El Combinado Avícola Nacional llega este 22 de mayo a su aniversario 56, y en tiempos de enfrentamiento al SARS-CoV-2 sus trabajadores apuestan por aumentar la producción de huevos y sustituir importaciones de carne.
Las aves sometidas a muda forzada en la granja ya están al 65% de puesta de huevos por animal, hecho que valida la eficiencia del método. (Foto Luis Machado Ordetx).
Luis Machado Ordetx
@MOrdetx
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21 Mayo 2020
21 Mayo 2020
hace 4 años
Eran las semanas previas a la apertura de las más importantes industrias villareñas, y andaban afanosos por esos territorios. Estaban empeñados en la terminación de granjas avícolas para consolidar otra historia en la alimentación del pueblo. Pormenores de aquel tiempo, allá en 1964, recuerda Pedro Guillén Guillén, vinculado en la actualidad a los mantenimientos de las naves que garantizan la permanencia de ponedoras, en lo esencial para satisfacer las ofertas de huevos, alejadas todavía de las demandas de la población.
A pesar de los desagrados, nadie negará que las «posturas », normadas en la distribución, tienen una puntual estancia en la mesa de los cubanos. Obvio, proliferan limitaciones económico-financieras y abundan las zancadillas impuestas siempre por «otros » los de siempre para evitar la adquisición de insumos necesarios de materias primas dedicadas a elaborar pienso, medicinas y materiales de construcción y reparación de naves.
El 22 de mayo de aquel año Fidel, el líder histórico de la Revolución, dejó fundado el Combinado Avícola Nacional (CAN), sector que desde el anonimato trabaja de lunes a domingo, sin mitigar horas, desafiando las desgracias atmosféricas, la lejanía del hogar, la vigilancia epizootiológica, los filtros sanitarios y la bioseguridad, con el propósito de que el huevo llegue a los consumidores, no como se quiere según la demanda, pero en garantías permanentes.
Guillén Guillén, con 71 años, rememora en el tiempo. Todavía tiene en mente las inauguraciones de las granjas La Cueva, Jicotea, La Coquera, Las Marías, Sin Nombre, más pequeñas, y después llegaron Marrero, La Quinta, Dolores, Bermejal... Todas en territorio villaclareño, aunque trabajó en la antigua provincia de Las Villas, desmembrada después.
Las últimas granjas tenían mayor capacidad para alojar animales. En Cuba Libre, allá en Cascajal, «aquello era como un combinado, con planta de incubación, y hasta pollos de ceba y ponedoras. Los tiempos cambian y ahí siguen presentes trabajadores consagrados y sin diferencias en sus labores diarias », añadió.
Exacto, las épocas transcurren y todavía se añoran aquellas producciones de los 2700 millones de huevos alcanzados en 1991, cifra a la cual después solo se acercó el país en otras tres ocasiones.
Otra fiesta
La Empresa Avícola Santa Clara llega al aniversario 56 del CAN con propósitos sostenidos en sus actividades diarias. Allá en Marrero, en la periferia del Valle del Yabú, se erige una granja con medio siglo de existencia y ocho años consecutivos con avales encomiables en su eficiencia. A los 103 trabajadores, los caracteriza un gran sentido de pertenencia, así lo afirma Nelbis de la Caridad Romero Oliver, al frente de la Unidad Empresarial de Base (UEB), dedicada al acopio de huevos para el consumo fresco.
Durante el año acopiarán más de 24 000 000 de huevos, y hasta la fecha acumulan un 58,7 % de cumplimiento, con una excelente conversión de posturas por ave. El hecho redunda en eficiencia en el manejo y control de los alimentos por ponedora, señala la directiva.
«Si no cuidamos las gallinas, los huevos serán menores. De ahí el celo por el trabajo, la estabilidad de la fuerza laboral, la adaptación del animal a quien diariamente lo atiende en suministros de piensos, agua, medicamentos y recolección de la producción », precisó.
En la granja XV Aniversario, en la zona de Las Malezas, Dayma Vera Díaz dirige esa UEB y junto a los trabajadores está enfrascada en la actualidad en la muda forzada, una técnica biológica que consiste, después que las aves cumplen el ciclo anual de ponedoras, en extender por seis meses más la reproducción.
La aplicación del método de inducción, ya hecho en la UEB Las Casas II, obedece a la carencia de reemplazos de animales, y en Marrero se aplicará en breve. Intrigado, pregunto ¿en qué consiste?, y la veterinaria aclara sobre el ayuno violento que reciben los animales durante diez días, al privarlos de manera total de suministros de pienso. La puesta y recogida de huevos se interrumpe. Todo se aplica por igual en las 75 000 aves que alojan en siete naves. A los 14 días, otra vez se incorporan de manera discreta a la categoría de ponedoras luego de recibir dosis específicas de alimentación con incrementos de calcio durante casi una semana. La hidratación, en la mañana, y la comida en horario específico de la tarde, contribuyen a atenuar la pérdida de peso corporal y disminuir las muertes. Las aves renuevan el plumaje, recalca.
De ese modo «los acopios aumentan paulatinamente, y transcurridos 63 días concluye el proceso, fecha que estiman para el 2 de junio, de acuerdo con la posible regeneración funcional del aparato reproductor de las aves en un denominado segundo ciclo de puestas. Sin terminar el período, ya la recolección supera el 65 % por ave, cifra cercana a los estimados, y prevén rebasar los 11 000 000 de huevos asignados al plan. En lo económico, la muda forzada representa un sistema ventajoso, pero se precisa la observación técnica especializada », indicó.
La literatura avícola recoge otros métodos de mudas, según suministros de dietas. El escogido aquí, de acuerdo con las líneas genéticas cubanas, ofrece una alternativa viable que ya se aprecian incrementos productivos.
Anotaciones matemáticas
En septiembre de 2017, con el paso del ciclón Irma, los daños en la avicultura de Villa Clara fueron notorios en instalaciones y animales. El período posterior reportó un déficit de casi dos millones de huevos, y en la recuperación de las pérdidas se acometieron labores de higienización y saneamiento de unidades para el adecuado su manejo.
A pesar de todas las fatalidades, entre las que se incluyen restricciones en las importaciones, la contingencia energética y hasta la lucha contra la COVID-19, este alimento aparece en la mesa de los cubanos.
Al respecto, y ante la llegada de otro aniversario de la creación del CAN, Rayza Espinosa Broche, directora de la Empresa Avícola Santa Clara, puntualizó que la provincia va a un rescate de las producciones tradicionales y asume otras para garantizar la alimentación de todos y sustituir importaciones.
Unos 91 000 000 de huevos acumulan al cierre de los meses que corren, y los envíos normados a la población, así como los encargos estatales y el suministro a centros de aislamiento y hospitalarios son sistemáticos. De hecho, todas las unidades de la entidad cumplen sus programas de producción, y lo hacen con eficiencia planificada y abastecimientos seguros de pienso, lo cual indica que al concluir el año puedan llegar a los 156 000 000 contemplados en el plan.
La entidad, en perfeccionamiento empresarial, también muestra utilidades en su gestión económica, y ve con buenos ojos las labores de mudas forzadas que aplican algunas unidades ante la carencia del acostumbrado reemplazo de aves.
Al apuntalar la sustitución de importaciones, indica, se acomete la producción de pollos de ceba en una UEB y dos criadores no especializados de Santa Clara y Placetas, a quienes se les entregan los animales pequeños y el pienso, mientras especialistas supervisan, como organismo rector, las acciones veterinarias.
De ese modo entregaron 43 toneladas, de las 120 previstas en el año, con destino a instalaciones del Turismo. También consolidan, de manera incipiente, la producción de carbón vegetal, y crean una estructura empresarial para tales menesteres.
En las unidades empresariales de base diseminadas por cinco municipios de la provincia, aclaró, están organizados los mecanismos para explotar las tierras aledañas a las naves de ponedoras y crías. Es un imperativo para impulsar la producción de alimentos dedicados a los trabajadores y sus familiares. Ya hay resultados palpables en el acopio y la siembra de cultivos varios que ejecutan colectivos donde prima el sentido de pertenencia.
Aunque la misión de producir huevos y carne de ave para satisfacer las necesidades del pueblo todavía está insatisfecha y dista mucho de lo deseado, jamás se negará que en la lucha contra las limitaciones económicas, los eventos meteorológicos y la COVID-19, el sector está presente en la alimentación de todos.