¿El «buque insignia» naufraga?

Cuando el pasado 3 de noviembre el guantanamero Yojander Fuentes descendió del cuadrilátero vencido por el uzbeko Samandar Olimov —en la final de la división de los 57 kg del Campeonato Mundial Juvenil de Boxeo organizado en la ciudad de Budva, en Montenegro—, el pugilismo criollo estaba protagonizando una página inédita en el deporte de los puños.

No como aquella de la cita del 2002, cuando se alcanzaron medallas en las 12 categorías (6-3-3) en que se competía entonces, ni como la cifra récord de 9 títulos logrados en la versión de 1996, escenificada en la principal urbe del país; lo inédito de este hecho es la triste realidad de ver a la escuadra de la mayor de las Antillas quedarse fuera del reparto de los codiciados metales áureos por primera vez, desde que hicieron su debut en justas de este tipo en la segunda versión, realizada en 1983.

Solo las preseas de plata del habanero David Manuel Espinosa (67 kg) y Yojander Fuentes (57 kg) conformaron el botín que trajo de la ciudad balnearia montenegrina una selección que, en marzo pasado, durante la Copa del Mundo Juvenil Adriatic Pearl, que tuvo lugar en ese mismo sitio, se había adueñado de tres coronas; una de ellas por intermedio del villaclareño Yurisniel Abreu (75 kg), elegido en esa ocasión como el más técnico.

De esta forma se desmoronó el sueño de la escuadra antillana que, bajo la pupila del colectivo técnico liderado por Santiago Suárez, pretendía superar la actuación del torneo desarrollado en La Nucía, España, hace dos años, cuando concluyeron en la sexta plaza con un par de diademas, un subcampeonato y tres medallas de bronce.

Es evidente el descenso que han experimentado nuestros bisoños desde que en el 2010 se alojaron en el primer piso, con tres cetros. Nunca más, en las siete versiones realizadas a partir de entonces, los cubanos han podido guardar esa cantidad de medallas de oro en sus vitrinas, pues solo dos de sus exponentes subieron a lo más alto del podio en 2012, 2014, 2016 y 2022, mientras que en 2018 y 2021 únicamente un boxeador de nuestro archipiélago se colgó el metal dorado en cada una de esas «broncas».

Lo ocurrido en Montenegro puede ser un mal presagio para el deporte que, desde Munich 1972 —con excepción de Beijing 2008, en que se fue en blanco en el casillero de los cetros— se convirtió en el «buque insigne» que impulsó a las delegaciones a las posiciones de privilegio en el medallero de las citas estivales.

Era de esperar que de estas escuadras saliera el relevo de los históricos que han colgado los guantes, los que se han marchado y el pequeño grupo que se mantiene en activo —dígase Julio César La Cruz, Arlen López y Roniel Iglesias, entre otros—, quienes, en el otoño de sus brillantes trayectorias, se enfocan en el boxeo profesional, en un momento en que, además, peligra la estancia del pugilismo en el programa olímpico.

Si analizamos la actuación de nuestros boxeadores en los más recientes certámenes foráneos, no es descartable la idea de que, al igual que ha ocurrido en el béisbol, el voleibol, el judo, el atletismo y otras disciplinas, el «buque insignia» del deporte en la mayor isla del Caribe esté a punto de naufragar, aunque cueste trabajo reconocerlo.

Sin duda alguna, la nave necesita un buen impulso para que no se hunda. Aquí les ofrecemos los últimos resultados del boxeo cubano para que los observe, analice y, como les pediría el colega Reinaldo Taladrid Herrero, «saque usted sus propias conclusiones».