Después de haber propuesto un equipo Todos Estrellas de la historia del Villa Clara, otro del quinquenio dorado de los anaranjados, proponemos en esta ocasión el de los años 80.
(Gráfico: Edición digital/Fotos: Tomadas de Internet)
Osvaldo Rojas Garay
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15 Mayo 2021
15 Mayo 2021
hace 3 años
Si conformamos un Todos Estrellas de la historia del equipo Villa Clara y otro de la época dorada de la década del 90, ¿por qué no hacemos uno sobre los 80?, me propuso uno de nuestros foristas.
La idea me agradó mucho, aunque, posiblemente este sea más difícil de confeccionar que los que les propusimos anteriormente, pero más allá de las discrepancias, constituye también una forma de recordar aquellos peloteros que, transcurrido el tiempo, han quedado en el olvido y nombres que también los jóvenes deben conocer.
Aunque Villa Clara es la mata de los receptores sin demeritar a Pinar del Río, pienso que aquí la decisión es prácticamente unánime con Albertico Martínez González, quien llegó a ponerse la mascota del equipo Cuba en varios torneos internacionales y para ese entonces el difunto Lázaro Pérez Agramonte, estaba cerrando su brillante trayectoria y se mantuvo casi todo el tiempo en el banco en las dos primeras contiendas de Villa Clara.
Si en la custodia del primer cojín en los otros Todos Estrellas me incliné por Jorge Luis Toca y Ariel Borrero Alfonso y descarté a Alejo O ´Reilly, al trasladarse este para Ciego de ívila en la campaña de 1985-1986, ahora tratándose de los 80, el oriundo de Quemado de Gí¼ines no tiene adversarios en la inicial.
Desde que se estrenó en la versión de 1978-1979, mostró sus cualidades ofensivas, para adjudicarse el galardón de Novato del Año. Jugó en siete campeonatos con el combinado anaranjado y en la versión de 1980-1981, en una temporada de 51 desafíos protagonizó la barbaridad de empujar a 69 corredores para el plato.
La intermedia la debatimos hace algunos días y propuse a Ramón Moré. En el campo corto no hay que abundar mucho, porque ese lo defendería una superestrella como Pedro Jova Pérez.
En la antesala hubo dos monstruos en la defensa como Francisco Javier Carbonell Duménico y Rafael Orlando Acebey. Me inclino por este último, porque Carbonell después de estar en cinco campañas con la selección de béisbol, se trasladó para el softbol, mientras que Acebey, luego de su estreno en el certamen de 1982-1983, se mantuvo en todas esas series del ochenta.
El problema más difícil en esta ocasión fue escoger al jardinero izquierdo. Muchos me propusieron que colocara en ese bosque a Rafael (Fito) Rodríguez, para aprovechar su ofensiva, pero la dirección del equipo pensaba más en él como bateador designado y jugador de cuadro. De hecho, en todos los róster del conjunto anaranjado Fito aparecía en la lista de los defensores del cuadro; mientras Juan Mesa Rodríguez siempre se incluyó en la relación de los jardineros en las diez temporadas en que se desempeñó.
Juan Mesa no era tampoco un jugador para desechar. Recuerdo aquella cita de 1984-1985, cuando largó 16 batazos de cuatro esquinas y remolcó a 65 corredores hacia la goma. Me decido aquí por Juan Mesa Rodríguez.
En los otros jardines no hay mucho que abundar. En el centro estaría Víctor Mesa, quien entre las tantas hazañas que registró estuvo la de haberse convertido en el jugador más valioso del certamen del orbe efectuado en nuestro país y finalmente fue elegido como el deportista más destacado de Cuba en 1984 y uno de los diez más sobresalientes de Latinoamérica, en ese año.
El del patrullero derecho le corresponde a Luis Jova, excelente defensor tanto de esa posición como el jardín central. Jova era muy certero en los tiros y en 1985 estuvo cerca de integrar el Cuba principal, pero lo enviaron al equipo criollo que asistió a la Copa Simón Bolívar y al Meteoro de la Confraternidad.
Pasando al casillero de los lanzadores, la placa del mejor serpentinero zurdo no hay quien se la discuta al desaparecido José Riveira Rodríguez, pero la elección del tirador derecho es harina de otro costal.
Aquí sobresalieron dos monticulistas: José Ramón Riscart y el curveador Mario Véliz. El Tigre Riscart en el periodo que analizamos exhibió balance de 58 ganados y 25 perdidos, sin incluir los resultados en las series selectivas. El destacado lanzador asistió a la Copa Intercontinental de 1985.
Entretanto, Mario Véliz Acevedo, un serpentinero que había debutado con el equipo de Metropolitanos en el torneo de 1979-1980, vino para nuestra provincia y logró integrar el equipo Cuba a la Copa Intercontinental y a los Juegos Panamericanos de 1983. En sus cinco temporadas con los anaranjados tuvo saldo de 44 y 19, y el 30 de diciembre de 1982 rubricó un juego de cero jit cero carreras contra Citricultores. Entre estos dos astros del box, me quedo con José Ramón Riscart.
¿Y de Rolando Arrojo qué? La interrogante se la habrán hecho varios lectores, pues bien, en la década del 80 que analizamos, el Tifón de San Juan de los Yeras trabajó en dos campeonatos con Citricultores. Luego en la versión de 1985-1986 comenzó a actuar con Villa Clara y en esta época, sin incluir los números de las selectivas, acumuló 23 y 13.
Como relevistas de este equipo de Estrellas villaclareñas de la década del 80 del pasado siglo ubicaría a Reinaldo Santana, mundialista en 1990, en los relevos largos y a Isidro Pérez como cerrador.
El bateador designado sería Amado Zamora y para no desaprovechar la ofensiva de Rafael Rodríguez, se le podría emplear de emergente, bateador designado, y, aunque no se destacaba en la defensa, podría ubicarlo en algún momento en la esquina caliente.
Las riendas de este equipo se las confiaría a Eduardo Martín Saura, el hombre que llevó a los anaranjados a lo más alto del podio en la temporada de 1982-1983, en la que los villaclareños establecieron dos récords difíciles de romper como las dieciocho victorias seguidas comenzando la campaña de 1982-1983 y los 41 triunfos ante 8 reveses en ese inolvidable campeonato.
En el colectivo técnico del Gigante Isabelino, no deben faltar hombres como Luis Enrique González ílamo, Alberto Galleguito Sánchez, Clodomiro Valdés, los entrenadores Pedrito Pérez y Pedro Moré, el fallecido Tomás López Ríos, el masajista Roberto Guerra y el cargabates Roberto Jiménez (Misifú). El comisionado provincial sería Fermín Márquez Méndez.