Para nadie resulta un secreto que Villa Clara está entre las provincias que mayor cantidad de carne de cerdo produce en Cuba. Tampoco nadie está ajeno al hecho de que, durante el 2018 y lo que va de este año, la preciada proteína del llamado «mamífero nacional » ha estado ausente de nuestros mercados estatales, a pesar de los esfuerzos realizados por el Gobierno y las autoridades de la Agricultura para mantener discretos niveles los fines de semana; en particular, los domingos de Feria.
Sin embargo, y por suerte, desde la segunda quincena de agosto se han notado ligeros atisbos de recuperación y para septiembre se espera que Acopio disponga de una mayor cantidad de cerdos. Prevén que la cifra ronde los 600 semanales y que lleguen unos 90 cerdos diarios a los mercados agropecuarios estatales (MAE) de Santa Clara de martes a viernes, con la posibilidad de incluir algunos sábados si la disponibilidad lo permite.
Para el domingo, día en que generalmente la familia hace las compras de la semana, se preservará el plato fuerte, pues dispondrán de 150 cerdos que serán vendidos en los 18 consejos populares de la cabecera provincial.
En reunión presidida por Bárbaro Monteagudo Fernández, vicepresidente del Consejo de la Administración Provincial (CAP) encargado de la distribución, trascendió que habrá cerdo en el Mercado de Buen Viaje de martes a viernes, y siempre los domingos. Mientras, en los restantes 13 mercados agropecuarios de Santa Clara, se expenderá, al menos, dos veces a la semana.
¿Ocurrió un milagro, y los cerdos se multiplicaron como los panes y peces? ¿Habrá sostenibilidad, o solo será un espejismo momentáneo?
En busca de respuestas, Vanguardia acudió a la Empresa Porcina de Villa Clara, y en diálogo con sus principales funcionarios constatamos lo cierto del incremento en la cantidad de animales listos para el sacrificio. Sin que ello signifique una total recuperación, pues, como afirma su director, Alexei Martín Pérez, se trata solo de una ligera mejoría y todo dependerá de la disponibilidad de la comida.
Hoy, y desde el mes de mayo, cuentan con alimento suficiente y la deuda acumulada con los productores descendió de más de 14 000 toneladas a solo 4108; o sea, se redujo en más de 10 000. Todo ello presupone un buen cuatrimestre y un fin de 2019 con mayor presencia estatal de cerdos en niveles cercanos a los años de bonanza en los que Villa Clara llegó a producir el récord de 26 284 toneladas de carne.
Ello no significa que puedan lanzarse campanadas al vuelo, pues los vaivenes de nuestra economía y la dependencia en casi un 90 % de la comida importada provocan que sea difícil predecir una cifra exacta. Aunque se trabaja en la sustitución de importaciones, como el país y el presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez reclaman, los pasos dados hasta ahora resultan incipientes.
En ese largo camino hacia la autosuficiencia alimentaria, el municipio de Placetas, mayor productor de carne de cerdo del país, se ha tomado como polígono de pruebas, con 26 productores del total de 50 con que hoy cuenta Villa Clara acogidos a la siembra de plantas proteicas y otras variantes alimentarias para los cerdos.
A favor del pueblo está que la provincia posee una amplia cultura en la cría de esta valiosa proteína animal, y aun cuando solo se pronostica que el plan del 2019 llegue a las 17 000 toneladas de carne, ya los porcicultores villaclareños se aprestan para las 23 000 del 2020.
Por ahora, vale resaltar que de septiembre a noviembre, y casi seguro en diciembre, deben superarse en unas 300 o 400 toneladas de carne, del plan de las 1130 mensuales planificadas. No será la panacea universal, pero sí un paliativo perceptible en la cotidianidad del villaclareño.
La voluntad gubernamental existe y los cerdos del último cuatrimestre también. Habrá que luchar contra los molinos de viento que se interpongan, incluidos los factores objetivos relacionados con la falta de combustible, pero nada resulta más importante que la alimentación del pueblo.
Confiemos en que la realidad de lo que resta del 2019 traspase estos escollos y podamos disponer de una mayor holgura alimentaria. Los augurios de la carne de cerdo son buenos, pero deberán materializarse en nuestra mesa.