¡Y se hizo la Feria!

A pesar de los contratiempos y con muchas cosas por mejorar, ha valido la pena la fiesta del libro en la provincia. Ahora resta comenzar a trabajar para que el próximo año sea superior.

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El público lector acudió a la búsqueda de los libros, aunque no alcanzaron las cifras de años anteriores. (Fotos: Ramón Barreras Valdés)
El público lector acudió a la búsqueda de los libros, aunque no alcanzaron las cifras de años anteriores. (Fotos: Ramón Barreras Valdés)
Francisnet Dí­az Rondón
Francisnet Dí­az Rondón
1930
22 Mayo 2022

La XXX edición de la Feria del Libro y la Literatura de Villa Clara se hizo realidad luego de dos años difí­ciles, marcados por el flagelo de la COVID-19. Con mucho esfuerzo, la Dirección de Cultura en Villa Clara, el Centro Provincial del Libro y la Literatura (CPLL), entre otras instituciones, pusieron su empeño para hacer realidad el magno evento de las letras.

Las actividades con otras manifestaciones artí­sticas amenizaron la Feria.   (Fotos: Ramón Barreras Valdés)

Durante los pasados 2020 y 2021, las entidades culturales han estado inmersas en la preparación de la Feria. Se adquirió una cantidad de libros, nada despreciable, de varias editoriales. Se destinaron más de 3 000 000 pesos para la compra de textos, aún en medio de las complejidades económicas que vive la nación.

La Feria villaclareña contra viento y marea

El deterioro del clima y los trágicos sucesos del hotel Saratoga incidieron en el comienzo de la Feria. Lo que debí­a hacerse en tres dí­as de montaje y preparación de los espacios, se tuvo que optimizar en una sola jornada.  Debe recordarse que el evento, de forma habitual, se realiza en abril, pero debió correrse para mayo, un mes con muchas precipitaciones.

Los más pequeños disfrutaron de la Feria como de costumbre.(Fotos: Ramón Barreras Valdés)

Si alguien sabe cuánto ha costado llevar a buen término la fiesta del libro en la provincia, ese es Omar Rubio, el director del CPLL. Al frente de decenas de trabajadores de la institución, ha estado horas sin apenas descansar para que fluyera cada gestión.

«Se trata de un evento importante y necesario, que forma parte de la vida cultural y de los anhelos del pueblo cubano, sobre todo villaclareño, que posee una de las ferias más importante del paí­s, sin ánimo de ser chovinista. Ha sido un acontecimiento grande que implica mucho esfuerzo.

«Se ha trabajado, de forma incansable, para tener, por lo menos, una oferta con 13 librerí­as, 16 programas con novedades de todas las editoriales. Las nuestras: Capiro y Sed de Belleza han tenido un papel muy importante. Incluso, participaron en la Feria Internacional del Libro de La Habana en la presentación y divulgación de varios Premios Fundación de la Ciudad », explicó.

Según Omar, uno de los obstáculos estribó en la producción de textos, la cual ha estado muy afectada. Sin embargo, reconoce que hay una fortaleza en la cantidad de creadores con los que cuenta la provincia, y los ví­nculos que mantienen con otras editoriales donde también publican muchos de nuestros autores. Hay un movimiento artí­stico muy creativo y fuerte, de calidad a nivel nacional », apuntó.

Gracias a ello, la Feria regaló más de mil tí­tulos como novedad y rebasó los 30 000 en general.

Recobrar el ritmo

Para el escritor Amador Hernández, es una especie de suerte que la Feria haya podido volver después de dos años de ausencia. No obstante, considera que se perdió la costumbre de que todos los años desde que terminaba, ya comenzaba a prepararse la siguiente edición.

«Creo que hay que retomar el ritmo de feria, pues se trata de una fiesta grande. Quizás algunas cosas no quedaron bien, también afectaron la lluvia, los apagones, que han llegado todos juntos, y se ha tenido que cambiar lugares, espacios, horarios.   El esfuerzo ha sido enorme », aseguró.

Según el autor encrucijadense, en medio de la pandemia no se produjo la cantidad de libros que demanda la feria, aunque, de todos modos, la gente lo disfruta.

«Los tí­tulos no es que sean pocos, pero muchos ya habí­an salido. Los lectores siempre van a buscar lo nuevo. Un aspecto positivo es que se incluyen la música, el teatro, los grandes conciertos y no se ha perdido la brújula de programar espacios académicos. No solo significa presentar libros, o traer autores conocidos o noveles, sino que en estos espacios se busca lo nuevo y se aprende ».

Una vez más se disfrutó el paisaje del parque Vidal rodeado de carpas.(Fotos: Ramón Barreras Valdés)

Por su parte, el poeta Edelmis Anoceto estima que, por el perí­odo de inactividad, se ha perdido un poco la costumbre de salir a comprar libros, a participar en las actividades, pero se ha visto, con el cursar de los dí­as, una gran asistencia.

«Las personas han ido, por lo menos en las actividades en que he estado. Se ha desplegado una buena cantidad de carpas, no con gran número de libros, pero todo organizado y se ha cumplido la gran mayorí­a de las 470 actividades contempladas en el programa », aseguró.

La Feria culmina este domingo 22 de mayo. A pesar de los contratiempos y con muchas cosas por mejorar, ha valido la pena. Ahora solo resta comenzar a trabajar para que el próximo año sea superior.

 

 

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