Seguir el camino de la dignidad

Cada día hay que asaltar un Moncada, en una Cuba que necesita transformaciones hacia lo interno y seguir luchando contra el genocida bloqueo imperialista.

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Vanguardia - Villa Clara - Cuba
(Ilustración: Martirena)
Narciso Fernández Ramí­rez
Narciso Fernández Ramí­rez
@narfernandez
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26 Julio 2023

«Mientras el Gobierno de Estados Unidos persista en su intento de asfixiarnos con su genocida bloqueo, mientras no alcancemos un nivel de prosperidad digno para cada cubano, tendremos un Moncada por asaltar», aseguró el primer secretario del Comité Central y presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, en sus palabras centrales por el aniversario 70 de los sucesos del 26 de julio de 1953.

El mandatario cubano recordó aquella gesta imperecedera que dio continuidad a la iniciada el 10 de octubre de 1868, enalteció la valentía de los jóvenes de la Generación del Centenario, encabezados por Fidel, y evocó hermosas palabras de Haydée Santamaría, la hermana de Abel, quien se refería a la pasión que los trajo al Moncada aquella mañana gloriosa de la santa Ana.

Su discurso, en la siempre heroica ciudad de Santiago de Cuba, resultó colofón de días de intenso trabajo, que tuvo otro momento significativo en la reciente sesión de la Asamblea Nacional, donde Cuba resultó retratada, tal cual es, en sus complejidades, sus contradicciones y carencias. Ni los diputados dulcificaron sus intervenciones, ni lo hizo el presidente del Parlamento, Esteban Lazo. Tampoco «escondieron la bola» el vice primer ministro Tapia Fonseca ni los respectivos ministros de Economía, Energía y Minas, Finanzas y Precios, ni el presidente del Banco Nacional de Cuba.

Apreciamos intercambios «a chaquetón quita’o», sin miedo a decir las cosas y a proponer soluciones. Algunas intervenciones resultaron osadas, otras no tanto, pero todas buscan aportar una ruta para intentar salir del complejo escenario económico-social en que nos encontramos.

Lo sucedido en este Primer Período Ordinario de sesiones de la X Legislatura no puede considerarse, de ninguna forma, fruto de la espontaneidad. La manera tan diáfana y directa de analizar los problemas guarda relación con la actual composición de una Asamblea renovada y nutrida con un buen número de jóvenes, provenientes de diversos sectores, dotados de una alta preparación y con los pies bien puestos sobre la tierra.

Además, se ha propiciado un vínculo más estrecho entre los diputados y sus electores; el cual, inició en el propio proceso de nominación y luego, una vez electos, en los recorridos mensuales por sus respectivas demarcaciones. Vínculos que han garantizado un conocimiento más real y objetivo de las dificultades que aquejan a la ciudadanía, a la gente de abajo, allí donde se vive la cruda realidad de la Cuba de hoy.

En los días de trabajo, transmitidos en vivo por la Televisión Cubana, quedaron abordados, como afirmara el primer secretario del Comité Central y presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, en su discurso de clausura, y cito: «Los problemas de nuestra difícil cotidianidad, como la producción de alimentos, la generación eléctrica, la disponibilidad de agua, la delincuencia, la creciente inflación, los precios abusivos, (…) sin abandonar asuntos pendientes, de carácter estratégico, como la Política de Atención Integral a la Niñez, Adolescencia y Juventudes, o la Ley del Código Penal Militar».

El presidente del Parlamento, Esteban Lazo llamó a ponerle nombre y apellidos, causas y posibles soluciones a nuestras problemáticas; en particular, cuando se discutía la Ley de Soberanía Alimentaria y Nutricional, que lleva aprobada 14 meses —desde el 14 de mayo 2022—, pero sin resultados visibles en la mesa del cubano.

Al respecto reflexionó el presidente del Consejo de Estado y dijo: «Estamos muy cansados de programas, medidas, estudios, diagnósticos. ¿Y la solución del problema dónde está? Cualquiera aquí te recita un diagnóstico, te hace una explicación de ciencia, tecnología e innovación, pero todo eso tiene que tener un resultado, que haya más producción y que el país se desarrolle. Tiene que haber una revolución en la agricultura».

Sobre el tópico, el vice primer ministro Jorge Luis Tapia Fonseca, fue aún más directo, y afirmó: «Para producir alimentos no se necesitan tantos papeles. No son cifras en un informe, sino ¿cuándo vamos a empezar a sembrar? ¿Quiénes lo van a hacer? ¿Cuántas hectáreas de un producto necesitamos para satisfacer las demandas de la población?

«Falta trabajo para producir alimentos. Todos esperamos que nos manden la comida, pero no hacemos nada para producirla. Falta cultura productiva».

Igualmente, se pusieron puntos sobre las íes al enjuiciar asuntos de tanta sensibilidad y preocupación ciudadana como el enfrentamiento al delito, las ilegalidades, la corrupción y las indisciplinas sociales, cuyo incremento daña el tejido social y pone en riesgo a la Revolución, como afirmó el propio Díaz-Canel en su discurso de clausura.

También, de manera diáfana, se habló sobre los precios abusivos y especulativos, y su galopante incremento. El ministro de Finanzas y Precios, Vladimir Regueiro Ale, reconoció las «insatisfacciones», tanto de la población como del Gobierno y la necesidad de «soluciones concretas y palpables».

Según cifras expuestas por el titular del ramo, al cierre de 2022, el índice de precios al consumidor registró un crecimiento de 39 %; en tanto, desde inicios de año, se muestra un aumento de los precios en un 18 %, lo que representa un incremento del 45 % con respecto al igual periodo del año pasado.

Los representantes de Villa Clara realizaron varias intervenciones valiosas. El gobernador se refirió a las formas de enfrentamiento al delito en la provincia, y el diputado por Remedios, y excelente productor agrícola, Noel Rolando Benítez Fernández, propuso vías para fortalecer a la empresa estatal socialista, en alianza con los usufructuarios de tierras y fundamentó como Cuba al enfrentar y vencer la COVID-19, con estrategias alternativas en paralelo, una preventiva y otra de búsqueda de las vacunas, idea luego desarrollada por Díaz-Canel, en sus palabras de clausura.

A partir de lo discutido, el país apuesta por una estrategia gradual para avanzar en la estabilización macroeconómica, durante el segundo semestre de este año y el primero de 2024.

Programa que, a decir del presidente cubano, debe permitir «corregir progresivamente los desbalances macroeconómicos, el manejo y asignación de la divisa en función de las prioridades de desarrollo del país, incrementar la producción de alimentos agropecuarios y bienes industriales, la transformación de subsidios, el desarrollo del mercado cambiario, la recuperación de los ingresos en divisas y los sectores exportables».

También se trabaja en algo muy necesario: la actualización de las normas jurídicas para los actores económicos no estatales, fomentando su rol en la estrategia de desarrollo económico del país, la producción nacional, la sustitución de importaciones, su contribución al desarrollo territorial y la generación de empleo.

La autonomía de los municipios resulta cada vez más importante, y para su éxito se precisa contar, en los diferentes niveles, con cuadros capaces de llevarla a la práctica.

Muchos retos imponen la realidad, pero no falta, voluntad ni deseos para enfrentarlos y vencerlos.

La historia de Cuba ofrece las claves para vencer: Carlos Manuel de Céspedes, José Martí, Fidel Castro y Raúl nunca contemplaron la rendición. Ahora Díaz-Canel sigue el camino, pues:

«La opción de rendirnos fue borrada del ADN de los cubanos. Y no por capricho, porque nos plazca el sacrificio o nos creamos una nación elegida para ello. Es que basta mirar a quienes se rindieron o fueron sometidos por un poder superior aparentemente invencible: esos perdieron la nación, el ideal y el destino de sus países».

Nos toca seguir el camino de la dignidad.

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