Difícilmente, en un evento deportivo no existan anécdotas y curiosidades, y los Juegos Panamericanos no han sido la excepción. Aquí recordamos algunas de ellas.
Difícilmente, en un evento deportivo no existan anécdotas y curiosidades, y los Juegos Panamericanos no han sido la excepción. Aquí recordamos algunas de ellas.
Ascendido a cabo primero
Una espectacular victoria alcanzó el argentino Delfo Cabrera en la carrera de maratón en los primeros Juegos Panamericanos, con sede en Buenos Aires, en 1951. Al entrar en el estadio River Plate fue recibido con una ovación, que duró varios minutos.
Pero ahí no terminaron los momentos emocionantes, pues Delfo, quien era bombero de profesión, fue ascendido de cabo a cabo primero y, además, se levantaron los castigos leves impuestos al personal de su dependencia.
Oro compartido
En los Juegos Panamericanos de 1975, las selecciones de fútbol de Brasil y México disputaban el partido decisivo, el cual al término de los 90 minutos reglamentarios marchaba empatado a un gol por bando. Fueron entonces a tiempo suplementario, y transcurridos 13 minutos se produjo una ausencia de fluido eléctrico. La solución fue conceder dos medallas de oro, decisión que posteriormente la Federación Internacional de Fútbol Asociación (FIFA) impugnó; pero la decisión no cambió.
Primer recordista mundial cubano
Cuando el 5 de agosto de 1971, en los Juegos Panamericanos de Cali, Colombia, el pinareño Pedro Pérez Dueñas voló sobre la distancia de 17.40 metros en el triple salto, se convirtió en el primer cubano que en la historia del deporte inscribió su nombre con letras doradas en el privilegiado libro de los recordistas mundiales.
Antes que él, otro criollo, Enrique Figuerola, había igualado la marca del orbe en 100 metros planos, pero Pedro Pérez Dueñas —desaparecido en 2018— fue el primer plusmarquista absoluto.
Perdió el pelo, pero ganó
El cubano Jesús Aparicio, vencedor en los 54 kg en el certamen de pesas de los Juegos Panamericanos de Mar del Plata, en 1995, tuvo que afeitarse la cabeza para dar el peso exacto y poder competir. «No hubo nerviosismo, pero sí desgaste por el esfuerzo para rebajar libras, aunque al final todo salió bien y fui el primero en ganar medalla de oro para el equipo», declaró Aparicio, quien levantó 110 kilos en arranque, 142.5 en envión y 252.5 en biatlón.
Coincidencia en los 100 metros
En los Juegos Panamericanos de Winnipeg, en 1999, la corredora cubana Virgen Benavides entró cuarta en la prueba de los 100 metros planos, con marca de 11.28 segundos. Cuatro años más tarde, en la cita continental de Santo Domingo 2003, la velocista criolla repitió su cuarto puesto en la final del hectómetro y con el mismo registro.
Oro compartido entre forzudos
Una actuación sin precedentes rubricaron en los Juegos Panamericanos de Indianápolis 1987 los cubanos Julio Loscos y Gabriel Enseñat, quienes en la división de 60 kilogramos se adjudicaron seis medallas de oro entre ambos. ¿Cómo pudo ocurrir? Resulta que tanto el uno como el otro levantaron 120 kilos en arranque, 150 en envión y totalizaron 270 kilogramos.
Cuando fueron al peso corporal, los dos pesaron lo mismo, por lo que, tal como estipulaban los reglamentos en aquel entonces, tuvieron que ser galardonados con preseas áureas en cada uno de los movimientos, dejando vacantes las correspondientes de plata.
Tripleta en el ciclismo
El 22 de octubre de 2011, en una hazaña inédita en el ciclismo femenino panamericano, las cubanas Arlenis Sierra, Yumari González y Yudelmis Domínguez ocuparon, por ese orden, los primeros tres lugares en la carrera de ruta de la cita continental realizada en Guadalajara, México.
Pese a la cirugía
Unas semanas antes de la celebración de los primeros Juegos Panamericanos, en 1951, el mexicano Joaquín Capilla fue sometido a una operación de apendicitis. Sin embargo, ese percance no resultó obstáculo para que el estelar clavadista se colgara en el cuello las medallas de oro en trampolín de tres metros y plataforma de diez.
Doble alegría en la carretera
Nunca antes, en la historia del ciclismo de los Juegos Panamericanos, dos equipos habían registrado el mismo tiempo en los 100 kilómetros contra reloj, hasta que el 5 de agosto de 1991, en la oncena edición, realizada en Cuba, la selección anfitriona y Colombia marcaron 2 horas, 8 minutos y 56 segundos, por lo que hubo que compartir la medalla de oro en esta prueba del pedal. El equipo criollo estuvo integrado por Eliecer Valdés, Eduardo Alonso, Roberto Rodríguez y Mario Pérez.
A la cuarta fue la vencida
Dicen que a la tercera va la vencida; sin embargo, el difunto gladiador cubano Bárbaro Morgan tuvo que esperar por una cuarta oportunidad para proclamarse campeón panamericano. Terminó como subcampeón en los 90 kilogramos en los Juegos de Cali 1971 y Ciudad México 1975, mientras que en los 100, se agenció el metal de plata en San Juan 1979; todo, en la lucha libre.
Ahora bien, en el estilo grecorromano resultó subtitular en 1975 (90 kilogramos) y en 1979 (100 kg). En 1983, en la justa continental realizada en Caracas, pudo al fin apoderarse de la presea de oro al superar al venezolano José Siso en la final de más de 100 kilogramos en la lucha sambo.
Se quedó con los deseos
Antes de convertirse en uno de los atletas más grandes de la historia, el estadounidense Carl Lewis se quedó con los deseos de agenciarse la presea de oro en los Juegos Panamericanos de San Juan, Puerto Rico, en 1979, al concluir con la medalla de bronce en salto de longitud, después de estirarse hasta los 8 metros y 13 centímetros.
El vencedor de la prueba fue el brasileño Joao Carlos de Oliveira, que logró un brinco de 8.18, escoltado por el cubano David Giralt, quien registró 8.15 metros.