Culminó el 2019, un año que puso a prueba nuevamente la capacidad organizativa y la entrega incondicional de los trabajadores de la salud en Villa Clara. No pocas dificultades materiales fueron enfrentadas ante la arremetida de la administración Trump contra la isla.
A pesar de las carencias de medicamentos, insumos y piezas de repuesto la provincia elevó el número de consultas estomatológicas y de la atención primaria de salud. Al mismo tiempo disminuyeron las consultas por cuerpo de guardia.
La actividad quirúrgica experimentó un notable incremento sobrepasando las 75000 cirugías. Se destacó un importante número de las menores, en las que se destacaron en esta actividad los hospitales Arnaldo Milián Castro, el «María del Carmen Sozaya » de Caibarién y el militar Manuel «Piti » Fajardo.
Durante los últimos doce meses se alcanzó una cobertura de vacunación por encima del 95%. Asimismo, se mantienen cumplidos los criterios de evaluación para la certificación de eliminación de la transmisión materna infantil de la Sífilis y el VIH. Además, se pusieron en marcha nuevos estudios a través de la biología molecular, así como se logró cerrar la transmisión de arbovirosis en la provincia.
Destaca también la atención al adulto mayor donde se logró disminuir la mortalidad de los abuelos entre 60 y 74 años y se alcanza una esperanza de vida de 79 años. De igual forma se logró un 75 % del aprovechamiento de las plazas de las casas de abuelos y hogares de ancianos. Hoy con mejores condiciones constructivas y con servicios a pacientes con demencia.
Con respecto al plan de inversiones, reparación y reposición de equipamiento el sector destinó 17,8 millones de pesos; los cuales permitieron intervenir en 230 unidades. Se accionó en 477 objetos de obra. Ello permitió mejorar la prestación de servicios en la Asistencia Médica.
La población villaclareña agradece los servicios de salud. No obstante, hubo un incremento de las quejas. La mayoría de ellas asociadas a insatisfacciones con la asistencia médica.
El programa materno infantil fue una de las mayores insatisfacciones. La provincia acumula 29 defunciones en menores de un año (seis más) para una tasa de mortalidad infantil de 4.8 por cada 1000 nacidos vivos. También disminuyeron los nacimientos ya que se reportó la cifra más baja durante la última década.
A pesar de que la provincia cerró el año con una tasa de mortalidad infantil por debajo de la media nacional, con cero muerte materna y la puesta en marcha recientemente del banco de leche materna este es un indicador que deja un sinsabor para los profesionales del sector.
Si bien el programa de reproducción asistida es una prioridad en el país y fueron atendidos más de 5000 casos por consultas municipales, solo se reportaron 77 embarazos de un plan de 210.
Referido al completamiento de los grupos básicos de trabajo 15 se mantuvieron incompletos.
En tanto los índices de letalidad por enfermedad cerebrovascular, por las no trasmisibles y por cáncer en algunas localizaciones no disminuyeron .
La situación epidemiológica con trasmisión de dengue en la mayoría de los municipios mantuvo en jake durante seis meses a la provincia, un asunto que en lo adelante no admite pasividad ni complacencia...
Así concluyó un año muy difícil que puso a prueba la valía de nuestros galenos. Ellos continuarán dentro y fuera del país prestigiando el sistema de salud cubano.