Añoranza por el oro

Dicen que el compositor santiaguero Ricardo Leyva, director de Sur Caribe, después de haber tenido Añoranza por la conga siente ahora añoranza por el oro, el preciado metal que nuestros peloteros no encuentran desde el 2016 ni en los llamados centros espirituales, como exclamarí­a un cubano jocoso.

Estábamos tan acostumbrados a ver a los nuestros regresar de los campeonatos internacionales con las medallas de oro colgadas en sus cuellos, que aquello se convirtió en rutina, al extremo de que cuando Cuba asistí­a a una cita beisbolera, el tí­tulo se daba por seguro. Sin embargo, desde hace un buen rato las cosas no son así­, cualquier equipo nos vence y la codiciada presea no aparece.

No hay que ir muy lejos: en aproximadamente un mes, los peloteros de la Mayor de Las Antillas no pudieron llevarse el gallardete en los cuatro torneos en que intervinieron. De ellos, los que peor parados salieron fueron los Alazanes de Granma en Haarlem, donde sufrieron cinco reveses sucesivos y terminaron en el quinto peldaño.

Las señales de que el oro en la pelota cubana escasearí­a, paradójicamente comenzaron a llegar después del Primer Clásico Mundial, en el 2006, cuando, con su medalla de plata, el béisbol criollo se llenó de gloria, al rubricar, a mi juicio, nuestro mejor resultado en el deporte de las bolas y los strikes.

Luego de esa grandiosa actuación, Cuba triunfó en los Juegos Centroamericanos y del Caribe realizados en el mencionado año, los Juegos Panamericanos de 2007, el V Campeonato Mundial Universitario, en Japón, y la Copa Intercontinental de 2010. No obstante, perdió el Preolí­mpico del 2006, la final de la Olimpiada de Beijing 2008, las Copas del Mundo de 2007 y 2009, el II Clásico Mundial, en 2009, y el Premundial de 2010.

Lo que se avizoraba en la segunda mitad del primer decenio del presente siglo, llegó en el 2011. Ese año empezó la mayor sequí­a de metales dorados de esta disciplina en el Verde Caimán. Desde entonces hasta la fecha, sin que sea una cifra oficial, revisé los lugares ocupados por los criollos en 48 eventos internacionales de cualquier categorí­a, incluyendo infantiles, juveniles, Sub-23, hasta la de mayor rango, el Clásico Mundial.

De la referida cantidad de campeonatos de todo tipo, la representación cubana solo salió airosa en nueve ocasiones. Por nuestra cuenta, hace seis años que las selecciones del paí­s no levantan el trofeo principal en una justa foránea.

Extraoficialmente, los números apuntan a que los últimos en escalar el escalón más alto del podio fueron los chicos que concurrieron a la Copa Mundial Sub-15, efectuada en Japón en el 2016.

Miren lo que son las coincidencias: otro equipo Sub-15 tendrá la posibilidad de poner fin a la sequí­a de medallas áureas. Bajo el mando de Alexander Urquiola, intervendrán en el campeonato mundial de la categorí­a, previsto para Hermosillo, México, del 26 de agosto al 4 de septiembre venideros.

Con este elenco sucedió algo lamentable en la lid Panamericana, cuando le confiscaron el partido de la semifinal frente a Venezuela por utilizar a un serpentinero que estaba inhabilitado por el número de lanzamientos en el anterior juego ante Panamá.

Creo que de no haber ocurrido ese famoso «e(ho)rror », este equipo pintaba para acabar con la escasez de coronas en eventos internacionales. Ello le costó el puesto de mando al mánager granmense, Luis Manuel Góngora Rodrí­guez, reemplazado por Alexander Urquiola, quien tendrá la posibilidad de cubrirse de gloria dentro de poco más de un mes en Hermosillo.

A continuación, ofrecemos una lista de las justas en las que han participado los peloteros cubanos desde el 2011.