Compañero Nicolás Maduro Moros, presidente de la República Bolivariana de Venezuela.
Compañero Luis Arce Catacora, presidente del Estado Plurinacional de Bolivia.
Compañero Roosevelt Skerrit, primer ministro de Dominica.
Compañero Ralph Gonsalves, primer ministro de San Vicente y las Granadinas.
Compañeros Evo Morales Ayma y Rafael Correa, líderes destacados de Nuestra América.
Queridas y queridos compañeros del Congreso Bicentenario de los Pueblos.
Compañero Sacha Llorenti, secretario Ejecutivo:
Deseo transmitir un saludo caluroso del primer secretario del Partido Comunista de Cuba y presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, que les dice: «Saludamos a los hermanos del ALBA-TCP, que hoy se reúnen en la entrañable Caracas. Como hace 17 años, Cuba está entre ustedes, a 200 años de la legendaria batalla de Carabobo ».
Permítanme agradecer a todos los Estados miembros del ALBA, por su tradicional apoyo a la resolución cubana contra el bloqueo de los Estados Unidos. Toda la gratitud de nuestro pueblo al Congreso Bicentenario de los Pueblos, por su resolución de solidaridad con Cuba.
Una vez más, una abrumadora mayoría de la comunidad internacional, rechazó esta política ilegal, criminal y genocida dirigida a intentar inútilmente doblegar la heroica resistencia y la victoria del pueblo cubano.
Agradecemos la oportunidad que nos brinda la hermana República Bolivariana de Venezuela, de reunirnos en esta Cumbre del ALBA y de los pueblos del Bicentenario, inspirada en el Libertador Simón Bolívar, iniciador de las luchas por la independencia de Nuestra América.
El pueblo venezolano continúa librando una lucha ejemplar contra el imperialismo y la oligarquía, que pretenden impedir el avance de la obra iniciada por Bolívar, forjada por el Comandante Chávez, defendida heroicamente por el pueblo chavista en unión cívico-militar, bajo el liderazgo del presidente constitucional, compañero Nicolás Maduro Moros.
Saludo y reitero nuestro firme respaldo al hermano pueblo nicaragí¼ense y a su Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional, dirigido por el Comandante Daniel Ortega Saavedra, quienes han defendido y defienden valiente y dignamente los logros alcanzados, a pesar de las amenazas y acciones injerencistas del Gobierno de los Estados Unidos.
Nos complace una vez más compartir esta tribuna con el hermano presidente Luis Arce, del Estado Plurinacional de Bolivia, ejemplo de la tenacidad de los pueblos en su lucha por la justicia.
Todo nuestro apoyo al derecho de los países del Caribe a recibir un trato justo, especial y diferenciado; indispensable para enfrentar los retos derivados del cambio climático, los desastres naturales, el injusto sistema financiero internacional y las nuevas y difíciles condiciones que impone la pandemia de COVID-19.
La respuesta diligente y solidaria de las naciones del ALBA tras la erupción del volcán «La Soufriere » en San Vicente y las Granadinas, con el envío inmediato de ayuda humanitaria y personal especializado, el apoyo a la evacuación de la población, también en las tareas de recuperación; confirma la fortaleza de la Alianza y los valores que nos inspiran.
La pandemia de COVID-19 ha exacerbado la división del mundo y la fragilidad de las economías subdesarrolladas.
¿Cómo se puede explicar a los pueblos que los extraordinarios adelantos de la ciencia y la admirable disposición de la comunidad científica mundial para enfrentar la pandemia, y la de millones de profesionales y técnicos de salud y de otros sectores, en todas las latitudes, no pueda garantizar que la gran mayoría de la humanidad acceda a los medicamentos imprescindibles y a la necesaria hospitalización?
¿De qué sirvieron la velocidad de las telecomunicaciones y el transporte, la capacidad industrial, la liberalización del comercio de bienes y servicios, si a la hora de la mayor emergencia sanitaria mundial, decenas de países impusieron obstáculos a la exportación de insumos médicos y Estados Unidos reforzó la aplicación de ilegales medidas coercitivas unilaterales?
¿De que sirvió la creación en tiempo récord de vacunas eficaces, si decenas de países no pueden hoy ni siquiera estimar en cuántos años podrían inmunizar a sus poblaciones?
¿Cómo explicar a los familiares de los fallecidos, que aquellos basados en el dogma neoliberal, redujeron durante décadas, la función pública y los presupuestos de salud y de protección social?
La crisis multidimensional que enfrentamos, demostró la injusticia y los desequilibrios del orden económico internacional, y la ausencia de voluntad política para revertir las decisiones egoístas que priorizan la riqueza para unos pocos, por encima de la vida de los seres humanos.
América Latina y el Caribe sufre hoy uno de los más duros impactos.
En medio de esas difíciles circunstancias, se recrudeció la guerra económica contra Venezuela y se aplicaron medidas coercitivas unilaterales contra la hermana Nicaragua.
Un robusto sistema de ciencia e innovación tecnológica, aliados al sistema de salud universal gratuito y de calidad, con recursos humanos altamente especializados, ha hecho posible los resultados que Cuba y el ALBA hemos obtenido en el enfrentamiento a la pandemia.
Sucedió mientras fue afectada severamente nuestra capacidad para importar insumos que permitieran garantizar incluso el cuadro básico de medicamentos para nuestro pueblo.
Nuestra firme voluntad de construir una nación soberana, independiente, socialista, democrática, próspera y sostenible es lo que el imperialismo estadounidense quiere hacer desaparecer. Para ello el Gobierno de los Estados Unidos impuso más de 240 medidas coercitivas unilaterales contra Cuba, 50 de ellas en el período más reciente, todas las cuales, hoy se mantienen vigentes.
Si el gobierno de Estados Unidos tuviera, como mencionan algunos de sus voceros, un ápice de interés en los derechos humanos en Cuba o en nuestra región, pondría fin al criminal bloqueo económico, que desde hace más de 60 años busca provocar al pueblo cubano hambre, desnutrición, enfermedades, miseria y muerte. Podría eliminar las medidas coercitivas unilaterales contra naciones hermanas del ALBA y podría renunciar al paradigma neoliberal que tantas desgracias ha traído a nuestros pueblos.
No se ha podido, ni se podrá detener el avance del ALBA, cuyo dinamismo ha sido evidente en los compromisos alcanzados, en la voluntad de hermanas naciones de continuar avanzando y en la relación indisoluble con los pueblos, que evidencia la coincidencia, la asistencia a esta cumbre del Congreso Bicentenario de los Pueblos.
Cuba mantiene invariable su voluntad solidaria y de cooperación internacional en beneficio de nuestros pueblos, y así ocurrirá en la medida de nuestras posibilidades, en el enfrentamiento a la pandemia y en la disposición de las vacunas.
No cejaremos en el empeño de unirnos y defendernos, como hace 200 años lo hicieron esos valerosos soldados venezolanos, al mando del Libertador, Simón Bolívar.
Compañero presidente Nicolás Maduro, compañeras y compañeros, ¡Cuenten todos con Cuba en la primera fila de esta batalla por la vida, por la dignidad, por la paz y por la justicia!
Muchas gracias.