Si rubricar un desafío de cero hits cero carreras es uno de los grandes sueños de todo lanzador, ¡que diríamos entonces de aquellos que han podido concretar un juego perfecto!, al retirar a todos los bateadores enfrentados en un desafío.
Con apenas 20 años de edad, el 22 de diciembre de 1999 —este domingo se cumplió un cuarto de siglo—, Maels Rodríguez Corrales logró lo que ningún otro serpentinero había alcanzado hasta la XXXIX Serie Nacional de Béisbol: ¡un juego perfecto!
Vistiendo el traje del equipo Sancti Spíritus, el supersónico lanzador derecho nacido el 15 de octubre de 1979 en la localidad de Cacique, municipio de Placetas, y descubierto por el entrenador Roberto (Iti) Velazco, en Báez, se apoyó en su recta de 97 millas, para retirar a los 27 bateadores de los Leñadores de Las Tunas —12 de ellos por la vía del ponche— eb ek desafío celebrado en el yayabero estadio José Antonio Huelga.
Haciendo gala de un control absoluto, Maels se mantuvo siempre por encima de sus rivales, los cuales solo pudieron conectarle tres fly a los jardines.
Su oponente, el zurdo Jorge Ochoa, fue un digno adversario. Le colgó ocho escones a los yayaberos, antes de tolerar la única anotación del partido en el noveno capítulo.
En el mencionado episodio, con un out, Liusvani Meneses disparó sencillo al bosque derecho y Eduardo Rubalcaba lo imitó con cañonazo al jardín izquierdo. A continuación, Yunier Mendoza también se apuntó un indiscutible, pero Meneses fue enfriado en la goma por certero disparo del patrullero izquierdo Abeisy Pantoja.
Con la entrada a punto de mate vino un roletazo de Arrozarena por la antesala que se transformó en el hit de oro remolcador de la carrera que le dio la victoria a Sancti Spíritus y, de paso, le permitió a Maels marcar un hito en los campeonatos nacionales.
Casi 24 años más tarde, el 17 de abril de 2023, el zurdo Geonel Gutiérrez, de los Cazadores de Artemisa, se acreditó el segundo choque de estas características, a costa de Industriales en un partido que solo duró cinco innings, porque se decidió por la vía del supernocao, con pizarra de 15 carreras a cero.
La poca cantidad de capítulos generó polémica, pues muchos seguidores de la pelota argumentaban que en las Grandes Ligas para que un juego sea considerado perfecto debe tener al menos nueve entradas completas, por lo que los acortados por el clima o que no lleguen a los nueve episodios por cualquier razón no cuentan oficialmente en esa estadística, pero finalmente al artemiseño se le reconoció y se unió a Maels como los únicos tiradores que han protagonizado este hecho en los campeonatos nacionales.
Primer juego perfecto en series nacionales:
ESTADIO JOSÉ A.HUELGA, S. Spíritus (22 de diciembre de 1999)