
El 2019 será un año de peliagudos dilemas económicos durante el cual la prudencia, el ahorro y la planificación efectiva de los gastos deberán regir nuestras inversiones, tanto dentro del hogar como a nivel de país.
Estamos llamados a «no gastar más de lo que ingresemos y no asumir compromisos que no podemos honrar. Asimismo, detener y solucionar la cadena de impagos », según declaraciones del Presidente cubano.

Así transcurrirá un año de pujanza colectiva que nos pondrá a prueba pese a los posibles déficits; mas, la escasez de productos básicos no devendrá inconveniente que nos quite por mucho tiempo el sueño.
La gestión gubernamental se orientará «con mayor ímpetu a la exigencia de la calidad en los servicios y a evitar que sus insuficiencias provoquen molestias e irritación a la población ».
Claro, ello dependerá de un gigantesco acopio de esfuerzos, de cambios de perspectiva para tajar la burocracia y los caducos modos de ser y hacer, que estancan el desempeño de los principales actores económicos.
«Necesitamos una actitud más proactiva, inteligente y concreta de los dirigentes impulsando no trabando ni demorando soluciones seguras y particulares a los problemas, con la búsqueda continua e intensa de respuestas ágiles y eficientes », reafirmó Díaz-Canel.
Nos corresponde, desde cada puesto de trabajo, aportar más, ser efectivos, rentables, innovadores, oportunos generadores de soluciones para invertir solo en lo necesario.
Pero los retos no derivarán solo del ámbito económico; 2018 será un precedente que quedará en la historia como un año de férreas demostraciones de continuidad y consenso. ¿Ruptura en nuestro país?, solo de los dogmas, formalismos y las arbitrariedades, de eso no queda duda.
Festejamos este Primero de Enero el aniversario 60 del triunfo de la Revolución, y con esa misma efervescencia asumiremos un febrero de referendo y reafirmación popular, un mes con sabor a democracia, inclusión y dignidad.
A las urnas nos moverá una nueva constitución al estilo de los hombres y mujeres del siglo xxi, una carta magna, refrendada y perfeccionada por millones de cubanos, que generará leyes de desarrollo a su imagen tan avanzada y contemporánea.
El calendario señala 12 meses de senderos espinosos y cuesta arriba, de encrucijadas escabrosas, pero no infranqueables si aunamos esfuerzos, convocamos al intercambio moral, material e intelectual. «Escuchar, argumentar, aclarar, destrabar y solucionar problemas; atender quejas, incomprensiones y desaciertos », constituirá tarea prioritaria.
El restablecimiento de la credibilidad financiera, la creación de las bases de una economía sustentable, la consagración política y revolucionaria serán la máxima de los muchos y colectivos esfuerzos. Somos Cuba, y este 2019 seguiremos siempre por más.