No escribiré de religión aunque al joven pelotero remediano de 19 años, Jesús Daniel Olivera León, por las pocas oportunidades que ha tenido como cátcher en la temporada regular del Sub 23 de béisbol villaclareño le pega bastante lo de «Jesús y su cruz ». Al respecto les comento a los lectores de Vanguardia sobre este prometedor jugador.
Olivera nació con talento para la receptoría, me dicen sus padres y es cierto. Sus condiciones físicas y somatotipo fueron aprovechados por los entrenadores de su natal Remedios. Aquel niño de nueve años, de potente brazo y fuerza en sus muñecas para su edad comenzó a vestir las franelas anaranjadas de esta provincia en cada competencia escolar nacional como receptor regular.
Se ganó un puesto como titular de su posición al Panamericano Sub 15, efectuado en Venezuela donde alcanzaron la medalla de plata. Allí resultó el receptor más defensivo del certamen. Así culminaba la categoría juvenil, siendo siempre el principal receptor. Por ello le resultan contradictorios los pocos chances que ha tenido en este IV Campeonato Nacional. Olivera espera y quiere más.
Hasta el juego 32 de la actual lid, finalizando la subserie contra Matanzas, había salido en 17 ocasiones y usando los arreos y la mascota solo 12 innings alternos. El resto de su actuación ha sido como emergente, designado y recientemente supliendo la ausencia de Norel González en la inicial.
«Tengo confianza en mí mismo, estoy bien preparado física y mentalmente. Solo anhelo tener más oportunidades detrás del home, mi posición verdadera. Pienso en positivo y tengo sueños grandes, por eso no me preocupan los comentarios de que “Jesús está crucificadoâ€. Saldré adelante », confiesa.
Al bate ha lucido inmenso, antes de los actuales enfrentamientos contra Cienfuegos promediaba 429, 21 imparables en 49 veces con 3 vuelacercas, dos dobles y 17 remolcadas. No hay que ser tan conocedor de pelota para hacer un análisis de cuanto futuro tiene este muchacho con los antecedentes que ha mostrado en categorías anteriores y en la actualidad.
«Puse el máximo de interés en los entrenamientos y siempre me he caracterizado por tener fuerza al bate. Es cierto, no estoy cómodo en primera base, pero lo acepto porque hay que ayudar al equipo. Cuando me den la oportunidad de catchear, voy a demostrar de lo que soy capaz », concluye.
Las potencialidades que Olivera reúne hay que aprovecharlas. El tiempo es oro para la juventud y desde una posición improvisada es difícil demostrar toda su fibra ya conocida por los especialistas del béisbol en Villa Clara. Sin dudas su aporte a la ofensiva en esta fase merece mención positiva en los resultados que ha conseguido el Sub 23. Le va quedando poco tiempo al remediano para un Campeonato que estaba hecho para él, aunque el titular Julio Miranda ha estado inamovible por sus numeritos. Pero, ¿cómo aspirará a una preselección de los mayores, si no puede lucirse en lo que es? Por demás, generalmente, el Villa Clara solo termina con tres máscaras en la selección final. Lo suyo, al parecer, era el Sub 23 y ya ven.