La villaclareña es la reina de la velocidad en los XIX Juegos Panamericanos, con sus títulos en los 100 metros planos y el relevo 4x100, y la plata en los 200.
Yunisleidy de la Caridad García Abreu, entra con el oro en la final del relevo 4x100 de Santiago de Chile 2023. (Foto: Tomada de Internet)
Redacción Digital
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03 Noviembre 2023
03 Noviembre 2023
hace 1 año
A Yunisleidy de la Caridad García Abreu no le gusta correr los 200 metros, confesó a Prensa Latina este 31 de octubre, minutos después de convertirse en la «eléctrica» del atletismo cubano en Santiago de Chile 2023, al dominar el hectómetro en el Estadio Nacional Julio Martínez con crono de 11.36 segundos, y con ello finalizó una espera de 32 años desde que la holguinera Liliana Allen, con 11.39 s, sacara de la pista de La Habana 1991 un título del atletismo cubano en la prueba de 100 metros planos.
La villaclareña, recordista nacional de la distancia, con 11.08 s — el 27 de mayo de este año, en el Mitin Atletismo de Martinica, rompió el 10.11 fijado por la propia Allen desde 1992—, cruzó la meta con 16 centésimas de ventaja sobre la guyanesa Jasmine Abrams (11.52). Ambas superaron a la trinitaria Michelle-Lee Raquel Sean Ahye —sexta en la final olímpica de 100 y 200 en Río de Janeiro 2016—, quien, como mejor marca de la temporada tenía el 11.16 logrado en su heat clasificatorio a semifinales del Mundial de Budapest, donde la nuestra fue descalificada en su primera salida.
Un mes antes de la cita del orbe, el bronce (11.52) de la corredora de San Juan de los Remedios había restituido a Cuba en el podio de la máxima velocidad en Juegos Centroamericanos.
En Chile, con un segundo más (11.53), se inscribió primera en la final, superando en su manga a Michelle-Lee (11.64). No obstante, las miradas de una final sin estadounidenses ni jamaicanas se centraban en la trinitaria, única aspirante con marca personal por debajo de 11.00 segundos (10.80).
Sin embargo, la joven de 24 años no dejó margen a la duda, y cuando ya era alentador el doble podio de plata y bronce de los saltadores de longitud Alejandro Parada y Maikel Vidal, se robó los titulares. ¿Quién le reprocharía, entonces, que no le gustaban los 200? Menos, si en la propia entrevista aseguró que saldría a dar lo mejor de sí.
Y lo hizo el miércoles 1.o de noviembre, para clasificar tercera (23.96 s) de la semifinal 2, detrás de la ecuatoriana Anahi Gabriela Suárez (23.63) y de la estelar Marileidy Paulino (23.04), campeona mundial de los 400 metros y doble medallista de plata olímpica, quien redujo a la mitad su distancia estrella para incluirse, además, en la posta 4x100 m, en una estrategia que le permite preservarse para la cita de París 2024 .
Las cinco cuotas restantes resultaron de la primera carrera: la brasileña Ana Carolina de Jesús, la trinitaria Mary Reyare Thomas y Cecilia Tamayo, de México, y sumadas por sus cronos, la ecuatoriana Aimara Melisa Nazareno y La'Nica Njeari Locker, de Antigua y Barbuda.
Los pronósticos para la final del jueves 2 de noviembre no favorecían a la remediana, no sólo por no gustarle la distancia. Exhibía el peor registro de clasificación (23.96), y era una de las tres que de por vida no habían bajado de los 23.00 s —marca personal lograda en 2023—, superados en esta temporada por Paulino (22.71), Tamayo (22.45) y De Jesús (22.99).
Contra estas dos últimas tendría que batallar, por plata o bronce, como se supone siempre que compite la estelar dominicana, quien, también, subiría la parada del relevo corto.
Precisamente, en las pruebas colectivas centraba sus esperanzas la pista cubana antes de la noche dorada de Yunisleidy en los 100. Y aunque la cercanía de las Olimpiadas espantó de Santiago a las grandes figuras, el 41.03 de Estados Unidos superaba —con distancia— al 43.17 cubano, y debía considerarse a Brasil (43.47); a Dominicana (43.81), ahora con Marileidy, y a Ecuador (43.88).
Para que pudieran mostrar credenciales en su compromiso individual, ni la villaclareña ni la merenguera alinearon en las semifinales del relevo. Ecuador, Argentina y Estados Unidos, en ese orden, dominaron la primera, y las dominicanas sobrevivieron por tiempo. En la segunda, las cubanas Laura Moreira, Enis Magda Pérez Verdecia, Yarima Lázara García y Jocelyn Loreta Echazabal superaron a Chile y Colombia, y Brasil avanzó por crono. Pero aun cuando puntearon con 43.63 s, la garantía de alcanzar la gloria negada desde el bronce de Sao Paulo 2007 era Yunielsidy, a pesar del breve lapso para recuperarse de la final de 200.
Este 2 de noviembre, Cuba estaba pendiente de la remediana. Y sólo 23.33 segundos le bastaron para escoltar a Marileidy Paulino (22.74), por delante de la brasileña Ana de Jesús (23.52).
Merecidísima celebración, a pesar, incluso, de que la sequía de medallas en esta distancia no databa de más de tres décadas, porque Liliana Allen, la doble titular de La Habana 1991, sí había retenido la corona de esa distancia en Mar del Plata 1995, y luego, la todavía recordista nacional (22.68 s) Roxana Díaz se impuso en Santo Domingo 2003 y en Río de Janeiro 2007.
Pero la mayor de las Antillas le exigía unos metros más a sus piernas reinas, y una hora después de correr su plata, ocupaba el lugar de la debutante Jocelyn, a quien en posteriores declaraciones a la prensa le agradecería por haberla sustituido en la clasificación. Fue así como las inspiradas locales chilenas (44.19 s) y República Dominicana (44.32) —aun cuando su olímpica había cubierto la curva (segundo tramo)— tuvieron que mirar el inatrapable dorsal 272 en la espalda de la remediana, que selló los 43.72 s.
Entonces, hasta saltaron de alegría las triplistas Yaimé Pérez y Liadagmis Povea, próximas a protagonizar el doble podio de oro y plata, en una jornada que ya había aportado el bronce de la pertiguista Aslin Quiala y reservaba para el cierre de la noche una sexta presea, la plateada de la posta corta masculina.
A abrazarlos fueron las muchachas, campeonas en los Centroamericanos de San Salvador, que, en ejecución casi perfecta, acababan de reeditar el único oro de esta prueba en Juegos Panamericanos, conquistado hacía 56 años en Winnipeg 1967 por Cristina Echevarría, Marcia Garbey, Miguelina Cobián y la santaclareña Violeta Quesada; las dos últimas ganadoras —junto a Fulgencia Romay y Marlene Elejalde— de la histórica plata en las Olimpiadas de México 1968.
Tras el batón dorado de Santiago de Chile 2023, una nueva generación de corredoras, con una reina de Remedios que se llama Yunisleidy de la Caridad García Abreu —segunda cubana campeona en 100, plata en los 200, que no le gusta correr, y oro en el relevo corto—, despierta el sueño olímpico que, para el centro de Cuba, ya hizo realidad nuestra Violeta.