En una de sus peores travesías anuales, en la que compartió el sótano con Puerto Rico (11 y 12) en la tercera versión del Premier 12, un puesto desconocido en los 98 años que lleva compitiendo a nivel internacional desde los Juegos Centroamericanos de Ciudad México, 1926, el béisbol en la Mayor de las Antillas acaba de conquistar la II Copa del Caribe sub-15, torneo que acogió el estadio Andre Rodger, en Nassau, Bahamas.
Después de una larga y angustiosa espera, los aficionados al deporte que se honró al ser declarado Patrimonio Cultural de la Nación Cubana en octubre de 2021, pudieron exclamar la frase: ¡Al fin!, mi «perro» cazó una mosca.
No se trata de menospreciar el triunfo de los criollitos, en el que Villa Clara aportó su parte, pues fue el camarero de este territorio, Damián Díaz de Jesús Duardo, quien con un biangular frente al derecho bahameño Colton Cubbaje —toleró dos imparables en seis entradas de actuación— fletó hacia la goma al patrullero Marcos del Toro, con la carrera que decidió el campeonato, 1 a 0.
Mas no hay que lanzar campanas al vuelo, porque este desenlace no puede maquillar los decepcionantes resultados que desde hace tiempo viene acumulando el béisbol de casa. Cabe preguntar: ¿A quiénes les ganaron?
¿En qué mapa beisbolero a nivel mundial aparecen estos planteles? Y se los menciono, por si usted no estuvo al tanto del torneo: Bahamas, Islas Vírgenes de los Estados Unidos y San Martín, escoltas de Cuba, por ese orden, en la tabla de posiciones. ¿Hubiera sucedido lo mismo de haber concurrido otros equipos como el anunciado República Dominicana?
Islas Vírgenes ocupa el escalón 45 del ranking de la Confederación Mundial de Béisbol y Sóftbol (WBSC); Bahamas, el 47 e Isla San Martín, el 57.
Este año el equipo nacional de la categoría sub-15 participó en el Campeonato Panamericano que se jugó en República Dominicana y no pudo hacerse de un cupo para la Copa del Mundo, por primera vez en la historia. En la patria del Generalísimo Máximo Gómez Báez, la armada cubana compartió la séptima plaza con Bahamas y Panamá.
Si analizamos el recorrido de la escuadra anfitriona y la dirigida por el holguinero Walter Urrutia en la competencia, observaremos que Cuba no mostró clara superioridad sobre los locales. Ambas selecciones culminaron con saldo de cuatro éxitos y un descalabro.
Bahamas apabulló a San Martín (16 a 1 y 33 a 0) y a Islas Vírgenes (11 a 1), y se impuso, 11 a 8, en el duelo contra los cubanos para llegar invicta a la disputa del título, mientras los nuestros doblegaron a Islas Vírgenes (10 a 0 y 12 a 0) y a San Martín (13 a 1), y sufrieron el citado revés.
En el partido por el cetro, los criollos aventajaron a Bahamas, 1 a 0, con apenas tres indiscutibles, en tanto los contrincantes archivaron dos incogibles. El zurdo de Cárdenas, Carlos Sarduy, ratificándose como el más sobresaliente de los serpentineros cubanos, retiró por la vía de los strikes a 12 bateadores en seis capítulos, para elevar a 20 la cifra de ponches en todo el campeonato en diez entradas de actuación.
Por cierto, su sustituto en la lomita, el villaclareño Cristian Alejandro Aguilera García, no cumplió su misión de cerrador, y luego de conceder boleto y soportar un cañonazo, tuvo que dar paso a Javier Roque, quien se encargó de sellar el éxito contra la representación sede, que se quedó con el empate en la antesala.
En total, Bahamas fabricó 71 carreras en la Copa y aceptó 11, mientras que Cuba facturó 41 anotaciones y toleró 12. ¿Qué me dicen?