Durante la XXX Edición de la Feria del Libro en Villa Clara, la escritora Mildre Hernández Barrios nos regala otra oportunidad para seguir las peripecias de la niña llamada Cuasi.
Con el título Mi papá salió del clóset, la escritora Mildre Hernández Barrios enciende las expectativas del público infanto-juvenil en la XXX edición de la Feria del Libro en Villa Clara. La sexta novela de la saga protagonizada por la pequeña Cuasi contiene todos los ingredientes del éxito: el sello editorial Capiro, las ilustraciones de Dagnae Tomás y las ocurrencias de una niña/autora que sabe deslumbrar desde las primeras líneas.
En esta ocasión, la extrovertida y sorprendente Cuasi ayuda a su amigo Yunior, luego de que este le confiesa: «Mi papá está encerrado en un clóset ». Se desata, así, una historia con personajes y situaciones aptos para todas las edades, que involucran temas como la amistad, las relaciones entre padres e hijos, el respeto a la diversidad y las vivencias en el entorno escolar.
Abundar más sobre el libro opacaría las sorpresas que guardan sus páginas, pero sí aprovechamos para conversar con la autora durante los minutos que le concede el apretado programa literario entre una presentación y otra.
Espirituana de cuna, Mildre Hernández se asentó hace años en Santa Clara. Renunció al bullicio de esta ciudad de calles estrechas, pocos portales y casas separadas apenas por una pared, para refugiarse en la tranquilidad apartada de la comunidad de Antón Díaz.
El nombre de aquella joven que comenzó a escribir alrededor de los 20 años adorna títulos como Cuentos para dormir a un elefante, Cartas celestes, El mundo de plastilina, El próximo disparate, Es raro ser niña, La novia de Cuasimodo, Una niña estadísticamente feliz, Diario de una vaca, El niño congelado, La voz Cuasi y Hospital para gatos locos.
Esquiva las moralejas forzadas o los discursos ñoños, y explica los temas más complejos con sencillez y honestidad, como un guiño inteligente a la visión adultocéntrica del mundo.
Al enjuiciar su obra, en prosa y en verso, se hermanan el público y la crítica. Así lo confirman los premios Eliseo Diego, Pinos Nuevos, Abril, Sed de Belleza, La Rosa Blanca, Regino Boti y Casa de las Américas.
¿Por quédedica su literatura a niñas, niños y adolescentes?
No elegí hacerlo para ese público. Las ideas salen, «como Pedro por su casa », y una se encarga de darles forma. ¿Qué mejor destino que la infancia y adolescencia, donde se está en pleno proceso de autoconocimiento y fantasía desbordante?
Se ha ganado, además, la preferencia de los lectores adultos.
Cuando se está seguro de lo que se quiere transmitir, gusta a todo público y eso es extraordinario, porque ese adulto compra los libros a sus hijas e hijos, es quien guía y educa. También me parece bonito que el adulto lea literatura infantil, en mi opinión, es un género que aquieta el alma.
Sin renunciar a la satisfacción de escribir, publicar y que las personas lean sus obras, se ha sumado a proyectos de impacto comunitario y social, como el Centro Cultural Literario La Casa Verde, iniciativa que comparte con la también escritora, Leidy González Amador.
«Cuando te acercas a las niñas y los niños a llevarles libros, a contarles historias y a escucharlos, te haces mejor ser humano y escribes con más fluidez, comodidad y sinceridad. De esas experiencias han salido muchos libros ».
¿Quévalores estima que no pueden faltarles a los autores y a la literatura infanto-juvenil?
La sinceridad y el respeto a la diversidad, en todas sus variantes.
¿Quéha hecho en estos dos años de pandemia y confinamiento?
Leer y escribir, que es lo único que sé hacer un poco mejor en esta vida. Siempre he sido un ser confinado. Padezco un poco de agorafobia, lo cual me ha hecho escribir más.