«Estrategia» para el Día de los niños

En medio del plan vacacional, los niños cubanos hoy celebran su Día. ¿Cuánto más pudiera hacerse para que esta jornada sea significativa para los pequeños.

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Ilustración de Alfredo Martirena sobre el Día de los Niños.
(Ilustración: Alfredo Martirena)
Francisnet Dí­az Rondón
Francisnet Dí­az Rondón
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16 Julio 2023

Aunque el tercer domingo de julio se declaró el Día de los Niños, realmente sabemos que solo resultó una noble, hermosa, pero muy ingenua iniciativa. Pues habría sido más factible dedicarle una jornada a esos pequeños, inquietos e impredecibles seres, precisamente, en otro momento que no fuera en medio de la etapa vacacional de la cual son dueños y señores.

«Bien, vamos a destinarle un día a los muchachos porque  ellos lo merecen. ¿Y cuál escogemos? ¿El 1.o de julio? No, ya está reservado para los ingenieros. ¿Qué les parece el 4? Tampoco, ese es el de los Delfines en Cautiverio y del Libro Electrónico. ¿El 10? No, le corresponde a Los Beatles.  Bueno, entonces, en vez de un día específico del calendario, mejor seleccionamos uno al azar sin enumerar. Por ejemplo, el tercer domingo de julio, y ya».

Claro, ese santo domingo las instituciones culturales, gastronómicas y recreativas se ponen a disposición de los infantes quienes, para «desgracia» de los padres, ya no deben ir a la escuela, ni levantarse temprano, estudiar o hacer las tareas. Entonces, para rendirles digno homenaje se realizan actividades con payasos, magos,  los ponen a dibujar, los llevan al Coppelia, al parque de diversiones… Pero, ¿acaso no es eso lo que se hace durante todo el verano?

Si analizamos bien, el Día de los Niños debió establecerse en algún momento de la etapa escolar, sin coincidir, con las semanas de receso. De este modo, la jornada especial hubiese sido mucho  más efectiva y distinguible. Vaya, «sonaría» más que durante los meses estivales.  Además, los bolsillos estarían en mejor posición para gastar.

Supongamos que en vísperas al tercer domingo de julio, la familia los llevó al zoológico, a una piscina, a la playa o a un campismo y vio cómo se «evaporó» el arsenal monetario en el más simple de los paseos. Al regresar a casa, como de costumbre, se bañaron y se acomodaron frente al televisor o se pusieron a explorar el móvil (lo más probable). De esta forma descubrieron que el día siguiente está dedicado a ellos. «¡Mami, papi, mañana es el Día de los Niños!, ¿a dónde nos van a llevar?». En ese instante los padres cayeron en coma.

Justo para cuando llegue ese momento ya pudieran tener una estrategia trazada. Después de regresar de la agotadora  jornada anterior al Día de los Niños, y al reclamarles dónde sería la salida para celebrar, la respuesta debe ser disparada como la última bala de un combate y con la mejor movida de ajedrez:

«Amores míos, ya lo celebramos hoy, porque mañana pensábamos llevar a pasear a todos los niños del barrio. Sin embargo, no quisimos ser tan crueles de privar a sus respectivos padres de ese momento tan especial con sus hijos, como lo hicimos hoy con ustedes. ¿No creen?».

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