Ahorrar sin dejar de hacer

En tiempos de contingencia energética, resulta imprescindible la colaboración de todos para economizar sin renunciar al desarrollo.

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Idalia Vázquez Zerquera
Idalia Vázquez Zerquera
@IdaliaVzquez
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25 Febrero 2020
Ahorro de enrgí­a
(Ilustración: Alfredo Martirena)

Meses cálidos en pleno invierno, ajenos a las habituales temperaturas que caracterizan la actual temporada del año, obligan a hacer un mayor uso de ventiladores y aires acondicionados en el hogar, lo cual unido a otras causas incide, por estos dí­as, en el incemento del consumo eléctrico en Villa Clara, en el horario de máxima demanda.

La situación se torna difí­cil en momentos en que el paí­s exige ahorrar el petróleo usado en la generación eléctrica, ante el constante asedio a navieras encargadas de su traslado a Cuba. Todo ello, producto de la hostil polí­tica de los Estados Unidos contra la isla, empeñado en debilitarnos y provocar el descontento popular ante los altibajos con el combustible.

Esta situación exige trazar estrategias para no dejar de producir bienes y servicios, potenciar las exportaciones, sustituir importaciones, y continuar las inversiones en aras del desarrollo.

Aun cuando resultan de obligatorio cumplimiento las medidas que con este objetivo fueron implementadas por la máxima dirección del paí­s, tras la tensa situación afrontada entre los meses de septiembre y octubre del 2019, el sector residencial que consume más del 51 % de la electricidad destinada a la provincia es el máximo responsable del incremento registrado en el segundo mes del año.

Según datos aportados por la Oficina Nacional para el Control del Uso Racional de la Energí­a (ONURE), hasta el pasado 16 de febrero, de un plan de 55 851 MWh, Villa Clara se excedió en un 2,9 %, equivalente a unas 488 toneladas de petróleo, al aumentar el consumo en el pico diurno de 11:00 a.m. a 1:00 p.m., con una menor incidencia en el nocturno. Incurrieron en ello los municipios de Santo Domingo, Remedios, Placetas, Sagua la Grande y Santa Clara.

Como otra causa de los excesos, la ONURE destacó el déficit de gas licuado doméstico destinado a la población, prestación a la que se acogen más de 100 000 clientes. Tal circunstancia conlleva a hacer un mayor uso de la hornilla eléctrica para la cocción de alimentos. De estabilizarse el servicio de este combustible, la provincia economizarí­a unos 7 MWh diarios, en los horarios de alto consumo.

Ante el actual contexto, especialistas de Economí­a y Planificación, tienen la encomienda de visitar a los trabajadores no estatales altos consumidores, para que desplacen el proceso productivo fuera del horario pico, así­ como a propietarios de hostales, para incorporarlos al ahorro.

En los empeños por disminuir los excesos se han sumado los pioneros, incorporados a las patrullas clic, y representantes de organizaciones de masas del barrio, a fin de tomar conciencia sobre la urgencia de economizar, de acuerdo con las exigencias del momento.

Es importante recordar que la generación de electricidad en Cuba, procede, fundamentalmente, de la quema de combustible fósil, un recurso no renovable, aun cuando el paí­s da pasos en el cambio de su matriz energética, a corto, mediano y largo plazos.

Cuando ocurre un sobregiro y no hay combustible para producir más electricidad y estabilizar el sistema, no queda otra alternativa que cubrir la demanda con el destinado a sectores de la economí­a, para que el pueblo no prescinda de ella, y evitar los molestos apagones.

Si de ahorro se trata, quedan muchas potencialidades por explotar en el hogar, entre ellas, aprovechar la luz natural, siempre que sea posible realizar las actividades domésticas fuera del pico eléctrico, así­ como no usar el televisor como radio, evitar abrir con frecuencia el refrigerador, encender los aires acondicionados después de las 10:00 p.m. y pasarlo a la posición de ventilador si sentimos frí­o.

Insiste la ONURE en que la mejor forma de saber si ahorramos en casa radica en comparar la factura eléctrica del mes en curso con la del anterior. La reducción de 3 kWh por vivienda, equivale a un litro de combustible diésel.

Una participación consciente y activa de la población en estos empeños ayudarí­a a reducir los gastos en que incurre el paí­s para mantener servicios vitales, sin dejar de hacer ni renunciar a las comodidades que ofrece la electricidad, aun en tiempos de contingencia.

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