Más clientes, mejor que subir precios

Las nuevas medidas económicas y el incremento salarial beneficiará a todos, incluso a los trabajadores por cuenta propia.

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Francisnet Dí­az Rondón
Francisnet Dí­az Rondón
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23 Julio 2019
Ilustración de Martirena
(Ilustración: Martirena)

Si fuera cuentapropista, la noticia del incremento del salario a los trabajadores del sector presupuestado también la tomarí­a como un gran beneficio para mí­. No con la malsana idea de subir los precios de los productos o prestaciones, sino que manteniéndolos inamovibles, ahora muchos más clientes se acercarán a mi negocio. No hay que ser Joseph Stiglitz, Premio Nobel de Economí­a, para llegar a esa conclusión. Veamos.

Es razón suficiente que un millón 470 736 personas tendrán mejores condiciones para acceder al actual mercado del sector no estatal. Serí­a  descabellado e incoherente encarecer productos o servicios, lo cual predispondrí­a a esos potenciales usuarios.

Pensar que la gente no reparará en precios por el hecho de que le aumentarán el sueldo es iluso. En todo el mundo quienes se ganan la vida con esfuerzo y sudor siempre sopesarán gastos y buscarán las opciones más económicas y mejores.

Pongamos como ejemplo los cocheros o motoneteros. Bajo la justificación de la llamada ley de oferta y demanda, decidieron establecer el costo del pasaje entre cinco y diez pesos dentro de la ciudad de Santa Clara. Un precio muy difí­cil de sostener a diario por muchos trabajadores.

Resulta habitual ver filas de coches y motonetas a la espera de viajeros, de los cuales la mayorí­a decide abordar las económicas   guaguas del Estado. Con el incremento salarial nadie dude que esa misma tarifa de los transportistas les será factible pagarla a miles de personas, lo que significa más clientes y, por consiguiente, mayores ganancias.

Igualmente, vale el ejemplo para los del mercado agropecuario. De por sí­ el monto impuesto a las viandas, carne, sazones, hortalizas, granos… resulta inalcanzable para miles de personas. ¿Cuántas veces los mismos vendedores se han aburrido durante horas en sus puestos por la escasez de clientela? ¿En cuántas ocasiones han debido deshacerse de los productos porque pocos acuden allí­ a comprarlos por ser tan caros? Ahora, si aplican la lógica, tendrán posibilidades de vender más.

Pensemos también en una familia cuyos padres trabajan en el sector presupuestado. A un matrimonio con dos o más hijos, les resultaba un sacrificio acudir a un restaurante o heladerí­a privados. Con los nuevos sueldos que devengarán, la situación cambia. Si los dueños mantienen los mismos costos del menú, los progenitores y sus descendientes podrí­an ir a cenar juntos, y más a menudo, sin sentirse el bolsillo tan apretado.

También hay que recordar que el presidente Miguel Dí­az-Canel aclaró que el sector estatal no aumentará un centavo en ninguna de sus instalaciones, lo cual también beneficia a los particulares. Por lo tanto, seguirán comprando o adquiriendo materias primas al mismo costo. Más razón aún para no alzar precios.

Los negocios no deben edificarse sobre los cimientos de la ambición bruta, sino sobre la lógica, el razonamiento y la sensatez. Aspirar a hacer dinero a toda costa conlleva a cometer errores que luego atentan contra el buen desenvolvimiento de la empresa. Porque en términos de economí­a hay que pensar con la cabeza y no con el bolsillo.

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