Vladimir Hernández Meneses es un viejo conocido de Vanguardia. Su brillante trayectoria como estudiante, que culminó en mejor graduado de su año, ha sido tema de varios trabajos, al igual que su activismo político y su gran entrega a las tareas de choque.
El ahora profesor de la Facultad de Educación Infantil es de esos jóvenes que, como dice Cándido Fabré, «a la hora que me llamen voy », es inquieto y comprometido con su generación. No en vano una amplia mayoría lo eligió como delegado directo al XI Congreso de la Unión de Jóvenes Comunistas por la universidad villaclareña, uno de los cuatro que representará a la provincia en la cita.
Sobre su «Marta Abreu » en vistas al congreso le preguntamos hoy.
¿Cómo ves a la universidad de hoy? ¿Es la misma de cuándo comenzaste a estudiar?
Para mí la universidad, como he leído en varios libros, es el termómetro de una sociedad. Si uno quiere saber los criterios que se mueven en un país, sobre todo en el nuestro, hay que remitirse a ella. Ahí se nota el sentir de una gran masa, que a veces, como es propio en la edad, da sus opiniones sin ningún tipo de tabú. Eso lo he aprendido en estos cinco años de trayecto por la institución y lo reafirmo ahora como profesor.
«La universidad te nutre de conocimientos en todas las carreras, que resultan la base fundamental para criticar, comparar, ayudar y transformar.
«Es un gran reto representar a una institución de excelencia como esta en el congreso, pues una universidad con grandes resultados en sus más de seis décadas de labor, que ha recibido a grandes personalidades del ámbito nacional e internacional, una universidad que le ha aportado a nuestro país en todas las esferas.
«Ser elegido entre miles de jóvenes que tributan desde el estudio, desde la investigación, desde sus resultados académicos, desde la extensión universitaria y desde las tareas de impactos, es un gran compromiso, pues debo representar a una gran masa que destaca en todas las esferas. »
Se dice que la universidad y los universitarios de hoy han perdido liderazgo. ¿Estás de acuerdo con este planteamiento?
Para nada. Cuando uno entra a la universidad, en todas las carreras y en todas las facultades hay jóvenes que llevan la vanguardia. Hay muchos líderes: algunos de formación y otros en etapa de perfeccionamiento, que con ayuda de los profesores y con la sabia guía y orientación de la UJC y el Partido están en la puntera de determinados procesos.
«Cuando uno va a una comunidad y ve cómo las personas de una edad avanzada se remiten a lo que dice un estudiante universitario, se da cuenta del impacto que tenemos en la sociedad, que continuamos siendo la cantera de la vanguardia del presente y el futuro de nuestro país.
«Quienes opinan diferente es porque no sienten vibrar las paredes de la universidad cubana. Desde un movimiento de artistas aficionados, hasta un movimiento deportivo, hasta un movimiento de investigación, uno aprecia que son los jóvenes quiénes lideran los procesos.
«Esto es muestra de que los estudiantes no son apáticos, sino que en la universidad se forja el futuro de Cuba. »
Pero todavía hay que seguir perfeccionándose. ¿Cómo es la universidad que sueña Vladimir?
La universidad que yo sueño es una donde en cada caminata se sumen más personas, donde participen más muchachos a las tareas de impacto, donde todos los jóvenes, militantes o no, den su opinión en cada uno de los espacios, sin tabúes, sin miedo a que se les llame la atención, porque todos los jóvenes pueden compartir su sentir.
«En la universidad que yo sueño, los criterios de uno, aunque no sean mayoría, se siguen tomando en cuenta y esto es tarea de las organizaciones políticas y juveniles, el mejorar el proceso de entendimiento y de recepción de las opiniones.
«La universidad que sueño es una más revolucionaria, donde los profesores apoyen más las organizaciones estudiantiles y a los propios estudiantes, en aras de perfeccionar nuestros sistemas educativo y político.
Esperemos que el congreso te ayude a conseguir esos sueños. ¿Cuáles son los planteamientos que llevas en nombre de los estudiantes de esta universidad?
En primer lugar cómo hacer que desde la base la UJC funcione mejor y cómo hacer que desde cada comité de base el criterio de los no militantes se tengan en cuenta. Además debemos repensar mucho los procesos, los códigos de convocatoria, de esta nueva lucha que llevamos hoy los jóvenes que no es solo a través de grandes consignas sino a través de acciones, de redes sociales.
«Antes creía erróneamente que los militante que no tenían las condiciones adecuadas para integrar el movimiento, deberían ser separados de la organización. Hoy sé todo lo contrario, que debemos hacerlos partícipes de nuestras actividades porque todos somos jóvenes y en nuestras manos está el futuro de Cuba.
«Esto es lo que pretendo llevar al congreso ».