Un Dí­a de Reyes inolvidable

El tránsito de la Caravana de la Libertad por Santa Clara, aquel 6 de enero de 1959, significó un Dí­a de Reyes diferente a los habituales.

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Narciso Fernández Ramí­rez
Narciso Fernández Ramí­rez
@narfernandez
2573
05 Enero 2019

«Los niños lo miran pasar aguerrido, y piensan, crecidos por la admiración, que ven un Rey Mago rejuvenecido, y con cinco dí­as de anticipación »

Marcha triunfal del Ejército Rebelde, Jesús Orta Ruiz (Indio Naborí­)

 

Portada de la revista Life, con imagen de Fidel Castro hablando en Santa Clara el 6 de enero de 1959.
Fidel le habla al pueblo de Santa Clara. Edición de la revista Life de enero de 1959. (Foto: Burton Samuel Glinn)

Han pasado 60 años, pero ningún otro 6 de enero ha tenido mayor emotividad que aquel Dí­a de Reyes de 1959, cuando los barbudos, con Fidel al frente, entraron a Santa Clara en la Caravana de la Libertad.

La llegada de los victoriosos rebeldes a la capital de la antigua provincia de Las Villas era esperada con ansiedad por los pobladores de una ciudad que, apenas cinco dí­as antes, habí­a sido testigo de una batalla frontal contra los soldados de la tiraní­a de Fulgencio Batista, y las huellas estaban aún visibles en gran parte de la fisonomí­a citadina.

El Che habí­a marchado hacia La Habana el 2 de enero, y ahora los santaclareños se aprestaban a recibir al libertador mayor: al Comandante en Jefe Fidel Castro, quien llegaba a esta ciudad con la justa fama ganada en más de dos años y medio de lucha revolucionaria en las montañas de la Sierra Maestra.  

Fidel en Santa Clara

La mañana habí­a amanecido frí­a y una llovizna pertinaz cubrió la ciudad en sus primeras horas, pero nada podí­a impedir la concentración multitudinaria que horas después del mediodí­a colmarí­a el parque Vidal para escuchar las palabras vibrantes del lí­der de la Revolución.

Bien temprano la Caravana de la Libertad habí­a partido desde Sancti Spí­ritus, donde a las dos de la madrugada Fidel les habí­a hablado a los espirituanos, y a su paso por Placetas, Falcón y otros pueblos de la actual geografí­a villaclareña recibió los ví­tores y aplausos de un pueblo agradecido y expectante.

Fidel saluda al pueblo de Santa Clara congregado en el parque Vidal el 6 de enero de 1959.
Fidel saluda al pueblo de Santa Clara congregado en el parque Vidal el 6 de enero de 1959.

A la entrada de Santa Clara, Fidel y sus hombres son recibidos por Enrique Olstuski, coordinador provincial del M-26-7 en Las Villas, quien alojó a Fidel y a los hombres de la Comandancia en la casa de sus suegros, lugar donde actualmente radica la Cámara de Comercio.

En su libro Gente del Llano, Enrique Olstuski, ya fallecido, rememora esas horas cruciales: «[...] Los primeros carros estaban frente a nosotros. De uno de ellos saltó Fidel y detrás de él, Celia. Entramos a la casa [...]. Fidel se veí­a cansado [...]. Me hizo muchas preguntas sobre el pueblo. ¿Qué pensaba? ¿Qué decí­an de la Revolución? [...] ».

Allí­ la comitiva descansó. Fidel recibió al periodista Carlos Lechuga Hevia y le concedió una entrevista. Mientras tanto, el pueblo poco a poco se agolpaba en los alrededores del lugar y se concentraba en el parque Vidal a la espera de ver y oí­r al lí­der rebelde.

Cerca del mediodí­a, la Caravana partió por la Carretera Central hasta la calle Colón, y de ahí­ enfiló hacia el corazón de la ciudad. No son pocas las fotografí­as que dan fe de la alegrí­a del pueblo santaclareño que colmó las calles y dio ví­tores espontáneos a la Revolución triunfante.  

Fidel Castro en Santa Clara, el 6 de enero de 1959, lee el periódico Prensa Libre.
Fidel lee el diario Prensa Libre en la sede del Gobierno Provincial,hoy Biblioteca Provincial Martí­. (Foto: José Barrero del Valle)
Entrevista de Giles S. Gianelloni, periodista de NBC.
Entrevista de Giles S. Gianelloni, periodista de NBC.
 

Fidel vení­a en un jeep descapotable, rodeado por los hombres de su escolta, y detrás le seguí­an otras decenas de vehí­culos con los hombres humildes de la Sierra Maestra, que ayudaron a forjar la libertad y recorrí­an la isla con asombro.

Tanto los reporteros locales como de la prensa nacional e internacional dejaron para la posteridad evidencias de aquellos imborrables momentos. Allí­ estaban los periodistas villareños Felipe Fernández Roza y José Barrero del Valle, entre otros. Una fotografí­a del norteamericano Burton Samuel Glinn serí­a la portada de la revista Life del 19 de enero de 1959. También, se incluyeron las vistas televisivas, según la propuesta que formuló el periodista Carlos Lechuga a Fidel. El júbilo popular era enorme.

En la sede del Gobierno Provincial, hoy Biblioteca Provincial Martí­, Fidel aprovecha para leer el periódico Prensa Libre y concedió entrevistas a reporteros allí­ reunidos. Entre ellas está la realizada por el periodista de la NBC, Giles S. Gianelloni, quien posteriormente la publicarí­a en The Chicago Tribune.

Gianelloni le preguntó a Fidel qué podí­a hacer Estados Unidos para mejorar las relaciones con Cuba: «Comenzó a hablar en inglés y no podí­a pararlo [...] El camarógrafo me hací­a señas de que se le habí­a acabado la pelí­cula », rememorarí­a años después el reportero.

Fidel dio una conferencia de prensa en la que hizo alusión a diversos temas, que luego formarí­an parte del programa de la Revolución: la Ley de Reforma Agraria, el desarrollo industrial y agropecuario, la alfabetización, la formación universitaria, la carrera de Administración, la Reforma del Poder Judicial. También se refirió al periodismo y las tradiciones combativas del pueblo cubano.  

El pueblo es quien manda  

Pasadas las tres de la tarde, rodeado de rebeldes llegó Fidel hasta una tribuna improvisada para la ocasión. Le han antecedido otros oradores, pero cuando toma la palabra la ovación es enorme.

Sus primeras palabras ratificarí­an el rumbo que seguirí­a en adelante la entonces naciente Revolución cubana: «El que tiene que hablar de ahora en adelante, el que tiene que mandar de ahora en adelante, el que tiene que legislar de ahora en adelante, es el pueblo ».

Rememora los dí­as inciertos después del desastre de Alegrí­a de Pí­o: «Y cuando una tarde, después del primer revés, me vi con dos hombres y dos fusiles, y estuve 15 dí­as antes de hacer contacto con mi hermano que se apareció con otros cuatro hombres y cinco fusiles, y fueron siete en total los fusiles que volvieron a aparecer, yo estaba tan tranquilo como estoy hoy, porque estaba seguro de que í­bamos a ganar la guerra. Sencillamente por una cosa, por una razón: ¡porque creí­a en el pueblo! ».

Luego abogó por la unidad de todos los cubanos y ratificó la idea del pueblo como principal depositario del poder: «La gloria de los revolucionarios, de todos los que han combatido, pertenece al pueblo y pertenece a la historia. […] Y cuando tenga una dificultad vendré a ver al pueblo y cuando tenga un problema vendré a ver al pueblo. […] el pueblo será quien diga la última palabra sobre todos nuestros problemas ».

Pueblo de Santa Clara escucha a Fidel el 6 de enero de 1959.
Fidel Castro habla al pueblo de Santa Clara, 6 de enero de 1959.
El pueblo de Santa Clara escucha a Fidel el 6 de enero de 1959. (Fotos: Tomadas de Internet)

También evocó al Che, «que fue el héroe de la batalla de Santa Clara, el lí­der, el dirigente, el jefe que dirigió la operación, con el apoyo de los demás núcleos que habí­a en la provincia y que todos pagaron un precio muy elevado de sangre ».

Y desde Santa Clara llamó a lo que serí­a dos años después la Campaña de Alfabetización: «Aquí­ hay que lanzar un programa de alfabetización. Aquí­ no debe estar nadie, ningún maestro tranquilo mientras haya un ciudadano que no sepa leer ni escribir, porque es una vergí¼enza. No puede ser un ciudadano consciente de todos sus derechos, un ciudadano plenamente útil a su patria aquel que no sepa leer ni escribir. Hay que acabar con el analfabetismo de raí­z […] ».

En los minutos finales de su pieza oratoria de más de una hora de duración, Fidel anunció el futuro promisorio de la Cuba nueva que nací­a: « ¡Hay que trabajar para hoy y para mañana, para esta generación y para las generaciones venideras! ¡Hay que sentar sobre bases firmes el futuro grandioso de la patria! ».

Después del acto, cienfuegueros presentes lo invitaron a esa ciudad, y hacia la Perla del Sur parte con la Caravana de la Libertad. El dí­a 7 de enero lo sorprende hablándoles a los trabajadores de la cervecerí­a de Manacas, y de ahí­ sigue hacia Matanzas.

Ha sido un Dí­a de Reyes diferente. La Revolución ha triunfado. Los mambises vestidos de barbudos han entrado en Santiago, luego pasaron por Santa Clara y arribaron de manera victoriosa a La Habana el 8 de enero de 1959.

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