Entre Marquetti y Muñoz siempre hubo fraternidad

El pasado domingo publicamos un comentario titulado: ¿Un team de estrellas sin Muñoz?; volvemos sobre el tema para aclarar algunas cuestiones.

Compartir

Agustín Marquetti y Antonio Muñoz, peloteros cubanos.
El Toletero de Alquízar y el Gigante del Escambray (Fotos: Tomadas de Internet)
Osvaldo Rojas Garay
Osvaldo Rojas Garay
1637
21 Septiembre 2022

Hace más de un año, el 18 de mayo. de 2021 escribí­ sobre las grandes rivalidades en los campeonatos nacionales de béisbol que se desarrollan en Cuba desde 1962. De aquel trabajo les recuerdo ahora algunas ideas que abordé y, precisamente, una de ellas fue en torno a Antonio Muñoz y Agustí­n Marquetti. Quiero aclarar que entre los dos existe una buena amistad, tal como lo reflejo en mi libro El Gigante del Escambray, que salió a la luz en el año 2015.

Lo que dijo Marquetti sobre un equipo de estrellas de la pelota cubana de etapas  pasadas no fue el centro de la entrevista concedida durante su última visita al paí­s, sino que en una parte él plantea: «Mira, si yo hago un team de antes incluirí­a a Pedro Luis Rodrí­guez, Kindelán, Pacheco, Paret y Germán Mesa, Linares, Casanova, Ví­ctor, Gurriel, Ermidelio, Fernando Sánchez, Romelio, Junco… Con esos caballos, que nada más jugaron Serie Nacional, pero que tení­an todo para llegar a Grandes Ligas, ganábamos un clásico sin susto. Hoy no es así­, con lo de la Serie Nacional no basta, hay que tener luz larga, respetar a los que siguen en Cuba y no negarles el derecho a los profesionales ».

Antonio Muñoz, pelotero cubano.
Antonio Muñoz. (Foto: Tomada de Internet)

Sobre sus declaraciones lo que afirmé, y mantengo la opinión, es que resulta muy difí­cil excluir en un team de ese tipo a Antonio Muñoz. Fí­jense que respeté a todos los otros peloteros que menciona y solo proponí­a una solución salomónica: situar a Kindelán como bateador designado y ubicar a Muñoz en la inicial; cada cual puede dar su criterio y ese es el mí­o.

Cuso en un momento se convirtió en el bateador más temido de nuestra pelota, entre muchas de las estrellas que se mencionan, y recibió 1556 bases por bolas, teniendo detrás a Pedro José Rodrí­guez, uno de los más grandes jonroneros que han tenido las series nacionales.

Entre Muñoz y Marquetti ha habido siempre una excelente relación, y no me gustarí­a que los aficionados entiendan esto como un acto de envidia del Toletero de Alquí­zar, pero me pareció injusto que no mencionara al Gigante.

En cierta ocasión en la celebración de un aniversario de la Editorial Capiro me invitaron para que le obsequiara un ejemplar del libro El Gigante del Escambray a Leonardo Padura, uno de los mejores escritores del paí­s, y le dije: «Mira, yo sé que el equipo de tus simpatí­as es Industriales, pero aquí­ en este libro verás cuántas cosas buenas habla Muñoz de Marquetti ».

Aquí­ les transcribo una parte de mi libro: Le pregunté al miembro del Salón de la Fama del béisbol cubano: «Dime con sinceridad, ¿nunca sentiste envidia por Agustí­n Marquetti? », y con su extremada modestia, el Guajiro me contestó:

Agustí­n Marquetti, pelotero cubano.
Agustí­n Marquetti. (Foto: Tomada de Internet)

«Mira, Marquetti es de Alquí­zar y Muñoz de Algaba. Habí­a una rivalidad tan grande en aquellos años en el béisbol que inclusive en el reloj del estadio Latinoamericano poní­an AM (Antonio Muñoz, Agustí­n Marquetti) y daba la hora. Cuando nuestros equipos se enfrentaban, los aficionados de la capital querí­an que Muñoz no bateara, que bateara Marquetti, y, además, querí­an que Marquetti fuera el que hiciera el equipo Cuba y jugara la primera base.

«Pero yo te puedo decir que entre nosotros dos siempre hubo fraternidad, humanismo, cariño y compañerismo, al punto de que cuando nos veí­amos por ahí­, él me decí­a Muñanga y yo también le decí­a Muñanga ».

A propósito de la relación entre Marquetti y Muñoz, en una ocasión el otrora estelar receptor villaclareño Albertico Martí­nez me confesó:   «Muñoz sentí­a mucho respeto por Marquetti. Cuando este dejó de integrar la selección nacional y coincidí­an, el Guajiro siempre le dejaba el paso a Marquetti. Jamás, como se dice ahora, lo machacó. No sé cómo verí­an esto los demás, pero para mí­ era otra muestra de su sencillez y humildad ».

Por eso me gustarí­a que cualquier comentario que se emita no parta de si hubo envidia entre los dos. De cualquier forma, y sin querer imponer mi criterio, sostengo: es muy difí­cil excluir de un Todos Estrellas a Antonio Muñoz.  

Comentar