
Corría el año 2001. Desde septiembre del 2000 habían comenzado a funcionar en todo el país las Escuelas de Instructores de Arte (EIA). En una de ellas se realizaría el acto de inauguración oficial.
El hecho aconteció el 18 de febrero de 2001 en el plantel villaclareño.
«Para nosotros resultó una sorpresa y una inesperada visita del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz », rememora Miriam González Torres, la bibliotecaria fundadora de la EIA Manuel Ascunce Domenech, hoy Escuela Pedagógica.
«Existían muchas expectativas entre los alumnos y profesores. Era algo muy esperado. Pero no dejó de sorprendernos la noticia de que entre las 15 escuelas la nuestra sería la seleccionada para el acto de inauguración », dijo.
Lo que más recuerda es la manera en que el líder histórico de la Revolución Cubana se dirigió a los estudiantes y trabajadores.
«Hizo un recorrido muy amplio. Se le explicó el funcionamiento de cada una de las áreas. En la biblioteca se admiró por su amplitud. Le pareció espaciosa, con laboratorio y salas de consulta. Con horario abierto para que el estudiantado acudiera en el momento más apropiado. A él le resultó impresionante cómo en tan poco tiempo se pudo reconstruir la edificación ».
Miriam no entabló diálogo con el Comandante, pero lo observó lo más cerca que pudo. «Fue muy familiar con nosotros. En su modo de hablar con los trabajadores. Llevo 42 años en este centro, porque estoy aquí desde que era la Escuela Formadora de Maestros. He transitado por todas sus etapas y le tengo mucho amor. Para mí lo más reconfortante es enseñarle a los visitantes la pequeña exposición que tenemos en la biblioteca con fotografías que recogen la visita de Fidel a la EIA y los reconocimientos que recibimos durante esa etapa tan bonita de la Manuel Ascunce Domenech ».
Cuatro años más tarde, el 20 de octubre de 2004, también en Villa Clara, el Comandante en Jefe asistía a la graduación de los primeros instructores de arte. En aquel discurso dijo: «Es muy justo destacar que muchos profesores, artistas e intelectuales se han sumado al esfuerzo de cubrir el claustro de las escuelas de instructores de arte; ellos han enriquecido los planes de estudio y han logrado que, lo que en un momento desapareció, resurgiera con más fuerza como parte de la batalla colosal por lograr una cultura general integral en nuestro pueblo ».
El programa permaneció por 10 años como estaba previsto. En el recuerdo de muchos perdura la incansable lucha de Fidel por revitalizar la formación de instructores de arte en música, artes plásticas, danza y teatro.