Seamos solidarios

Ante las tensiones económicas que vive el paí­s se impone la solidaridad entre los cubanos.

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Osmaira González Consuegra
Osmaira González Consuegra
@oglezc
9304
19 Enero 2019

Comenzó un año duro que exige de todos nosotros. El paí­s continúa sufriendo una tensa situación económica, especí­ficamente en las finanzas externas debido al no cumplimiento de los ingresos planificados por exportaciones.

A ello se refirió nuestro presidente, Miguel Dí­az-Canel Bermúdez, el pasado 22 de diciembre, en la clausura del Segundo Perí­odo Ordinario de Sesiones de la IX Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular: «La batalla económica sigue siendo la tarea fundamental y también la más compleja. Es esa la tarea que más exige hoy de todos nosotros, porque es de la que más espera nuestro pueblo ».

Por ello que no se pueden aceptar acciones que vayan en detrimento del bienestar de la población ni que existan especuladores que se aprovechen de las escaseces para elevar los precios de algunos productos, como la malanga o la pizza. Tampoco es admisible que timen a las personas con la venta ilegal de un   tipo de leche en polvo que en nada se le parece, como le ocurrió a una colega.

Dijo Dí­az-Canel: «Los trabajadores por cuenta propia no son enemigos de la Revolución, son resultado del proceso de actualización del modelo económico, han resuelto problemas que recargaban al Estado y para los cuales en ocasiones resultaba ineficiente. Ellos han ido rescatando oficios que la vida probó que son necesarios ».

Ilustración de Alfredo Martirena sobre la solidaridad.
(Ilustración: Alfredo Martirena)

Lo cual no implica que ante las nuevas circunstancias improvisen y comercialicen sus servicios a costos exuberantes, con lo que encarecen la vida del ciudadano común. De lo que se trata es de considerar al sector no estatal como un complemento de la economí­a. «No existe intención alguna de evitar que puedan prosperar, pero su funcionamiento tiene que ser dentro de la legalidad », ha dicho el Presidente cubano.

Se impone entonces ser solidarios. Para los nacidos en esta isla resulta una cuestión de principios. Si somos los que más solidaridad ofrecemos a los pueblos del mundo, ¿cómo no serlo entre coterráneos?

Recuerdo los años más duros del perí­odo especial. ¡Qué ojalá no vuelvan! Entonces éramos capaces de cocinar una olla de frijoles con una cabeza de ajo repartida entre tres o cuatro casas. No exagero. Lo viví­ en la beca de la Universidad   de Oriente. Allí­, dos cucharadas de azúcar alcanzaba para endulzar siete vasos de limonada.

Si fuimos capaces de sobrevivir aquellos reveses, ¿cómo no hacerlo ahora? Nuestra capacidad de resistencia está bien probada y es una de las cualidades que más admiran muchos de nuestros amigos en el mundo. Nos viene desde los indios. Se afianzó entre los mambises. A lo largo de la Historia de Cuba sobran ejemplos de esa fortaleza, pues forma parte de la idiosincrasia cubana.

Comenzó un año duro. Pero sabremos vivirlo. Sabremos sobrevivirlo. Como expresó Dí­az-Canel: «Vamos a salir adelante y vamos a seguir venciendo ».

Mas, para ello y ante las adversidades, resulta necesario ser solidarios.  

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