La mortalidad infantil y materna en las montañas manicaragí¼enses se mantiene, desde hace un lustro, con registros en cero para ambos indicadores.
Resultado avalado por la labor de médicos y enfermeras en el seguimiento a cada proceso de gestación, unido a las coordinaciones del consejo de dirección del hospital Paula María Pérez Morales, de Jibacoa; el aporte de las organizaciones de masas, de varias empresas y de quienes intervienen en los programas de Salud.
Por la propia topografía rural hay que recorrer la geografía ya sea a caballo, en yunta de bueyes, en una volanta o en un tractor para llegar a las comunidades de difícil acceso.
En no pocas ocasiones es preciso desafiar la lluvia, la crecida de ríos o temporales para atender a los enfermos o a una embarazada que demanda el seguimiento especializado lejos de la institución de salud jibacoense, con más de 4000 habitantes asignados.
Vale resaltar que cuatro municipios de Villa Clara despidieron 2019 con cero deceso en menores de un año: Encrucijada, Camajuaní, Caibarién y Cifuentes, en tanto Santa Clara, a pesar de las complejidades como capital territorial, concluyó con apenas 2,7 por cada mil nacidos vivos.
A nivel provincial se cerró el año con un 4,7 por cada mil nacimientos, por debajo de la media en el país, a lo que se suma la ausencia de mortalidad materna debido a causas directas, mientras el índice de bajo peso al nacer alcanzó 5 por cada 1000 nacidos vivos, aunque decrece el número de nacimientos como realidad que no se ha podido superar en un largo período.
En los resultados del Programa de Atención Materno-Infantil (PAMI) intervienen todas las instituciones y servicios relacionados con la atención a la madre y al niño, la labor de los hogares maternos y las organizaciones de masas, junto al incremento de las consultas de infertilidad y los centros de reproducción asistida.
Punto y aparte para el control del riesgo reproductivo preconcepcional y el suministro de ácido fólico antes de que la mujer quede embarazada, con vistas a evitar malformaciones congénitas y que logre su proceso sin dificultades.
Durante los últimos años la provincia acumula las siguientes tasas de mortalidad infantil: 2008 (3.3), 2009 (4.4), 2010 (2.5), 2011 (5.7), 2012 (4.8), 2013 (3.9,), 2014 (3.2), 2015 (4.1), 2016 (3.1), 2017 (4.6) y 2018 (3.5).