Horacio Pérez Noa, en el aniversario 60 de Vanguardia, recuerda desde su terruño de Zulueta el vínculo con el periódico de la central provincia cubana.
En un pequeño cajón casi olvidado guarda Horacio Pérez Noa todos sus sueños; un montón de periódicos deteriorados por el tiempo lo remiten a otra época. Desde un sillón rememora todas las vivencias de su juventud, los ojos se le alumbran cada vez que habla del periodismo. No tuvo la oportunidad de cursar la carrera, pero eso no constituyó un obstáculo para él.
Integró el movimiento de corresponsales voluntarios del periódico Vanguardia y desde joven consagró su vida al oficio. «El periodismo nació conmigo, desde que tenía diez u once años empecé a reportar para el diario El Mundo los principales partidos del equipo de fútbol Los Millonarios de Zulueta, aunque mis trabajos aparecían con la firma de otro periodista que laboraba para ese medio.
«En el año 1970 me inicié oficialmente como corresponsal voluntario. Todavía recuerdo aquel día del examen final, tenía a mi hermana muy enferma en el hospital, y solo pude pasar a dejar la nota que había escrito; para mi sorpresa, fue la mejor de la clase y al otro día la encontré publicada en la primera plana de Vanguardia ».
Pérez Noa nació en Zulueta, eso le permitió estar familiarizado con el deporte desde pequeño «Nací en la cuna del fútbol. Cubrí todos los campeonatos provinciales de ese deporte que sucedían en el poblado, lo que hizo que despertara dentro de mí la afición por el periodismo ».
En el 2012 realizó un trabajo donde expone la situación del fútbol actual. Con entusiasmo recuerda como el propio Miguel Díaz-Canel Bermúdez, entonces vicepresidente del Consejo de Ministros, le consagró una carta para agradecerle por sus opiniones y el análisis en relación al tema. Le otorgaron un Premio Especial por dedicar los mejores años de su vida a tan noble profesión.
«A la persona que le gusta el periodismo es periodista desde que nace asevera. Esa vocación nace con uno, tiene que gustarte y salirte de adentro. Yo empecé de cero, mi universidad fue el periódico Vanguardia con el colectivo de Miguel Pérez Cuellar, Roberto González, Mercedes Rodríguez García, Ifraín Sacerio Guardado, y muchos otros ya fallecidos y en activo ».
«Antes, el movimiento de corresponsales voluntarios era muy fuerte, y el vínculo con los periodistas profesionales lograba sistematicidad. Por ejemplo, Luis Machado Ordetx es el ejemplo vivo del periodista que no tiene orgullo opina; es amigo mío y amigo significa mucho. Era uno de los únicos profesionales que me mandaban a buscar. Junto a él publiqué varios trabajos ».
Horacio cuenta que tuvo el placer de entrevistar a Alberto Juantorena en dos ocasiones, «en una de ellas lo entrevisté en Varadero y traje sus declaraciones en papel de cartucho, porque un verdadero corresponsal tiene que vivir para el periodismo las 24 horas del día ».
Aunque se desarrolló en el deporte, no solo se limitó a ese campo. Siguió de cerca los pasos de Camilo y el Che, y publicó numerosos trabajos acerca de la historia de la localidad. Con orgullo guarda una foto junto al Señor de la Vanguardia en la última visita que realizara al pueblo zulueteño, el 11 de octubre de 1959, días antes de su desaparición física.
«A las nuevas generaciones de periodistas las exhorto a que sean incansables, que busquen e investiguen todo el tiempo y no se dejen vencer por los desafíos que se puedan presentar ». Este hombre de espíritu incansable sigue aún desde su sillón luchando por sus sueños, «porque ese soy yo, Horacio Pérez Noa, y a mí el periodismo me nace de adentro ».