidad, el grupo lo integran cuatro actores, además del personal de apoyo, integrado por una administradora, quien también lleva la programación cultural; los encargados de custodiar el local, así como los mismos vecinos, que forman parte de nosotros.
«Desde que surgió Cubiche, laboramos de manera ininterrumpida en el Movimiento de Artistas Aficionados, en la casa de cultura Haydée Santamaría. Iniciamos con la peña infantil Las maravillas del macuto, la cual declaró la primera línea de trabajo del grupo: el derecho de los niños a la libre expresión y a la participación.
«Fue una etapa muy fructífera. En ese momento había un movimiento de peñas infantiles en el país, del cual Villa Clara fue pionera e, incluso, llegó a ser la sede principal de esas actividades », rememora.
Desde el año 2002 el colectivo ubicó su cuartel general en la comunidad Brisas de Arimao, en la periferia del pueblo, donde continuaron con los ensayos, talleres de creación y surgió la segunda línea de trabajo con la tradición oral. Esta etapa resultó fructífera gracias a los talleres, de los cuales se nutría el elenco, a pesar de que los actores entraban y salían constantemente del colectivo, por diversas razones.
En el 2010, a raíz de un encuentro de confección y metodología de la educación popular, se dieron los primeros pasos para concretar un grupo gestor que involucrara a los vecinos para su participación de manera activa en la transformación de la comunidad.
«Es un proceso intenso que se introdujo en la estrategia de desarrollo local del municipio, con el apoyo incondicional del Centro Memorial Martin Luther King, y de todos los que se implicaron en la iniciativa, hasta dar lugar a la creación del Centro Cultural Comunitario Arimao », explica Zeneida.
Durante sus 24 años, por Cubiche han pasado diez elencos, los cuales tuvieron la responsabilidad y capacidad de sostener el repertorio del grupo que trabaja, incluso, a partir de obras de escritores de la localidad, y mantuvo las tres aristas de trabajo fundamentales: el derecho de los niños a la libre expresión y la participación, la tradición oral y todo lo relacionado con lo estético-ambiental.
La agrupación ha obtenido varios reconocimientos municipales, provinciales, nacionales y también foráneos, como el Premio de Cultura Comunitaria.
Para Zeneida, «la labor con los hombres, mujeres, niños, jóvenes y ancianos ha sido intensa y rica. Y la permanencia en el trabajo hace de este espacio el centro cultural comunitario del cual hoy disfrutamos ».