Recientemente se realizó la última edición del Festival Internacional del Audiovisual Infantil Rodando Fantasías. Duele su partida, pero su impronta y logros indiscutibles quedó para siempre entre nosotros.
Recientemente, por décima y última vez, el misil del Festival Internacional del Audiovisual Infantil Rondando Fantasías despegó hacia el firmamento esta semana. Fue una década de emociones, alegrías, retos y constante aprendizaje en cada encuentro, que representaba una nueva oportunidad para crear y crecer.
La férrea fuerza de voluntad y dedicación del realizador, director de programas, actor e instructor de arte César Ramón Irigoyen, creador e impulsor del proyecto sociocultural en Villa Clara en el 2004, hizo posible el sueño. Desde el instante que tomó de las manos a un grupo de niños cargados de ideas y ávidos por llevarlas a cabo, Rodando Fantasías (RF), de la red internacional Cámara Chica, comenzó a crecer a pasos agigantados.
Más de un centenar de niñas y niños encontraron allí espacio en las diferentes modalidades artísticas, con énfasis en la creación audiovisual. Desde su inicio tuvo como objetivo general contribuir a la formación de los nuevos talentos centrados en utilizar dispositivos móviles de información y comunicación con un fin creativo y de aprendizaje sobre el consumo de los medios.
Durante estos años de festival no puede dejar de mencionarse el apoyo primordial de British Council, la prestigiosa organización británica que desde hace 90 años contribuye al fomento y divulgación de proyectos culturales en todo el mundo.
Minerva Rodríguez, representante de la entidad, manifestó que RF se convirtió en la cara visible del evento anual a nivel nacional, en el cual se veía cómo la creación audiovisual infantil contaba con una mano adulta guiándola en la historia que se narraba detrás, y en los procesos de edición de los propios materiales.
«Si algo tenemos que valorar como algo muy positivo que deja este ciclo de colaboración de cámara chica, y sobre todo Rodando Fantasías, radica en cómo fue empoderando a niños, niñas y adolescentes al asumir roles protagónicos en la creación audiovisual y convirtiéndose en los realizadores del mañana», resaltó.
A propósito, en esta edición que tristemente da fin al evento, el British Council reconoció a César por su contribución en la formación de niños y adolescentes a través de de esta iniciativa, y como uno de los colaboradores fundamentales para el trabajo de esa organización en sus 90 años de existencia.
En la despedida se contó con la presencia del reconocido cineasta Fernando Pérez (Premio Nacional de Cine) y la actriz Verónica Lynn (Premio Nacional del Teatro y Televisión), quienes sostuvieron un hermoso intercambio con los más jóvenes e invitados.
Ambas personalidades coincidieron en que la cultura y el arte es lo que puede salvar a la humanidad de la violencia, la vulgaridad y de otros elementos negativos. Exhortaron a los nuevos talentos a creer en ellos mismos y a soltar su imaginación a lo hora de crear y no dejarse vencer por las dificultades.
Entre las disímiles actividades se realizó una cancelación conmemorativa de un sello de correos por los diez años del festival y para saludar los 335 años de la fundación de la ciudad de Santa Clara y 25 de la firma de la Convención para los Derechos de la Niñez y la Adolescencia. Para ello se seleccionó la emisión destinada a divulgar el aniversario 30 del Palacio Central de la Computación y la Electrónica.
Además de los talleres, exhibiciones de las obras hechas por los jóvenes y demás actividades, primó el cariño y esa mágica conexión entre los que han formado parte de RF durante esta fructífera década de ideas y sueños.
El misil de la fantasía alzó vuelo por otros mundos imaginarios. Duele su partida, pero su impronta quedó para siempre entre nosotros como un ejemplo de que cuando se lucha con pasión es posible hacer realidad cualquier imposible.